“No me gusta decir que el arte cura, aunque a veces me insisten para que lo haga; pero evidentemente tiene poder sobre nuestro espíritu, produce una satisfacción, y eso mismo es lo que nosotros pretendemos llevar a los hospitales. Sin caer en el buenismo, porque sabemos que a una galería de arte eliges ir, pero el hospital es un sitio al que vas obligado”. Quien habla es Beatriz Lucea, una de las fundadoras de Believe in Art. Esta historiadora del arte es una de las caras visibles, junto a María Luisa Grau y Marisa Vela, de esta asociación sin ánimo de lucro que apuesta por el binomio arte-salud, común en el mundo anglosajón: “Nació de nuestra inquietud, de querer devolver a la sociedad lo que nos había dado a través del Arte. Nos preguntábamos qué podíamos aportar como profesionales de la cultura y, como ninguna ONG se ajustaba a lo que necesitábamos, la creamos nosotras”, explica.
Y desde ella se encargan de poner en contacto a hospitales con artistas nacionales para humanizar espacios fríos y grises: “El centro nos demanda intervenir en una zona, nosotros vamos a verla, la valoramos estéticamente y, muy importante, hablamos con el equipo que trabaja allí para que nos den sus percepciones y nos cuenten qué dolencias se tratan allí, para qué se utiliza, la edad de los pacientes…Con eso, María Luisa y yo seleccionamos a los artistas que creemos más adecuados y les proponemos la colaboración”.
La respuesta siempre suele ser la misma, un sí, porque el proyecto ilusiona tanto a quien lo ve como a quien lo hace. “El artista propone un boceto que aprobamos nosotras, luego lo revisa el equipo médico y cuando dan el ok, planificamos la logística para generar las mínimas molestias posibles”.
El arte como parte del proceso de recuperación
Quizá Beatriz tenga razón y el arte no cure, pero desde luego las intervenciones artísticas que han promovido en habitaciones de hospitales infantiles o salas de espera han ayudado a quienes han pasado por ellas, algo que confirman quienes trabajan allí: “Los sanitarios nos insisten mucho en que el estado emocional es muy importante para el paciente, y en que el arte juega un papel fundamental para su mejora. Hasta ahora se trataba al enfermo desde un punto de vista muy científico y muy médico, pero ahora se ha visto que también es importante cuidar el espíritu, tanto del paciente y sus familiares como de los trabajadores que les atienden”.
Una opinión que también secundan los protagonistas de esta iniciativa, es decir, quienes ocupan los espacios decorados, como demuestra la anécdota que recuerda Beatriz: “El ilustrador David Guirao colaboró con nosotras pintando una habitación para niños enfermos de cáncer, y enseñaba el resultado en sus charlas en colegios. En una de ellas, un chaval levantó la mano y le dijo que había estado en ella durante un año. Estuvieron charlando un rato y el chico le dio las gracias porque esa habitación le había ayudado a soñar mejor”.
La importancia de los voluntarios
Believe in Art sigue adelante gracias al esfuerzo de sus voluntarios: “Sería imposible haber hecho lo que hemos hecho y haber crecido tan rápido sin la generosidad de los artistas, pero el proyecto tampoco sería viable sin los voluntarios. Un grupo variopinto en edad, profesiones…que nos ayuda en todo lo que sea necesario, desde trasladar pinturas a hacer un plan de marketing”, señala Beatriz.
Gracias al trabajo de todo ese equipo, han decorado espacios en el Hospital Materno Infantil Miguel Servet, incluida su fachada, el Clínico Universitario Lozano Blesa o el Royo Villanova en Zaragoza; también en el San Jorge de Huesca o el hospital de Alcañiz. Se centran fundamentalmente en centros sanitarios, aunque también han intervenido en algunas zonas del Juzgado de Menores de Zaragoza: “Hacemos excepciones cuando tenemos algo que aportar, y nos explicaron que el nivel de estrés en ese lugar es muy alto. En situaciones así también queremos ayudar a que el espacio sea más humano”.
Además de intervenciones artísticas, desde Believe in Art han promovido otros proyectos relacionados con el arte como ‘Ole mi cole’, en el que los niños ayudan a planificar y pintar los centros de salud de los que son usuarios; o ‘Tú pintas mucho’, para fomentar y facilitar la Responsabilidad Social Corporativa a través del arte en pequeñas empresas y trabajadores autónomos. La pandemia obligó a paralizarlo, pero esperan recuperarlo la próxima primavera.
También entregan los premios ‘Corazón de Oro’, un momento muy importante para la asociación, según Beatriz: “Por un lado tenemos la posibilidad de juntar a un montón de gente que normalmente no tiene tiempo para hacerlo, pero además sirve para celebrar los logros que hemos conseguido entre todos, agradecer a la gente su trabajo y contar las previsiones para el siguiente año”.
La última entrega de estos premios tuvo lugar el pasado 6 de noviembre y la galardonada fue la periodista y presentadora Sandra Sabatés.
Planes de futuro
La trayectoria de Believe in Art desde su nacimiento ha sido fulgurante, el gran número de intervenciones artísticas o de ilustradores que se han sumado al proyecto, o el hecho de tener lista de espera para contar con su colaboración es algo de lo que estar orgulloso. Y las responsables lo están. Aunque Beatriz asegura que lo que más celebran es “la acogida que hemos tenido, el cariño que recibimos. Sentir que el proyecto es cada vez más de la ciudad y la gente lo siente como suyo”.
Para el futuro piden poder seguir contando con el apoyo de artistas, sanitarios y pacientes, y también llevar su trabajo más allá de Aragón: “Sabemos que en España no hay un proyecto como este, basado en el arte y sostenido en el tiempo. Nuestra ilusión es llevarlo, y con él el nombre de Zaragoza y Aragón, por todo el país y, por qué no, también al extranjero. No tenemos fronteras”.