Desde hoy, 1 de febrero, y hasta el próximo 24 de abril, la sala de exposiciones del Palacio de Montemuzo (C/Santiago, 34) abre sus puertas a la obra del zaragozano Fernando Ballestín, titulada “Abierto a la esperanza”, integrada por retratos de personas que han tenido que dejar sus países, por distintos motivos y circunstancias, en busca de una vida mejor. En esta muestra el artista trata de recoger sus miradas, el color de su piel, su sonrisa, su inocencia, humildad y valor, su sencillez y coraje, sus expresiones más profundas.
“Abierto a la esperanza” nos transmite códigos, mensajes, emociones, sentimientos reales y latidos y lo hace a través de sus formas tan personales y el color. Es el expresionismo y la velocidad del trazo, real, certero y sin quiebro, lo que caracteriza el conjunto de retratos. Un coro que pone en valor la expresividad de la mancha y la acción sin previo pensamiento, recogiendo todo su estudio anterior y dando forma a un nuevo lenguaje que podríamos tildar de “en transición”.
A través de las 40 obras que expone, se nota una evolución natural a otro estadio, el cual aún está por explorar, y con el que es más que seguro que nos sorprenda en un futuro. Fernando expone con esta obra libre de pretensiones, una mirada en la que la experiencia vital y el arte se muestra como un todo indivisible, al mismo tiempo que nos declara que no deja de desarrollarse como artista, ni como ser sensible y consciente.
El retrato ha sido una constante en la pintura de Fernando. Su admiración por los buenos retratos realistas le han llevado a practicar este motivo de manera habitual. Con sus pinceladas gruesas y rítmicas dota de un aura personal, distintiva e inconfundible a cada una de sus piezas, siendo muchas veces la esencia personal la que se sobrepone ql resto de aspectos formales.