Teruel es un lugar desconocido para muchos españoles pero que guarda secretos naturales y patrimoniales que bien le han merecido liderar los primeros puestos de muchos ránkings. Ya solo la ciudad de Teruel es famosa por el conjunto mudéjar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pero en la provincia de Teruel hay mucho más que la ciudad, su aeropuerto y Dinópolis. ¿Quieres descubrir la provincia de Teruel a través de sus 7 pueblos más bonitos? Ven de viaje por Teruel con Go Aragón.
Valderrobres
En la comarca del Matarraña se encuentra Valderrobres, a hora y media de Zaragoza y a menos de tres horas desde Barcelona. Este pueblo con un patrimonio arquitectónico de incontable valor histórico y patrimonial. Un paseo por su casco antiguo te llevará a la época medieval y te permitirá disfrutar de construcciones como el castillo y la iglesia de estilo gótico y únicas de este tipo en Aragón.
La iglesia parroquial de Santa María la Mayor fue declarada Monumento Histórico durante la Segunda República Española; y ya en el 2004 la propia iglesia, la Casa Consistorial, el Castillo del Arzobispo y todo el Conjunto Histórico fueron catalogamos como Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón. Otras construcciones icónicas de la localidad son el puente de piedra y en el arco de San Roque, una de las siete puertas de entrada a través de las murallas, además de algunas viviendas, como el Torreón de Valentinet, el Palau, el Hospital y la Fonda de la Plaza.Para conocer mejor Valderrobres y sus alrededores hay multitud de actividades al aire libre, como senderismo, escalada, rutas de bicicleta de montaña, así como actividades culturales y gastronómicas.
Calaceite
Muy cerca de Valderrobres, también en el Matarraña turolense, se encuentra Calaceite, otro de los pueblos más bonitos de España. Es la capital cultural de la comarca del Matarraña y fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1973.
Desde su plaza Mayor, se van tejiendo recorridos históricos a través de sus calles en las que predominan las casas solariegas en piedra decoradas con balcones de forja, iglesias o plazas como la de Los Artistas. La plaza de España, el ayuntamiento (de 1609) y la iglesia Parroquial de la Asunción son los principales reclamos arquitectónicos.
Su casco urbano está lleno de referencias a los tintes mediterráneos de esta población que ha vivido siempre de la producción el vino y del aceite, elementos que se pueden ver por toda la localidad. Su aceite tiene Denominación de Origen Bajo Aragón y su gastronomía, con platos típicos como la cassolada, fesols en sardina o el coc en primentró, es otro de los motivos por los que visitar este lugar.
Albarracín
A 1.182 metros de altitud, a tan solo 35 kilómetros de Teruel, Albarracín se impone estratégicamente. La comarca, muy castigada por la despoblación, encuentra en Albarracín un reclamo turístico para mostrar la historia que tuvo este lugar, que sirvió de foco defensivo gracias a su muralla. Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1961, y está propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
El encanto de Albarracín está en el trazado de sus calles, adaptadas a la topografía del terreno, con escalinatas y pasadizos y en el conjunto de su caserío de muros irregulares y de color rojizo, con entramado de madera, en difícil equilibrio, con aleros que se tocan. Todos los detalles del pueblo, desde los llamadores de las puertas, los visillos de encaje y los balcones de forja y madera son dignos de admiración.
Rubielos de Mora
En la comarca de Gúdar-Javalambre, Rubielos de Mora ofrece belleza natural con valor histórico y patrimonial. Una encrucijada geográfica, cultural y económica que se abre como un gran mirador sobre el altiplano de Teruel. La localidad acogió a tantos nobles en los siglos XVI y XVII que llegó a denominarse “Corte de la Sierra”. Son dignas de ver las casas solariegas de aquella época, así como la Excolegiata Santa María la Mayor y el gran retablo gótico internacional del XV que atesora en su interior. La Casa Consistorial es una obra renacentista digna de ver.
La villa de Rubielos es una de las ocho ciudades españolas incluida en la Red de Municipios por la calidad de vida “Cittaslow”, creada en Italia en 1999; y es lugar de sellado en el reconocido Camino del Cid. Además, puedes disfrutar de la naturaleza con diferentes actividades como el esquí, con estaciones cercanas como Valdelinares y Javalambre.
Puertomingalvo
En Puertomingalvo las calles son estrechas y repletas de edificios de arquitectura popular, con un ayuntamiento que data del siglo XIV, máximo exponente del gótico civil de la provincia. El castillo data del XIII y preside todo el núcleo urbano, creando una pintoresca atmósfera secundada por los alrededores, ya que a tan solo 6 kilómetros del pueblo se encuentra una naturaleza de impresión con la Cascada del Arquero.
Cantavieja
También incluido en el Camino del Cid como Rubielos de Mora, Cantavieja es otra singular localidad situada en el Maestrazgo turolense sobre un peñón calizo a 1.300 metros de altitud que han marcado su devenir y su historia. El reflejo de lo vivido en Cantavieja se puede intuir al deambular por sus calles y su trazado medieval hasta la plaza Porticada, donde se encuentra la solemne Iglesia de la Asunción, visita obligada en la localidad; al igual que la Torre de la Iglesia, el Ayuntamiento o el Castillo. No te vayas de la zona sin probar el jamón de Teruel o las setas de temporada.
Mirambel
En este pueblo ubicado en el Maestrazgo turolense parece que el tiempo se haya detenido. En el año 1980 Mirambel fue declarado Conjunto Histórico Artístico por ser “Villa cargada de historia, conservando en su totalidad el recinto amurallado y las notables construcciones, sin alterar la imagen y el ambiente medieval”.
Su casco histórico recibió el Premio Europa Nostra a la conservación. Este conjunto medieval que perteneció a la Orden Militar de San Juan y conserva perfectamente su perímetro amurallado. Destacan las celosías del Portal de las Monjas y otros edificios como el convento de las Agustinas, la iglesia de Santa Margarita, la Lonja o el Ayuntamiento renacentista.
Mirambel ha servido de inspiración a escritores y artistas y ha sido escenario de cine en varias ocasiones, la más sonada fue en 1994, con el rodaje de la película Tierra y Libertad de Ken Loach. En la actualidad se pueden recorrer los escenarios de la película gracias a una ruta. Además, Mirambel forma parte del Parque Cultural del Maestrazgo.
