El turismo deportivo crece. Así lo demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que reflejan que, aunque todavía no se hayan alcanzado las cifras previas a la pandemia, estos desplazamientos conllevaron en España un gasto de los turistas, tanto nacionales como de fuera del país, de 1.379 millones de euros. Se trata de un pastel del que Zaragoza no rehúye a su parte y el consistorio de la capital aragonesa ya trabaja para afianzar las fortalezas de la ciudad como destino para el deporte.
“Está en auge, no es un tema subjetivo, sino que los datos corroboran que el turismo deportivo vende e interesa”, asevera la consejera de Deportes, Cristina García. La responsable municipal admite que la pandemia frenó “un poco” la proyección de Zaragoza en este aspecto, por lo que ahora quieren superar este bache relanzando los atractivos de un núcleo urbano que cuenta con varios puntos fuertes.
El primero, su propia ubicación, que la coloca entre muchas de las grandes capitales del país como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao. Una situación “privilegiada”, destaca García, que facilita la atracción de eventos.
Más allá del Real Zaragoza o del Casademont, referentes de la capital aragonesa en el plano deportivo, la ciudad cuenta con “muchas posibilidades” que desde el ayuntamiento buscan potenciar. Por ejemplo, con eventos deportivos como la maratón que celebró la ciudad el pasado 3 de abril y que sumó 3.028 visitantes para la ciudad durante ese fin de semana.
“El objetivo debe ser que todos los corredores marquen Zaragoza en su calendario anual, que cada año tengamos más gente corriendo la maratón”, indica García sobre una prueba en la que el 55 % de los corredores eran de fuera de la capital aragonesa.
También destacan citas como las que acogió Zaragoza el fin de semana pasado, cuando se celebraron las semifinales y la final de la Copa Asobal, y otras propuestas menos tradicionales que congregaron un público para tener en cuenta, como por ejemplo la eLaLiga Santander Cup del videojuego FIFA 22 o el partido entre ‘youtubers’ que se disputó en el estadio de La Romareda.
El balonmano congregó a unas 3.000 personas en el Pabellón Príncipe Felipe, muchas de ellas, de Irún, Logroño y Barcelona, de donde procedían los equipos que disputaron las fases finales de la copa. La cifra es similar a la que reunió el torneo de ‘esports’ en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza, aunque las dos están por debajo de los cerca de 17.000 espectadores que disfrutaron del partido de ‘youtubers’.
Una red tupida de pabellones
Su privilegiado emplazamiento no es la única fortaleza, sino que la ciudad también cuenta con una amplia red de pabellones, como explica la consejera, que “permite acoger campeonatos con mucha gente” y disputar varios partidos a la vez.
“Estamos en la Champions League a nivel nacional”, destaca el gerente del patronato de Turismo, Conrado Molina, sobre las infraestructuras deportivas zaragozanas, a la vez que subraya la estrecha colaboración entre su área y la de Deportes a tenor de estos eventos: “Estamos total y absolutamente vinculados”, asevera.
El 24 de septiembre será una fecha importante en el calendario deportivo de la ciudad, ya que la selección española de fútbol disputará un partido en La Romareda después de 18 años sin pisar el césped del estadio municipal. Jugará contra Suiza y la responsable de Deportes en el ayuntamiento espera “una buena respuesta” y un campo lleno.
Para ello, el consistorio ha tenido que invertir casi 400.000 euros en adecuar el estadio a las exigencias internacionales para celebrar un partido que puede tener un retorno para la ciudad cercano a los 3,3 millones de euros, según estiman en el ayuntamiento.
Para el presidente de la Asociación Cafés y Bares, José María Marteles, este encuentro supondrá “una buena inyección” para la hostelería y el turismo zaragozano, puesto que piensa que con ‘la roja’ en Zaragoza, “los hoteles y las zonas turísticas van a subir un montón en ventas”.
Más allá de grandes citas como el partido de la selección, lo cierto es que el turismo deportivo ofrece más posibilidades como el deporte base. Así lo ve García, quien lo considera “esencial” por varias cuestiones.
“Una, porque siempre atrae mucha gente que acaba pernoctando, y otra, porque si no tenemos deporte base, no tenemos deporte de élite”, resume la responsable de Deportes sobre unos eventos que pueden atraer “a 2.000-3.000 personas a pasar un fin de semana”.
Su punto de vista es casi idéntico al del gerente de Turismo, quien destaca que los participantes en las competiciones suelen ir acompañados por una media “de persona y media o dos personas”, como padres, abuelos o hermanos que se desplazan para disfrutar de la competición, lo que lleva a que el número de visitantes se multiplique por tres.
También ve con buenos ojos la celebración de estos campeonatos el presidente de la Asociación Cafés y Bares, ya que las competiciones del deporte base resultan unos eventos “estupendos que mueven dinero en hoteles, restaurantes, bares, souvenirs…”.
“Lo que está muy claro es que la ciudad tiene que potenciar todos los eventos que se puedan, deportivos, culturales, musicales… tenemos que empezar a creernos los aragoneses que Zaragoza es una ciudad con cultura, deportes y actividades”, añade.
Debilidad en el olimpo
Sin embargo, una de las debilidades de la capital aragonesa tiene que ver con la situación de sus equipos en la élite deportiva. El Zaragoza permanece en la categoría de plata del fútbol español desde el año 2013 y esta temporada ha sido aciaga para los clubes de la ciudad, con el descenso de, por ejemplo, el Futbol Emotion Zaragoza y el Casademont salvando su plaza en la ACB en el último partido.
Muestra de la importancia de estar en la máxima categoría es el estudio que realizó la Cámara de Comercio en el año 2007, que cifraba en 20.629.809 millones de euros el efecto económico total que suponía tener al Real Zaragoza en Primera División durante una temporada.
En ese aspecto, García destaca que el ascenso es “prioritario”, ya que estar en la máxima categoría del fútbol español “cambia el escenario totalmente” al ser partícipe “de la mejor liga del mundo”, con la proyección mediática que conlleva.
Precisamente, desde los últimos meses la ciudad se encuentra inmersa en el debate sobre la creación de un nuevo estadio. Dado el estado actual de La Romareda, el consenso acerca de la necesidad de una nueva instalación o de la remodelación del coliseo maño parece claro y las posiciones sobre su ubicación se decantan por su emplazamiento actual.
“Es fundamental tener el nuevo estadio por la proyección exterior de la ciudad, para el club, obviamente, porque creo que ya necesitas un estadio en condiciones para competir, pero es que al final, un estadio de fútbol en la quinta ciudad de España mueve mucho”, destaca García sobre una instalación que permitiría “una oferta deportiva y cultural potente”.
Más si cabe, con el horizonte que plantea la posibilidad de que la capital aragonesa sea sede del Mundial 2030 de fútbol, en el caso de que la propuesta conjunta de España y Portugal prospere, y de los Juegos Olímpicos de Invierno de ese mismo año, una cita sobre la que se ciernen más dudas por la controversia alrededor de la candidatura conjunta entre Aragón y Cataluña.
“Son oportunidades que pasan y que no sabes cuándo van a volver a venir”, considera la consejera, que evalúa como “muy importante” que Zaragoza fuera sede del mundial o de los Juegos Olímpicos. “Cualquier evento deportivo de esta envergadura siempre es bueno para la ciudad”, zanja.