China está en busca de expandir su influencia en Iberoamérica mediante la implementación de la Nueva Ruta de la Seda, un ambicioso plan de infraestructuras globales que ha destinado inversiones millonarias en países alrededor del mundo.
Durante la tercera edición del Foro de la Ruta de la Seda, celebrado en Beijing en octubre de 2023, China focalizó su atención en algunos países de Iberoamérica y el Caribe. El gigante asiático se concentró en atraer lo que denomina el “Sur Global”, prometiendo inversiones multimillonarias.
Argentina, Chile y Colombia emergen como actores clave en la estrategia de China en la región.
En particular, Argentina ha firmado un acuerdo de adhesión al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, una entidad financiera establecida por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Este acuerdo abre significativas oportunidades para que Argentina obtenga financiamiento destinado a proyectos de infraestructura.
Chile, por su parte, ha reafirmado su compromiso con el principio de “una sola China”, reconociendo a Taiwán como parte inalienable del territorio chino. Esta acción ha sido bien recibida por China, que ha intensificado sus esfuerzos para consolidar relaciones con países que respaldan esta postura.
Colombia, finalmente, mantiene una relación comercial estrecha con China, que en 2023 se convirtió en el tercer destino de las exportaciones colombianas y el principal origen de las importaciones.
El Futuro de América Latina en la Nueva Ruta de la Seda: Un Camino Incierto.
Los analistas están divididos respecto al papel futuro de la región en la Nueva Ruta de la Seda. Algunos sugieren que Iberoamérica podría transformarse en un importante corredor comercial para China, mientras que otros expresan preocupación por la posibilidad de que las inversiones chinas generen un aumento en la deuda y la dependencia de los países latinoamericanos.
Lo que está claro es que China está haciendo una apuesta estratégica en Iberoamérica como parte integral de su estrategia para ampliar su influencia a nivel global.