Desde el 15 de julio, las artes escénicas vuelven a conjugarse con las murallas de las fortalezas aragonesas en la cuarta edición de Festivales de los Castillos. Teatro, música, magia…hasta cincuenta funciones conforman un programa con importante presencia de artistas aragoneses
Los castillos son uno de los tesoros más importantes de Aragón. Cuentan nuestro pasado y son historia viva de lo que ha sucedido en esta tierra desde hace siglos. Atraen cada año a miles de turistas que quieren ver de cerca estas construcciones, pasear por sus estancias y sentirse parte del legado que conforman. Pero también han demostrado que pueden convertirse en un escenario poderoso en el que programar conciertos o funciones de teatro. Y eso precisamente es lo que hace Festivales de los Castillos: reivindicar el papel de estos espacios como sedes de diferentes espectáculos.
Este año la iniciativa cumple cuatro ediciones, con el objetivo de recuperar el pulso que tuvo antes de la pandemia. En total habrá diez escenarios donde se programará teatro, música, espectáculos de magia o humor. Como explica Toño Monzón, su organizador, “vuelven a abrir sus puertas algunas de las fortalezas que no pudieron hacerlo en 2020, y, además, se incorporan nuevas sedes como el castillo de San Agustín, en Teruel, el de Fraga, en Huesca, y el de Alfajarín, en Zaragoza”. La nota negativa es la de Monzón, ya que el cierre temporal de su fortaleza tras un derrumbamiento ha provocado que su participación en el festival tenga que aplazarse hasta el año que viene.
Entre el 15 de julio y el 29 de agosto diez serán los castillos de Aragón que acojan representaciones: además de las nuevas incorporaciones repiten Valderrobres, Albalate del Arzobispo, Rubielos de Mora y Mora de Rubielos (que forman el consolidadísimo Festival Puerta al Mediterráneo), Illueca, Mesones de Isuela y Sádaba.
Artes aragonesas y las propuestas de vanguardia
La programación de este año quiere mantener dos de las señas de identidad que ha defendido desde su nacimiento este festival de festivales: la apuesta por el talento aragonés y las oportunidades a jóvenes artistas, que tienen aquí una oportunidad de poner sus propuestas sobre las tablas.
Como recuerda Monzón, “el compromiso con la creación aragonesa ha estado siempre. Este año, de las 50 actuaciones programadas, más de la mitad son de nuestra Comunidad. Y, en cuanto a los nuevos talentos, hay mucha gente que está haciendo cosas nuevas y el festival siempre los ha traído. Este año, por ejemplo, hay una compañía de Madrid con una versión de Calderón de la Barca muy moderna”.
Entre los artistas programados encontramos, entre otros, en el apartado musical, a Isabel Marco, O’Carolan, Aurora Beltrán, Nacho del Río junto a Beatriz Bernad o a Delacueva. Y en cuanto al teatro, a artistas y compañías como Marisol Aznar y Jorge Asín, Teatro del Temple, Kulunka Teatro, Teatro Che y Moche, Nueve de Nueve Teatro o Rafa Maza.
Se mantiene el aforo reducido del 50%
Como ya sucedió el año pasado, los escenarios ubicados en los diferentes castillos de las tres provincias aragonesas verán reducido su aforo a la mitad. Toño Monzón asegura que han preferido no aumentarlo hasta el 75% para garantizar las mejores condiciones, aunque reconoce que, si las condiciones mejoran, podrían plantearse ampliar el aforo en momentos puntuales.
Esa limitación de público se nota también, lógicamente, en la taquilla recaudada, algo que les ha impedido programar espectáculos de gran formato. “Económicamente es imposible, hay propuestas que han tenido que quedarse en el cajón, de teatro, de musicales… no es lo mismo meter a 1.000 personas de público que a 500”, lamenta.
Festival complemento a la oferta turística
Como explica su organizador, Festivales de los Castillos es un añadido más a la programación cultural que diferentes instituciones organizan en torno a las fortalezas aragonesas. “Somos un complemento, porque la mayoría de los pueblos tienen sus propios planes de dinamización turística. Hay muchas actividades, cada pueblo dinamiza sus castillos y somos el acompañamiento o el incentivo a que sigan ocurriendo coas durante el año”.
Un espíritu que se sublima entre los meses de julio y agosto, cuando la oferta escénica quiere ser solo una parte de una propuesta de turismo rural: “Queremos crear el rito de ir al teatro por la noche y que por el día se realicen actividades deportivas de naturaleza, que se visite el patrimonio de los pueblos y se vaya a comer en ellos”, indica Toño Monzón.
Una oferta que, cada año, a trae a cientos de visitantes de dentro y fuera de Aragón, que se acercan a disfrutar del espectáculo pero también a conocer el patrimonio cultural, natural y gastronómico de la Comunidad.
