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18 mayo 2025

Entrevista al equipo de “Solos en la noche” de Guillermo Rojas

Solos en la Noche sitúa la acción en el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Durante esa noche, Guillermo Rojas, su director, nos permite conocer como se entrelazan las historias de un grupo de amigos que a pesar del terror y la incertidumbre, deciden alzar la voz, no solo por un país en transición que no puede permitirse tal retroceso, sino también por ellos mismos, pues como expresan sus protagonistas, es muy difícil ser cobarde en un mundo para valientes.

En GoAragón hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Guillermo Rojas y a Beatriz Arjona, “Carmen” en la película, con motivo de su nominación en el Saraqusta Film Festival.

¿Cuándo empezó vuestro amor por el cine? ¿Y en qué momento decidisteis que queríais dedicaros a él de forma profesional?

Beatriz Arjona: Mi formación y toda mi experiencia eran teatrales, estudié en la ESAD (Escuela de Arte Dramático) de Sevilla, pero me di cuenta de que las primeras veces que me ponía delante de una cámara era demasiado expresiva. Llegó un momento en el que tenía incluso que amarrarme las manos, me decía: “Bea, hay que trabajar con la mirada y con la expresión, con algo pequeñito”. Tenía muchísimas ganas de formarme, así que me fui a Madrid a estudiar cine, porque desde pequeña veía las películas clásicas de mi generación, veía películas de aventuras con mi padre, como Los Goonies, El laberinto de cristal, Willow, y había algo como de “yo quiero estar ahí”. Aparte, soy una cinéfila, no solo como actriz; voy todas las semanas al cine, y algo en mí siempre ha tenido ese amor por el cine. Ahora, no podría decidir entre teatro o cine, es como papá o mamá.

Guillermo Rojas: Yo creo que siempre he tenido esa inquietud. Desde pequeño, siempre me gustaban las historias, me gustaban las películas, y crecí pensando que quería escribir aquellas cosas que estaba viendo. Entonces, desde muy pequeño, me recuerdo escribiendo, luego tuve una videocámara, siendo joven, y ahí empecé a hacer mis propias historias, mis propias grabaciones familiares, mis propios cortos. Poco a poco, la vocación fue viniendo sola, pero tuve claro que me quería dedicar al cine desde que tenía ocho o nueve años, y cada vez me fui interesando más. Cuando llegué a la universidad, que estudié en la Facultad de Comunicación en Sevilla, me gustó mucho encontrarme con gente que tuviera mis mismas inquietudes, que es algo que quizá en el instituto no tuve tan a mano. Fue en la universidad cuando dije: “¡ostras! Pues hay más gente como yo, no estoy tan solo”.

Muchos de tus trabajos, Guillermo, están relacionados con la historia, ¿a qué se debe ese interés por ella?

GR: Pues no sabría decirte, supongo que soy una persona curiosa, que me gusta mucho saber de dónde vienen las cosas y encontrar la forma de vincularlas con el presente y con el futuro. Creo que es importante que el cine pueda ser, además de entretenimiento, una herramienta transformadora de la sociedad, que nos ayude a entender de dónde venimos para ver hacia dónde vamos. Entonces me parecía interesante, y es algo que yo creo que seguiré trabajando por ahí. Pero creo que me sale de forma natural. Por ejemplo, Solos en la noche parte de una cosa tan personal como es querer conocer cómo eran mis padres de jóvenes y cómo habían vivido ellos un momento que fue muy importante de su vida. No nació como un proyecto de querer revisitar la historia de España, sino que fue una cosa mucho más chiquita, personal, diría que casi egoísta, de “voy a intentar ver cómo eran mis padres de jóvenes y cómo se sentían”.

¿Cómo habéis conseguido no dejar de lado la fidelidad histórica, pero al mismo tiempo hacer una película entretenida y con un tono en momento cómico?

GR: Pues yo te diré que nunca tuve un deseo de hacer un retrato fiel a la historia, sino que más bien estaba interesado en recrear las emociones que las personas de este país vivieron en esa noche. Cuando ves la película con lupa, verás cosas que igual no son de todo verosímiles, pero la idea no era hacer un retrato fidedigno, pormenorizado de minuto a minuto sobre lo que pasó el día del 23F, sino más bien retratar las sensaciones y las emociones que los españoles vivieron ese día. Entonces eso nos dio mucha libertad a la hora de afrontar la comedia, porque la vida, aunque tiene mucho de comedia, no deja de tener una estructura o un tono diferentes al de la comedia en el cine. Creo que esa libertad y el hecho de que ni el reparto ni el equipo técnico hayamos vivido directamente el golpe, nos permitió esa distancia que creo que es lo que nos facilitó presentar así ese momento. Quizás si yo hubiera vivido el golpe en primera mano, o si el golpe no hubiera acabado como acabó, igual no hubiéramos hecho una película de comedia.

BA: Guille siempre nos ha dado mucha libertad a la hora de construir nuestros personajes. No estábamos encorsetados en el sentido de que haya que decir “recórcholis” o esas cosas que se decían en el 81. Solamente no irnos tampoco demasiado fuera del contexto, aunque tuviéramos libertad. La verdad es que, desde el principio, desde la primera lectura, y cuando me dijo Guille que había pensado en mí para este personaje, me vi muy cercana a ella en muchas cosas, no en todas, evidentemente, pero esas cosas me ayudaron a ir a la mujer del 81. Eso me hizo darme cuenta de que se puede contar no solo el contexto histórico, sino también cómo actuamos nosotros en ese contexto histórico en concreto. Por ejemplo, mi personaje, Carmen, es bastante revolucionario para ese momento, pero es verdad que hay algunos comentarios, incluso de ella misma hacia otras mujeres, que evidentemente ahora, en el 2025, a mí no se me pasarían por la cabeza. Pero esa libertad sí que hizo que viviéramos más la situación, sin buscar la comedia. Como me ocurrió a mí con el personaje de Carmen, en ella la comedia no está buscada, sino que está tan desbordada que sus situaciones van a llegar a ser cómicas para el público, para ella no, claro, ella lo está sufriendo y viviendo al 100%. Eso me hizo olvidarme, en el momento, de la parte cómica.

Beatriz, como has dicho, Carmen es un personaje muy revolucionario, y tiene una evolución muy importante durante la película ¿Cómo afrontas un papel así como actriz?

BA: Para mí fue un regalo, aunque suene tópico, pero a veces ocurre que, como intérprete, no tienes la posibilidad o la oportunidad de que te den personajes porque el audiovisual a veces se rige por la apariencia que tengas o el perfil que des. Y a veces parece que se olvida que los actores somos personas que podemos abarcar muchos tipos de personajes. Entonces ocurre que te llegan estas oportunidades de personajes que normalmente no te ofrecen. Por ejemplo, Carmen es un personaje que, por su perfil, ha habido incluso gente que ha visto la película que luego no me reconoce. Y me dicen: “Ah, pero si eres tú”, porque se quedan con la imagen de lo que tú eres a priori. Por eso, para mí fue un regalazo, primero porque hubo un trabajo de peluquería y de vestuario que fue una pasada, no me veía a mí por ningún lado, veía a mi madre. Eso me ayudó mucho a entrar en el contexto histórico y en la vida de Carmen. Y luego, lo que tú acabas de decir, el viaje que tiene ella desde el principio hasta el final era muy divertido. El no tener tantos límites, cuando el cine a veces es control, miradas, y todo hacia adentro, mientras que Carmen es lo contrario. Aunque eso también me daba miedo, yo le preguntaba a Guille si me estaba pasando, pero él me animaba a seguir. El tener un director que te dé libertad y que te dé ese personaje y la oportunidad de interpretarlo así, la verdad que ha sido un regalo.

Guillermo Rojas y Beatriz Arjona
Guillermo Rojas y Beatriz Arjona en la rueda de prensa del Saraqusta Film Festival

Y para ti, Guillermo, ¿Cómo fue el proceso de documentación y de investigación? 

GR: Pues fue un proceso muy largo. Porque yo creo que he estado casi 20 años con esta historia en la cabeza, recordando cosas que me contaron mis padres, leyendo prensa del momento y hablando con muchos amigos de mis padres también sobre cómo vivieron ellos ese día. Fue como un estudio, como de hormiguita, de poquito a poco, que fue creciendo dentro de mí conforme iba bebiendo mucho de otras fuentes, de libros que se habían hecho, ensayos, películas sobre la época. Al principio, ni siquiera tenía claro si iba a hacer una película, pensaba que haría más bien una novela o incluso una obra de teatro. En ese momento estaba más centrado en ver cuál iba a ser el trasfondo y al final la película salió de una forma más natural. El proceso en sí fue muy bonito porque también me permitió ver y entender cómo esas personas que son mayores que yo, que vivieron un momento clave en la historia de este país, cómo se sintieron, y descubrir que ellos, cuando tenían veintipocos años, sentían los mismos miedos que yo 30 años después. Hay algo bonito también de esa conexión entre el tiempo.

Imagino que también, a un nivel más personal, os ayudaría a entender mejor cómo fue la época que vivieron vuestros padres. ¿Cómo reaccionaron ellos al ver la película, al ser personas que sí vivieron el golpe de estado?

GR: Pues en el caso de mi madre, ella tenía, no diría un conflicto, pero cuando la vio, me decía mucho: “Uy, esto no pasó realmente así”. Sí que en la película había muchas cosas de lo que ella me había contado, y que después yo he fabulado, he exagerado otras cosas o las he cambiado. Entonces depende un poco de la persona, quizá hay personas que se quedan más con la apariencia y otras personas que se quedan más con el fondo. Al principio mi madre se quedaba mucho más con la apariencia, pero después entendió que no era eso lo importante, sino que era ver cómo se sentían ellos, cómo hemos reflejado la época a través de la ambientación, las canciones, el vestuario, el color, y eso es algo que igual no te llega de primera mano, sino que se va filtrando por los poros de tu piel y va calando, y al final lo importante es eso: que la gente no se quede con la apariencia, con lo llamativo de los hechos de ese día, sino que lo que sintieron esas personas cale de alguna manera.

BA: A mis padres les gustó mucho, y a todas las generaciones de mi familia. Aunque es verdad que también le tenía mucho respeto el día de la primera proyección, porque estaba la madre de Guillermo y yo sabía que había parte de ella en mi personaje, pero al final fue muy emocionante y fue muy bonito el representar a las mujeres de ese momento. Fue todo un orgullo ver cómo se veían reflejadas en ese sentido. Tenemos un feedback muy bonito por parte de los espectadores. Además, es que es parte de nuestra historia y está medio olvidada, parece que se quedó como una anécdota, pero pasó, y lo que viene a recordar la peli es eso, que no estamos tan lejos, ni de este grupo de amigos, ni de que en cualquier momento las cosas cambien y perdamos nuestros derechos. Eso creo que le está llegando al público, y la verdad que la respuesta de esa generación ha sido preciosa.

Y la gente de otras generaciones, más jóvenes, que no han vivido ni de lejos el golpe de Estado ¿Cómo ha sido su reacción?

GR: Yo esperaba que iba a ser una reacción más fría, pero creo que la gente más joven ha terminado entendiendo el fondo del que habla la película, que es el miedo a vivir la vida cuando empiezas a encontrar dificultades, el miedo a la responsabilidad, el miedo a expresar tu opinión, el miedo a perder los derechos que creías que no tenías y que poco a poco se te van desvaneciendo. Muchas veces los que somos mayores pensamos que los que vienen detrás no tienen interés o no tienen ideas o inquietudes, pero yo soy el mismo sintiendo hoy con 42 años que cuando tenía 16, y a veces creo que despreciamos mucho a la gente que viene detrás nuestra. Igual que me pasa a mí con la gente que es mayor que yo, creo que ellos simplemente son gente que nació antes y ha vivido cosas que yo todavía no he vivido, y la gente joven ya las vivirá, pero en el fondo somos todos iguales. Entonces, yo creo que la gente joven sí que conecta de alguna manera también con esa parte humana de la película, porque no hay que despreciar a un chico o una chica de 13, 15 o 22 años, ellos también pueden sentir miedo en su vida, pueden sentir deseo, pueden sentir amor. La película juega un poco a que esa conexión no se pierda nunca.

BA: Yo creo que es algo importante que estemos siempre cerca de la gente joven, tanto en el cine como en cualquier tipo de actividad cultural, porque todo es recuerdo y memoria, para detectar qué ocurrió, para intentar que no vuelva a pasar en el presente. Y hay veces que parece que el sistema hace que vivamos de espaldas, que intenta alejarnos, cuando debería ser al contrario, ahora hay que estar más cerca. Y la gente joven que ha visto la película de repente ha reaccionado. En el guion de Guillermo, a través de los personajes, sobre todo en Paco, se habla mucho de eso, de sentémonos, reflexionemos, hablemos, somos humanos, cada uno tiene un pensamiento político, pero por encima de todo debe estar la humanidad. Vivimos todos en el mismo planeta y tenemos que hacernos la vida un poco más fácil. A la gente le emociona mucho, y yo veo que le llega también a la gente joven porque estamos hablando de lo mismo. Es un contexto diferente, pero nos siguen pasando, por desgracia y por suerte, las mismas cosas. Nos seguimos enamorando, pero nos seguimos muriendo; seguimos teniendo catástrofes, pero a la vez tenemos cosas maravillosas; como amigos, nos seguimos juntando. Creo que es una película que habla de la vida, y habla también de lo que comentaba antes, de que ahora todo está muy bien, pero cuidado, si no sales a defender y a proteger tus derechos, esto en cualquier momento se torna, y lo que tú estás viviendo o aprovechando de tus ancestros que han luchado para que tú estés así, se puede perder.

Por último, quería preguntaros qué esperáis de esta nominación en el Saraqusta.

GR: Nosotros estamos contentísimos de participar en el festival, de que se pueda ver dentro de un marco dedicado al cine histórico y que atraiga la atención del espectador. Ya con estar aquí estamos es suficiente, porque le da una nueva visibilidad a la película, que todavía sigue rulando por festivales, por centros culturales, se está proyectando también fuera de España, y seguimos muy receptivos y encantados de todo lo bueno que le pasa. Así que encantados de volver a Zaragoza con ella.

BA: Muy felices, yo hacía tiempo que no podía venir a Zaragoza y estoy encantada de estar aquí, de disfrutar el fin de semana en el festival, de ver también las proyecciones de los compañeros, tengo muchísimas ganas porque a mí todo lo relacionado con la historia me fascina. Y como decía Guille, estamos muy contentos de que se vea la película en un contexto de festival histórico, porque otras veces solo parece una comedia. Y bueno, cruzando dedos a ver qué pasa con la nominación.

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