Se subió a un escenario por primera vez con 16 años y, desde entonces, no ha dejado de contar su verdad a través de la música. Hablamos con Eva McBel, la cantante zaragozana cuyas canciones ya han traspasado fronteras, en su vuelta a casa con motivo de su participación en el ciclo de música femenina “Divas”, organizado por el Rock & Blues.
¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte a la música?
Hay dos respuestas, siempre digo lo mismo. Hay una respuesta que es la técnicamente correcta, que es cuando me mudé a Madrid con 18 años, porque ahí es realmente donde empecé a componer mis canciones y donde surgió McBel como proyecto. Y luego hay otra, que es que cuando yo era muy pequeña me regalaron un cassette de cinta, con un micrófono, y tú podías cantar encima. Yo quemé absolutamente todas las cintas. El inicio emocional diría que está ahí.
La primera vez que subiste a un escenario tenías 16 años. ¿Encontraste algún reto al comenzar desde tan joven?
Es un arma de doble filo. Por un lado, cuando eres joven, en general se te trata como que tienes que probar tu valía. Y, por otro lado, cuando te haces mayor, pierdes un poco esa gasolina de la juventud. Es más un “pa’lante con todo”, pero vamos a intentar sobrevivir, tener estabilidad mental. Entonces, creo que hay una parte buena y una mala. La buena es que tienes muchísima gasolina para prenderlo todo, y la parte mala es que tienes que currártelo mucho para que el reconocimiento realmente llegue.
Yo creo que, especialmente en el caso de las cantantes mujeres, se les exige mucho más, más juventud, que a los cantantes masculinos, ¿no?
No solo juventud, calidad, en mi opinión. Considero que hay muchísimas menos mujeres mediocres que hombres. Y por lo menos deberíamos estar igual a igual, ¿no? No digo que no haya gente mediocre, porque siempre la va a haber. No digo ni siquiera que yo no lo sea, pero creo que la representación debería igualarse.
“Normalmente se suple con esfuerzo lo que no se puede suplir con dinero. Muchas veces he dado un producto para el cual no tenía la capacidad económica necesaria, y lo he suplido con esfuerzo”
¿Cómo encontraste tu estilo musical?
Hay una parte de tu personalidad que influye en las canciones y hay otra muy grande, que es todo lo que escuches. Yo todo lo que pueda escuchar, lo escucho. Escucho desde rancheras hasta Rafaella Carrà, y otro día me puedo poner folclore español. Creo que la riqueza está en que escuches muchas cosas y que te nutras de todas ellas. Al final, todo eso tú lo vas digiriendo y lo que luego presentas al mundo es tu persona. Esto va cambiando, pero creo que siempre hay un núcleo concreto. Aunque igual dentro de dos años me da un apechusque y hago otra cosa, de momento todo indica que, aunque vaya aportando cosas nuevas, la esencia seguirá siendo la misma.
¿Al principio tuviste algún referente, algún artista que te inspirase a hacer un estilo en concreto de música?
Pues mira, cuando empecé me encantaba Amy Winehouse. Creo que, de hecho, el primer disco que me compré era suyo. Entonces diría que la cantidad de personalidad que tenía ella me inspiró mucho para intentar buscar lo diferente.
Si tuvieras la oportunidad de volver atrás, de volver a empezar tu carrera, ¿harías algo de forma diferente?
Realmente la respuesta es no, porque entonces no estaría donde estoy, y no sabemos si sería peor o mejor. Yo siempre digo que elijas la opción que elijas, haz que funcione y confía mucho en la persona que eras cuando tomaste esa decisión, porque probablemente no hubo otra mejor, si no la habrías cogido. Entonces, te diría que no. Pero si tuviera que cambiar algo obligatoriamente, yo creo que trataría de tener más paciencia. La paciencia, con uno mismo sobre todo, es una gran virtud. No pretendas ser Beyoncé cuando no tienes los mismos recursos. No con todo esfuerzo se consiguen las cosas. Hay un gran factor de privilegio y de posibilidad económica. Y normalmente se suple con esfuerzo lo que no se puede suplir con dinero. Yo siento que muchas veces he dado un producto para el cual no tenía la capacidad económica necesaria, entonces lo he suplido con esfuerzo. Creo que ahí tiene que haber un balance un poquito más pensado.
Hablando de la parte creativa, tus canciones suelen ser muy sinceras y emocionales. ¿Sueles inspirarte en tus propias experiencias al escribir?
Sí, siempre pasa por mí. Aunque me inspire en una cosa que haya visto en la calle o una historia que me hayan contado, siempre pasa por el filtro de mi propia vivencia y cómo yo siento esa historia. Siempre intento buscar lo más honesto posible, no mentirme mucho, para crear la cosa más honesta que pueda.
¿Y de dónde sacas el valor para mostrar al público algo tan personal?
Creo que hay artistas que componen solo por componer, y hay artistas que componen para compartirlo. Yo compongo para compartirlo, entonces para mí no tendría mucho sentido el no hacerlo. Haría canciones y se quedarían ahí, pero para mí lo que le da valor realmente es que yo no sea yo, sino que sea un canal de la historia. La historia tiene que llegarte a ti y resonar contigo por lo que tú seas. No quiero que me veas en el escenario y esté yo tanto que tú no te puedas ver. Quiero estar en el escenario y crear un canal para que la historia te llegue a ti, y que a mí me veas lo justito.
Hace poco te has convertido también en productora. ¿Cómo estás viviendo este nuevo proceso creativo?
La verdad es que lo afronto con mucha alegría y con mucha esperanza porque he descubierto una parte de mi trabajo que ya hacía, en realidad. Yo siempre he sido la directora creativa de la producción, pero nunca lo había hecho con mis manos; nunca había cogido el ordenador y dicho: “A tope con ello”. Al lanzarme a intentarlo, he aprendido muchísimo, y me ha llegado en un momento muy bueno en el que he podido poner el tiempo y el esfuerzo para ello. El resultado son las nuevas canciones que van a salir, que para mí, obviamente, son lo mejor que he hecho, porque si no, no las sacaría. Creo que esto lo dicen todos los artistas cuando sacan canciones, pero eso es lo bueno también. Si pensásemos que no es lo mejor que hemos hecho, no lo mostraríamos y no habría un avance. Así que, de verdad, siento que es lo mejor que puedo ofrecer ahora mismo.
Tienes tanto canciones en inglés como en español. ¿Cómo decides en qué idioma escribir cada una?
No lo decido yo. Creo que tener la posibilidad de ser bilingüe te da esta capacidad: dependiendo del momento o de lo que quieras expresar, vas a ir a un idioma o a otro. Nunca lo he pensado, creo que eso sería poner muchísimas vallas a la creatividad, y no lo voy a hacer. Sé que mucha gente tiene otras opiniones sobre qué es lo que debería hacer y qué no, pero yo, de verdad, creo que no podría componer las canciones que compongo si me limitase a un solo idioma.
¿Has tenido algún problema por componer en inglés en España?
Sí, sí, rotundamente sí. Creo que la industria musical, en su conjunto, no tiene especial interés en dar foco a los cantantes españoles que hacen música en inglés. Entonces, eso quita muchas oportunidades. Dime un artista que haga música en inglés ahora mismo en España. Antes estaban Morgan o Alice Wonder, pero ahora ya no. No voy a decir que hayan cambiado su idioma única y exclusivamente porque la industria no da oportunidades a este tipo de artistas, pero sí que sé que es un factor determinante.
También componer en inglés te ha abierto las puertas en otros países. Tu música ha llegado a series australianas o incluso a la radio de Estados Unidos. ¿Hacia dónde quieres dirigir tu carrera ahora?
Me gustaría ampliar horizontes y entender la música desde otro prisma. Creo que cuando sales de tu zona de confort siempre encuentras algo. También es incómodo y complicado, pero creo que es importante intentar salir de donde estás cómodo para descubrir cosas nuevas, y eso es lo que voy a intentar. Vamos a tratar que estas nuevas canciones que van a salir no solo formen parte de la cultura musical española, sino que hagamos un poquito de ampliación a Europa.
¿Y cuál es tu objetivo como artista, el motivo por el que haces música?
Pues volvemos un poco al directo y a esta concepción de ser un canal de la historia. Para mí, sería el sueño de mi vida poder dedicarme toda ella a subirme a escenarios y conectar con la gente. No solo por la conexión con mis canciones, también la energía que se genera: los músicos, el público, las canciones… Me parece lo más bonito. La mejor profesión del mundo es esta, sin duda.
Para acabar, me gustaría preguntarte sobre tu personalidad artística: Eva McBel. ¿Qué diferencias crees que hay entre ella y la Eva del día a día?
Me gustaría pensar que la Eva del día a día no es Eva McBel, que es un poquito más indulgente y un poquito menos exigente con ella misma, pero muchas veces, Eva McBel se come mucho a Eva.