Existe un gran riesgo al hablar de pobreza y es reducirla solo a lo material, medible y cuantificable. Y no prestamos atención a la pobreza humana, cultural, moral o espiritual. O a su riqueza.
Descubrir la riqueza de la propia vida, hallar indicios de dignidad, aceptación y entusiasmo por vivir no es solo una cuestión material sino también de sentido y propósito. Recordando a V. Frankl “quien tiene un por qué para vivir es capaz de soportar cualquier como”.
El Programa de Liderazgo Juvenil que desde Cooperación Internacional (Área Aragón) estamos desarrollando en el slum más tóxico de India pretende aportar herramientas personales para que decenas de menores aprendan a liderar sus propias vidas y liderar el cambio en la comunidad. Es decir, para que a pesar de sus problemas y dificultades descubran la belleza, la bondad y la verdad que poseen y que deben liberar y disfrutar.
“Yo no tengo ropa ni dinero ni comida pero sí tiempo y deseo compartirlo con estas personas”, declaraba un beneficiario del proyecto después de visitar a niñas y mujeres abandonadas y con discapacidad en una casa de las Misioneras de la Caridad. Concluía “cuando tenga un sueldo donaré la mitad para ayudarlas”.
El proyecto ofrece a los participantes actividades deportivas, académicas y de servicio a la comunidad, de tal modo que desarrollen las 3 “H”: health, head and heart.
Es muy inspirador comprobar que el ser humano está también hambriento de sentido y significado, y que cuando ayuda a los demás de un modo consciente se despliega un caudal inmenso de alegría y paz.
12 voluntarios de Zaragoza han participado en las actividades con 70 menores del slum, aprovechando para tener varias dinámicas de liderazgo y valores, y realizar una visita a la sede de Bergner, principal colaborar del proyecto. Allí el CEO de la compañía les recibió y pudieron preguntarle los chicos por su experiencia y motivaciones. Además les retó a seguir mejorando como personas para poder realizar prácticas en la compañía el día de mañana.
Los voluntarios también organizaron un campus deportivo para 130 menores de un orfanato y 80 escolarea del slum.
“Esta experiencia ha superado mis expectativas. Qué importante es valorar y agradecer lo que tenemos, un lujo para millones de personas, y ayudar a los demás en el día a día”, comentaba Pedro, voluntario universitario.
El programa de este verano ha sido posible gracias a Bergner Europe y Bergner India, y a la colaboración de Fuencampo, Mercury, Semillas Martínez, Pellas y Goal Management. Así mismo y trabaja en red con la ong Lok Seva Sangaam
Cooperación Internacional
