Estamos asistiendo a un momento crucial en España donde el coaching refleja tanto los avances globales de la profesión como las demandas específicas de la sociedad española. En un contexto marcado por los retos económicos, la transformación digital y una creciente preocupación por la salud mental y el bienestar, el coaching se presenta como una herramienta clave para el desarrollo personal.
Muchas cosas han cambiado desde que en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, el coaching irrumpiera en el entorno deportivo y se desplazara hasta las organizaciones como disciplina profesionalizada de mejora profesional centrada en el rendimiento y los objetivos profesionales. En 2024 el coaching ha evolucionado hasta convertirse en una práctica integral que abarca desde el bienestar emocional hasta el desarrollo de la inteligencia social, donde la disciplina no solo se enfoca en la mejora de la productividad, sino en facilitar un proceso de crecimiento global que abarque mucho más que el desarrollo profesional.
Que en España se aprueben medidas para promover el bienestar laboral, incluyendo el uso de herramientas como el coaching en programas de formación para empleados, demuestra la consolidación de una disciplina que se asentó en la década de los 90 y que hoy se alinean con los objetivos de la Estrategia de Salud Mental 2022-2026. El bienestar emocional y la resiliencia son temas candentes que resuenan profundamente en nuestra sociedad, especialmente tras la pandemia y en un contexto económico incierto. La creciente preocupación por el equilibrio entre la vida personal y profesional ha llevado a un aumento en la contratación de coaches tanto por particulares como por empresas. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) llevado a cabo en 2023, reveló que un 45% de españoles busca ya, formas de potenciar su desarrollo personal y profesional.
Uno de los avances más destacados frente a los primeros años de la disciplina, donde la práctica era mucho más generalista, es que ahora, muestra una oferta mucho más especializada, donde la diversificación y la ultra especialización abordan problemas muy específicos. Hablamos de una democratización de la disciplina porque ha dejado de ser un servicio exclusivo para directivos o ejecutivos y se consolida como un medio para mejorar la calidad de vida en un entorno marcado por la incertidumbre y la presión constante.
La profesionalización del coaching es otro de los progresos más significativos, ya que las diferentes entidades certificadoras como la Asociación Española de Coaching, (ASESCO), Asociación de Coaching Ejecutivo y Organizativo (AECOP) y organismos como ICF España (International Coaching Federation) han estado trabajando durante estos años para garantizar la calidad tanto de la formación como de la práctica profesional de las escuelas y de los profesionales. Además, universidades y escuelas de negocios como IE Business School y ESADE incorporan en sus programas, formación en coaching, lo que ha propiciado la confianza tanto de las empresas como de sus trabajadores, en dicha disciplina.
Mirando hacia el futuro, el coaching en España está llamado a seguir creciendo y evolucionando y es muy posible que lo haga de la mano de la digitalización. A principios de siglo, era una práctica predominantemente presencial y limitada en un porcentaje muy alto, a la geografía. Los encuentros cara a cara eran la base de la relación de confianza entre el coach y el cliente. Con la llegada de la tecnología y la apertura a nuevos modos de proceder tras la COVID-19, se ha abierto el acceso a estos servicios a través de videollamadas y plataformas en línea, pudiéndose llevar a cabo en cualquier lugar del mundo. Hoy, los programas basados en inteligencia artificial, con asistentes virtuales y análisis de comportamiento, están emergiendo como aliados para personalizar y optimizar los procesos de coaching.
En un mundo complejo y en constante transformación, el coaching en España se perfila como un aliado estratégico para empresas, instituciones y personas. Con sus raíces firmemente establecidas en la profesionalización y su enfoque orientado al futuro, el coaching está destinado a desempeñar un papel central en la configuración de una sociedad más consciente, inclusiva y preparada para los desafíos del mañana.
