En un momento en el que el valor añadido cobra cada vez más importancia para el consumidor, que desea adquirir productos que no solo satisfacen sus necesidades, sino que generan otro tipo de beneficios (sociales, ecológicos, solidarios…), proyectos como Gardeniers destacan cada vez más. En este Centro Especial de Empleo de Atades, además de realizar labores de jardinería, se cultivan, recogen y procesan verduras y hortalizas de forma ecológica y sostenible, que después se venden limpias y frescas o en conserva, y las personas que se encargan de hacerlo tienen algún tipo de discapacidad o están en riesgo de exclusión. Por eso, quienes adquieren productos de Gardeniers están colaborando en su inserción laboral al mismo tiempo que se preocupan por la sostenibilidad y el medio ambiente, y todo eso mientras adquieren verduras de gran calidad.
Como ellos mismos explican en su página web, cada uno de sus productos “contiene una historia de vida e inclusión, un valor diferencial, un referente de alto impacto social”. Historias como la de María Herrero, una persona con diversidad funcional que trabaja en la elaboración de pedidos como jefa de equipo: “Me encargo de los pedidos de fruta y verdura para colegios, guarderías, tiendas… Preparo las cajas y me encargo del etiquetado”, explica. Para ella, Gardeniers ha supuesto un cambio en su vida. Tras 13 años vendiendo cupones de la ONCE, se quedó en el paro durante año y medio, y después conoció el proyecto: “Hace cuatro años dejé el currículum y al día siguiente me estaban llamando para trabajar, yo ni me lo creía, porque además siempre me ha gustado la jardinería”.
Una llamada para integrarse en el mercado laboral que también recibió Mariano Torres, de 51 años. Tiene una discapacidad intelectual y se encarga de la tienda de Gardeniers en uno de los puntos de venta del proyecto, en El Corte Inglés: “Hace 9 años solicité hacer un curso con ellos para empezar a trabajar y me cogieron. He estado en el campo cultivando y ahora vendiendo, y las dos cosas me gustan”. Trabaja de 9 a 14 y cuenta que lo que más se vende son las conservas, la verdura fresca y la fruta.
Una oportunidad para ganar autonomía y confianza
Además de un salario a final de mes, el trabajo en Gardeniers aporta a sus participantes una experiencia que les da autonomía y confianza para enfrentarse a su vida diaria. Así lo explica María: “Me ha cambiado la vida, me siento realizada y ahora sé que soy capaz de hacer muchas cosas de las que antes dudaba. Yo que antes tenía la autoestima muy baja, he visto que he ido aprendiendo cosas, y como me gusta, aprendo cada día más”.
En el caso de Mariano, además, trabajar en Gardeniers le ha servido para abandonar el centro tutelado en el que residía e independizarse junto a su hermana: “Me ha cambiado la vida gracias al trabajo. Soy mucho más independiente”, concluye.
Preguntados por lo que más les gusta de su trabajo, los dos coinciden: “Todo”. “Aunque no te lo creas es la verdad”, puntualiza María, de 38 años, “lo hago muy a gusto y voy contenta a trabajar. Algún día puede que tenga sueño, pero en cuanto entro por la puerta de la empresa soy feliz”. Seguro que el buen ambiente de trabajo tiene mucho que ver con esa sensación: “Todos son muy majos y nos ayudamos. Es una suerte trabajar en Gardeniers”, explica Mariano.
Este proyecto ecosocial está muy relacionado con la sostenibilidad y el medio ambiente, por eso María tuvo la oportunidad de participar como portavoz en la pasada Cumbre del Clima de Madrid, en 2019: “Fui a contar la experiencia de lo que hago en mi trabajo, conté lo que hacía y tuve que hacer un discurso”, señala.
Productos de calidad con beneficios sociales
La rama alimentaria de Gardeniers se encarga del cultivo ecológico de verduras y hortalizas que posteriormente se limpian y envasan para ser vendidas frescas o se procesa para comercializarlas como conservas. Además, también distribuyen fruta que no cultivan en sus fincas pero es igualmente ecológica. Todos los puestos de trabajo, desde el campo al obrador, son distribuidos en función de las capacidades de cada persona.
El proyecto cuenta con puntos propios de venta en el Mercado Central de Zaragoza, el Espacio Garden o la Muestra Agroecológica de la capital aragonesa, además de colaborar con los hipermercados del El Corte Inglés, los supermercados Alcampo y otros establecimientos especializados en producto ecológico.
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