Profesor en los grados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en Fisioterapia de la Universidad San Jorge (USJ), Héctor Gutiérrez se ha propuesto recorrer los 776 kilómetros del Camino de Santiago en el menor tiempo posible. Todo por una causa solidaria: recaudar dinero para la Asociación Española Contra el Cáncer y sus proyectos de investigación. Bajo el título Reto Santiago 776, el próximo 26 de mayo iniciará su desafío, que terminará el 1 de junio.
Héctor, ¿de dónde nace la necesidad de realizar este reto?
Me gusta utilizar la palabra necesidad, pero se van sumando cosas y al final surgen cosas bonitas como esta. Hace muchos años que me ronda la idea de hacer el camino de Santiago corriendo. Mi padre falleció de cáncer hace unos años y él hizo el Camino un año antes de morir. Yo lo quería hace a mi manera, y mi manera es hacerlo corriendo, ya que a mí me encanta correr por la montaña.
Con los compañeros de profesión de la Universidad San Jorge vimos que la mejor marca había sido 6 días y 10 horas y teníamos el pique de poder hacerlo en menos. Nos dedicamos a cuestiones de investigación y lo vimos como un reto científico y deportivo, pero había que montar mucho tinglado para hacerlo, yo voy a llevar 4 o 5 personas de staff técnico.
A esto se suma que en una comida mi madre me sugirió hacerlo para recaudar dinero en una buena causa. Contactamos con la Asociación Española Contra el Cáncer y nos facilitó la plataforma para recaudar dinero de una forma cómoda. Esto fue en el mes de diciembre y nos pusimos a entrenar. En febrero le conté mi idea a la USJ y se quiso sumar patrocinando todos los cargos del viaje, lo que fue un espaldarazo definitivo para que nos conociese más gente y recaudar más dinero.
¿Cuántos objetivos te has marcado con Reto Santiago 776?
Recaudar dinero para la investigación del cáncer infantil es el principal, pero hay objetivos intermedios. Uno es que los niños con cáncer de hospitales de Aragón y de otros lugares puedan participar en el reto. También conocer a gente que ha padecido la enfermedad y poder inspirarles y que nos inspiren a nosotros, ponerles en contacto, echarles la mano en sus proyectos. Son objetivos que han surgido sobre la marcha y que son maravillosos. No puedo decir que se ha quedado como objetivo secundario porque no lo es, pero en el objetivo deportivo estamos trabajando muy duro y ahora se ha convertido un poco en la excusa.
¿Por qué eliges contribuir a la investigación del cáncer infantil?
Cuando me embarqué en el reto la enfermedad la tenía clara. Yo soy papá de un niño de 5 años y medio que por suerte está sanísimo. Ellos en el cole celebran el Día del Cáncer y los niños son muy interesantes por cómo hacen preguntas. Mi niño me pregunta mucho por su abuelo. Elegir el cáncer infantil ha sido una motivación de padre. Si esta enfermedad es dura, como padre empatizo mucho con las familias que puedan estar pasando esta situación y tengan un niño con en esta enfermedad.
¿Cómo está siendo la preparación para el Reto Santiago 776?
Muy dura, muy dura. Llevo seis meses entrenando para esto, pero deporte de larga distancia entreno desde hace 7 u 8 años. Hay semanas que entreno 24 horas para el reto, y en 7 días, hago 20 sesiones de entrenamiento, y entrenamientos de 115 kilómetros, de 90, 60, 45 kilómetros… Llevamos más 2.000 kilómetros acumulados. Es un entrenamiento muy exigente, sobre todo también de encajar en la agenda personal.
¿Cómo lo haces?
Entreno por la mañana y doy clases por las tardes. Tengo un equipo de entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas, nutricionistas y psicólogos que me cuidan de maravilla. Si no fuera por ellos hubiera explotado seguro. Es una satisfacción enorme trabajar con tantos compañeros de trabajo en un proyecto con un carácter científico muy marcado y todo solidario, donde la universidad aporta su granito de arena y en el que mucha gente está ayudando de manera altruista.
¿Qué importancia tiene la preparación psicológica?
Soy profesor de psicología aplicada al deporte. Y por eso con un psicólogo fue con uno de los primeros profesionales con los que contacté para el reto. Nos hemos puesto muchos deberes relacionados con la gestión de la agenda familiar, el estrés laboral, la presión de los medios de comunicación, las redes sociales, la gestión del esfuerzo, la higiene del sueño, así como la motivación básica para la realizar el reto. De forma específica surgen estrategias de todo tipo, cuando tienes que correr 120 kilómetros en 12 o 14 horas tienes que tener estrategias de todo tipo como escuchar música que te gusta, llamar a tu hijo, pelear hasta llegar a la siguiente parada, prestar atención a la técnica de carrera, saber gestionar el dolor…
¿Es más importante que lo físico?
Dicen en algunos manuales que cuanto mayor es la distancia, mayor importancia cobra lo psicológico. Yo no dejaría de lado lo físico, pero es muy importante. Ahora a pocos días del reto, me imagino todos los días la llegada a Santiago, los problemas que puedo tener y cómo resuelvo esos problemas, como puedo afrontar un episodio de dolor agudo, me imagino a mi padre enfermo pasando por algunas etapas… Estoy intentado coger motivación.
¿Cómo te sientes física y mentalmente?
Físicamente, tengo 37 años y me siento en el mejor momento de mi vida. Entrenar de forma tan profesionalizada y organizada hace que el entrenamiento me siente muy bien y el cuerpo lo acepta bien, me recupero facilísimo y estoy cumpliendo el objetivo. Psicológicamente me encuentro muy bien. Ha habido algo inesperado en este reto: me he encontrado con el cariño de la gente y con personas que han tenido la enfermedad y que te cuentan sus experiencias. Estoy descubriendo el carácter altruista de muchas empresas y personas aragonesas que me están ayudando. Pensaba que iba a ser un sufrimiento constante y permanente y ha sido una avalancha de altruismo.
“Ha habido algo inesperado en este reto: me he encontrado con el cariño de la gente. ha sido una avalancha de altruismo“
¿Cuáles son esas empresas y personas que se han sumado altruistamente al reto?
Creo que Carlos Hernández es la persona más importante del proyecto. Es quien lleva Comunicación y redes sociales del reto y ha estado contactando con empresas de todo tipo desde el principio para dar visibilidad a la causa. En cuanto a las empresas nos apoya FarmaBiota que nos suministra desde la botiquines a las cremas solares, la empresa de telecomunicaciones 9siete6 que nos presta un router wifi para viajar con conexión de datos permanente, Futbol Emotion que nos distribuye ropa deportiva; El Limpia del Tubo, un bar que nos ha hecho una exposición con las piedras que han hecho los niños del Miguel Servet; Tempo Finito, que nos va a dar tecnología para cronometrar y validar el reto, Opiatesocks; una empresa de calcetines que han hecho un diseño para calcetines con los dibujos de las piedras. Okeymás son unos centros deportivos me han dejado entrenar de manera gratuita durante todo este tiempo y Ibiomechanics me ha ayudado con el estudio pisada y a mejorar la técnica de carrera.
La empresa 4D, dedicada al entrenamiento deportivo personalizado, han apoyado la labor de valoración funcional del deportista y Encantados de comerte, empresa ética que comercializa productos de alimentación perecederos a bajo coste, nos facilita puntos de avituallamiento durante el recorrido.
No me olvido, del Hospital Miguel Servet que ha colaborado junto con Believe In Art en un concurso de pintura del aula hospitalaria del hospital. Y sin olvidarme de la Universidad San Jorge que directamente ha apostado por el Reto Santiago 776 financiando los gastos del viaje.
Una vez lo consigas… ¿Cómo quieres continuar con el proyecto?
Es otra de las cosas fantásticas que ha pasado con el proyecto. Pensábamos que iba a terminar el 1 de junio al llegar a Santiago y no es así. Queremos consolidarlo, no tenemos claro aun cuál va a ser la estrategia y tenemos que reposarlo primero para tener un proyecto con cierta repercusión. Queremos seguir contribuyendo a la investigación de esta enfermedad siempre con la finalidad última de recaudar dinero para la investigación del cáncer. Hay cosas interesantes que tenemos pensadas, como entrenar a personas que han pasado la enfermedad para que realicen el camino de Santiago o replicar este modelo en otro reto, seguir colaborando con la USJ en su proyecto Huella USJ… veremos.
