Del 22 al 25 de mayo, Zaragoza acogerá la quinta edición de ZGZ Florece, un festival que ha sabido consolidarse como uno de los eventos más esperados de la primavera aragonesa. Lo que comenzó como una propuesta artística en el Parque Grande José Antonio Labordeta, se ha convertido en una experiencia sensorial y participativa que transforma la ciudad en un gran jardín urbano donde las flores, la creatividad, la moda y la ciudadanía son protagonistas.
Moda y flores: el hilo conductor de una edición única
La gran novedad de este año es la fusión entre el arte floral y la moda. Bajo el lema de la Pasarela Botánica, diversos diseñadores aragoneses –como Nacho Lamar, Irene Bielsa, Lecumberri o Cruz Temprado– colaborarán con floristas locales para crear vestidos-esculturas elaborados con flores naturales, que serán expuestos sobre maniquíes en el Puente de los Cantautores. Esta muestra efímera, donde la alta costura se entrelaza con la naturaleza, busca ofrecer una experiencia visual poética e innovadora.
El Parque Grande se convertirá en un auténtico museo vivo gracias a las intervenciones florales que transformarán espacios emblemáticos. Destacan la Escalinata del Batallador, que llevará la firma del reconocido artista floral belga Tomas De Bruyne; la Fuente de Neptuno, intervenida por Juan Chamorro; El Invernadero, a cargo de Irati Tamarit; o La Pajarera, transformada por Carlos Curbelo. En total, serán nueve instalaciones que pondrán en valor el arte floral contemporáneo desde distintas perspectivas y estilos.
ZGZ Florece no se limita al recinto del Parque Grande. Este año, más de una docena de comercios y empresas zaragozanas se suman al festival decorando sus fachadas y acogiendo talleres abiertos al público. Participan entidades como Ibercaja Xplora, El Corte Inglés, París 64, Frutos Secos El Rincón, Tarín, Liu Jo, Cloê o Viajes Azulmarino, entre muchas otras.
Además, como parte de la decoración urbana, Los Tranvías de Zaragoza vestirán con flores las marquesinas de las plazas más transitadas: Plaza España, Plaza Aragón, San Francisco y Emperador Carlos V, las cuales también recibirán vinilos decorativos especiales. Así, el festival se extiende por toda la ciudad, invitando a todos los vecinos y visitantes a formar parte de la celebración.
El crecimiento de ZGZ Florece ha sido posible gracias a un modelo de colaboración entre instituciones públicas y empresas privadas. Este año, el festival cuenta con el patrocinio de FCC, Tranvías de Zaragoza, Avanza, Turismo de Aragón, Care, Ambar, BYD/Automóviles Sánchez, Saphir, Ibercaja, Arafood o Valoriza, así como con la colaboración de firmas locales como Alsa-Ágreda Bus, Gradyflor, Flores Aznar, Irati Floral, Zaraplant, El Corte Inglés, Embou, Sorigué o Fiesta Print.
Empresas como Ikea y Urbaser también participan aportando mobiliario para zonas específicas y desarrollando espacios sostenibles como el área Ecokids, donde los más pequeños podrán aprender sobre medio ambiente mientras se divierten.
Cuatro días de actividades para todos los públicos
ZGZ Florece ofrece un programa completo que combina arte, naturaleza y cultura. Durante los cuatro días del festival, los asistentes podrán disfrutar de:
- Demostraciones en vivo de maestros floristas
- Talleres creativos de coronas, lámparas, capazos y más
- Un espacio Ecokids para el aprendizaje ambiental infantil
- Una zona picnic con foodtrucks, DJs y conciertos
- Un Mercado de las Flores con más de 30 puestos de floristas aragoneses
- El Kiosco de las Letras, con lecturas, actividades literarias y poéticas
Además, esta edición contará con una nueva cabina de DJ y una decoración renovada del escenario principal, todo en sintonía con la temática floral y la estética del evento.
Como bien afirmó la consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, en la presentación del festival: “Queremos que el espíritu del Florece, basado en la belleza y el color, inunde poco a poco la ciudad, haciendo a toda Zaragoza partícipe de este gran evento de la primavera”.
ZGZ Florece no solo es un festival, sino una experiencia compartida entre ciudadanía, artistas, comerciantes e instituciones. Es un reflejo de cómo la cultura y la naturaleza pueden convivir y enriquecer el espacio urbano, creando momentos de belleza, participación y reflexión.
