Son casi 50.000 kilómetros cuadrados y una historia muy rica, por donde han pasado poblaciones antiguas como celtíberos y vascones; también, romanos y musulmanes, su posterior configuración como reino y posterior corona… Esa ecuación, espacio y tiempo, y los esfuerzos por conservar sus tesoros, permiten que Aragón disfrute de un patrimonio muy extenso, variado y repartido en todo su territorio, que incluye cuatro conjuntos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: el mudéjar aragonés, el camino de Santiago, el arte rupestre del arco mediterráneo y el Pirineo-Monte Perdido.
“A mí no me ciega la pasión y me parece espectacular, no se puede comparar con otros lugares”, afirma sobre este patrimonio el gerente de agencia turística Gozarte, Carlos Millán. El experto destaca, de un primer vistazo, los pueblos monumentales que se distribuyen por toda la geografía de la Comunidad, el románico de Huesca, el arte mudéjar y el legado de Goya, “que es esencial”, recalca. “Hay muchas cosas y muy variadas. Y se distribuyen, además, a lo largo del territorio; eso es importante”, resume Millán.
“Las iglesias mudéjares más espectaculares que hay en España no están en Sevilla ni en Toledo, están en el entorno de Calatayud, no hay nada que se pueda comparar a eso”, ejemplifica el experto sobre unos monumentos que se pueden encontrar en localidades como Torralba de Ribota, Cervera de la Cañada, Tobed, Aluenda o Aniñón.
Un recorrido por las tres provincias
Precisamente, por su extensión y riqueza resulta difícil hacer un resumen de todo lo que atesora Aragón en este ámbito. No obstante, en ese difícil ejercicio, y preguntado por cuáles serían los rincones que recomendaría a alguien que desconoce por completo lo que guarda la Comunidad, el gerente de Gozarte nombra, en primer lugar, el románico del entorno de la Corte de Jaca.
“Me da igual Jaca, que Loarre, que San Juan de la Peña, que Agüero… todo lo que hay en el entorno; incluido el Museo Diocesano de Jaca, que es una joya excepcional”, explica. “Y, sobre todo, tenemos la Iglesia de Bagüés, que es el conjunto más grande de la pintura románica en España”, subraya.
Continúa su recorrido con el arte mudéjar, el de Teruel y, por supuesto, el del entorno de Calatayud. “Es alucinante y está bastante bien comunicado”, afirma sobre este estilo que se puede disfrutar en diferentes puntos de la comarca zaragozana.
El mejor embajador: Goya
El siguiente punto de su paseo por el patrimonio aragonés llega en Zaragoza capital, su riqueza y el influjo de Goya. De hecho, Millán juzga que no se valora lo suficiente la influencia del pintor en la ciudad, algo que sintetiza de la siguiente forma: “Hay muchísimo más de Goya en Zaragoza que de Velázquez en Sevilla”. De hecho, considera que el genio de Fuendetodos es el mejor embajador de Aragón en el mundo y que “todo lo que se haga alrededor de su figura, será poco”.
De la capital aragonesa pasa este recorrido a la provincia de Teruel, a la comarca del Matarraña, donde se encuentra “el conjunto de pueblos bonitos más impresionante” de la Comunidad. Unos municipios que, también, se funden con el paisaje de la zona y suman su buen estado de conservación a todos los servicios que ofrecen de hostelería y turismo para el visitante.
Su recorrido concluye en la provincia de Zaragoza, en el entorno de Tarazona y el Moncayo. “Ahí se junta todo también”, afirma sobre una zona que disfruta de “una catedral maravillosa”, monumentos como la casa consistorial turiasonense y, en definitiva, un conjunto que “está cada vez mejor”. Pero, además, muy cerca se encuentra la riqueza natural del Moncayo y espacios como el Monasterio de Veruela, cargados de historia que incluye el paso de Gustavo Adolfo Bécquer o leyendas como la de las brujas de Trasmoz.
Más allá de este pequeño ‘tour’ por Aragón, Millán recuerda otros lugares únicos del territorio, como la sierra de Albarracín o los pueblos monumentales que se reparten por todo el mapa: “Tenemos más que nadie, en cualquier lista de los pueblos más bonitos de España, Aragón gana por goleada”, incide.
Patrimonio de la Humanidad en varios puntos de Aragón
También define como algo “importante” los cuatro reconocimientos como Patrimonio de la Humanidad concedidos por la Unesco, reflejados en diversos espacios de la Comunidad. Por ejemplo, en Zaragoza hay tres edificios incluidos bajo el paraguas del mudéjar aragonés, la Aljafería, la iglesia de San Pablo y la catedral de la Seo. “Debería haber carteles señalizándolo por todos los lados”, apostilla.
Este estilo guarda en Teruel cuatro espacios, la catedral de Santa María y las iglesias de San Pedro, San Martín y San Salvador. En la provincia de Zaragoza, además de los ya nombrados en su capital, llevan el sello de la Unesco la colegiata de Santa María la Mayor de Calatayud, la iglesia de La Asunción, en Cervera de la Cañada, y la iglesia de Santa María, en Tobed.
En cuanto al Camino de Santiago, la entrada a la península del Somport, en Huesca, abre también la vía a cuatro etapas en Aragón que permiten disfrutar de ese románico que cita Millán.
Al otro lado de la provincia, en el Sobrarbe, el bien Pirineo-Monte Perdido suma su riqueza natural, con el macizo calcáreo más alto de Europa, a la cultural, en una zona donde se hallan localidades tan singulares como Torla, Bielsa, Broto, Fanlo y Torla.
Por último, las pinturas de las cuevas de Alcañiz y de los parques culturales de Albarracín y del río Martín, en Teruel, además del parque natural del río Vero, en Huesca, se encuadran dentro del arte rupestre del arco mediterráneo.
Con esta materia prima trabaja cada día Millán, quien explica que las personas que vienen de fuera de Aragón y que contactan con Gozarte, sobre todo lo hacen para conocer Zaragoza capital. Una frase que escucha habitualmente es el ‘no me lo esperaba’ que expresan los visitantes al descubrir la ciudad. “Eso no es una buena noticia, es muy mala”, destaca, ya que, si no se lo esperaban, explica, es que han venido “por causalidad”. “Yo no quiero que no se lo esperen, yo quiero que se lo esperen porque, si no, no van a venir”, resume.
En ese sentido, y aunque reconoce que en la Comunidad se ha restaurado “mucho y bien”, y que se sigue haciendo, considera que hacen falta más esfuerzos por promocionar y comunicar el tesoro histórico y artístico del territorio. “Eso de que el buen paño en el arca se vende es del siglo XIX, ya se pasó, y nuestra competencia dispone de unos medios para la promoción que no se pueden comparar”, advierte.