Comenzó como un proyecto del Grado Superior de Diseño de Moda, y ha terminado convirtiéndose en una exposición admirada en la propia villa de Ansó. Los seis looks que reinterpretan el traje ansotano a través de la visión del joven diseñador Enrique Carrera han enamorado tanto a los amantes de la indumentaria de la localidad altoaragonesa como a los aficionados a la moda.
“Me inspiré en los cuadros en los que Sorolla retrataba a las mujeres ansotanas”, explica Carrera, “me llamó la atención que un pintor tan reconocido se interesara por unas mujeres de un pueblo del Pirineo, que hacían movimientos migratorios para ganarse la vida”. El joven se refiere a las conocidas como “golondrinas”, ansotanas que viajaban a Francia a trabajar fabricando alpargatas y, a la vuelta, cruzaban España vendiendo el llamado “té de Suiza”.

Inspirándose en ellas, creó una colección de seis looks en los que aporta su visión personal con el objetivo de “elevar la categoría de traje tradicional como una categoría de la moda actual”. Para ello, ha utilizado técnicas de alta costura: “es una colección de Prêt-à-Couture, una mezcla entre la alta costura y el Prêt-à-Porter de lujo, mezclando la confección del Prêt-à-Porter con técnicas tradicionales afines a la alta costura, como el bordado o el modelaje sobre maniquí”.
La colección se llama Trasunto un concepto que Enrique Carrera ha llevado más allá del propio significado. Trasunto significa “representación fiel de algo”, un objetivo que no buscan sus trajes, que no quieren reproducir el traje ansotano sino reinterpretarlo para homenajear a unas “mujeres que eran superfuertes y viajaban para poder subsistir y ganarse un dinero”, indica.
Una visión moderna que ha encantado en Ansó

Carrera no solo ha modernizado el aspecto del traje ansotano tradicional, también sus materiales: “Estaba hecho con paños de lana, con algodones, con linos… tejidos que se fabricaban las mismas familias que los cosían. Yo he optado por el mikado, el shangtung de seda, las organzas, satén plisado…”. Sin embargo, todos esos cambios no impiden que sus creaciones recuerden claramente a sus inspiraciones: “Evocan con los colores, las siluetas, con elementos característicos…quiero que la gente encuentre similitudes con el traje tradicional, pero vea algo diferente a lo que están acostumbrados a ver”.
Un ejemplo de esto lo encontramos con los aderezos, los complementos en forma de joyería y adornos que acompañan al traje ansotano. Enrique los ha evocado creando, por ejemplo, escapularios bordados y otros añadidos que ayudan a conformar cada pieza.

Tal fue el respeto por la tradición de la indumentaria ansotana que, cuando el diseñador presentó su idea en el pueblo, recibió una respuesta muy positiva y en seguida surgió la propuesta de convertirla en una exposición: “Les expliqué el proyecto a las mujeres encargadas del ropero, al ayuntamiento… les enseñe los figurines, les encantó la idea y quisieron presentarlo”. Pero la colaboración de los habitantes de Ansó fue más allá de la simple aprobación, dos de las jóvenes del pueblo se ofrecieron como modelos y muchas mujeres le prestaron auténticas joyas ansotanas para que las utilizara como inspiración. Y una vez exhibidos los trajes, durante la celebración del 50 aniversario del Día del Traje, el éxito fue abrumador, como recuerda su creador: “La colección ha gustado mucho en Ansó, ha habido gente que se ha emocionado, gente que ha venido a ver la exposición varias veces… el feedback ha sido muy positivo y me ha emocionado”.
El traje ansotano podrá verse en Zaragoza
La fama del traje ansotano no conoce fronteras y parece que tampoco la de su reinterpretación, porque Enrique se encuentra ahora ocupado con la futura exposición que, en septiembre, mostrará sus trajes en Zaragoza. El lugar no podía ser más adecuado: la casa ansotana que acaba de reabrir sus puertas en el Parque Grande José Antonio Labordeta. También prepara otra colección que presentará en la próxima Aragón Fashion Week. Son los próximos pasos de un diseñador que, recién licenciado, ya puede presumir de haber hecho una colección de manera profesional y no como estudiante. Todo gracias a su visión del traje ansotano que, por cierto, le sirvió para sacar un sobresaliente en el proyecto.
