Owen Johnson, tiene 20 años y aunque es de Ohio, Estados Unidos, ha pasado cinco meses estudiando arquitectura en la universidad San Jorge de Zaragoza, gracias al programa de becas internacionales de la universidad de Bowling Green. A pesar de haber terminado su intercambio recientemente, le hemos pedido que eche la vista atrás y nos cuente como es Zaragoza desde la mirada de alguien para quien, hasta hace poco, le era desconocida.
¿Por qué decidiste ir de Erasmus a Zaragoza?
Mi universidad tiene un acuerdo con la Universidad San Jorge de Zaragoza, porque ambas tienen planes de estudios compatibles. De hecho, era la única ciudad en España que ofrecía un programa de Arquitectura compatible con mi universidad. Por eso elegí Zaragoza. Además, tengo amigos que viven en España. Tengo una amiga que es de Madrid, y otro amigo que vive en Barcelona. Ellos me animaron a venir a España, y sin duda fue una buena decisión.
¿Tuviste algún problema con el idioma?
Un poco. En principio, planeé que todas mis clases fueran en inglés, ya que la universidad me ofreció la oportunidad, pero acabé haciendo algunas asignaturas en español, aunque el profesor me ayudaba en inglés. Había estudiado un poco de español antes de ir, pero aún no tenía un buen nivel ni mucha confianza a la hora de hablarlo. Aun así podía interactuar con la gente en el día a día y tener pequeñas conversaciones. En algunos momentos fue más difícil, a veces tenía que pedir a la gente que repitiera lo que decían porque no los entendía, pero creo que es normal cuando estudias en un país diferente y con personas que hablan otro idioma.
¿Durante tu intercambio pudiste mejorar tu español?
Un poco. Escuchar a la gente hablar a mi alrededor, imitarlos e intentar hacer lo que ellos hacían me ayudó bastante. Creo que también habría mejorado más si hubiera estado en grupos con más estudiantes españoles. Mi grupo de amigos estaba formado mayormente por estudiantes de otros países, porque todos estábamos en las mismas clases, ya que éramos los únicos que dábamos clases en inglés.

Y de Zaragoza, ¿Qué fue lo que más te llamó la atención? Imagino que sería muy diferente a Estados Unidos.
Creo que lo que más me llamó la atención fue lo amigables que eran las personas entre sí y el sentido de comunidad. En la calle veías niños jugando, personas charlando, cenando, almorzando, paseando. Siempre había vida en las calles, y eso es algo muy bonito de ver. Creo que en mi país la gente es muy individualista, tienden a centrarse en ellos mismos, por lo que puede ser más difícil conocer gente o interactuar con personas que no conoces de antes. Mientras que en España hay mucha más comunidad, me pareció mucho más animado que donde yo vivo.
¿Hubo algún lugar de Zaragoza que te impresionase especialmente?
Me encantó, por supuesto, la Basílica del Pilar. Es un lugar precioso, y como alguien que estudia Arquitectura, es muy único e interesante ver cosas que normalmente solo estudiamos en los libros de historia. En Estados Unidos no tenemos nada tan antiguo, así que ver algo que tiene siglos de antigüedad es realmente emocionante y único. Hay mucha arquitectura renacentista y barroca. Es una ciudad muy bonita.
¿Cómo te ayudó la universidad antes y durante tu intercambio?
Ambas universidades fueron muy serviciales. En mi país me ayudaron mucho con los trámites técnicos, como el visado, el pasaporte, encontrar alojamiento o a como financiar el viaje. Mientras que la Universidad San Jorge me ayudó muchísimo a adaptarme. Siempre organizaban fiestas o eventos para que los estudiantes se conocieran y se integrasen en la cultura local. El primer día que llegué, la universidad organizó un recorrido a pie por la ciudad. Fue muy agradable porque teníamos un guía que nos contaba la historia y también conocimos a otros estudiantes de intercambio.
Háblame más sobre eso ¿Qué otras actividades organizaron para los estudiantes de intercambio?
Nuestra universidad organizó algunos eventos para estudiantes internacionales. Tuvimos uno de bienvenida, para que conociéramos la escuela y a otros estudiantes, y cuando terminamos el intercambio, como despedida, fuimos a un bar y hablamos de nuestras experiencias. Luego, el grupo Erasmus (Erasmus Club Zaragoza) solía organizar muchísimos eventos y actividades. Fueron a Marruecos, a Sevilla, también hicimos senderismo en las montañas y organizaron muchas fiestas para que nos conociéramos entre nosotros.

¿Has podido visitar otros lugares en España?
Sí, viajé yo solo a Madrid y a Barcelona, y con mi pareja fui a Olite y de nuevo a Barcelona. También aproveché para viajar por Europa. Algo muy bueno de España es que los precios de los billetes de avión son mucho más baratos que en Estados Unidos, y eso hace que sea más fácil viajar. Pude ir a Escocia, Inglaterra, Italia y a la frontera con Francia.
Y de todos esos lugares que visitaste en España ¿Cuál fue tu favorito?
Me gustó mucho Barcelona, porque es una ciudad muy artística. Creo que es muy diferente a otras ciudades y lugares que he visitado. Tiene una vibra y un ambiente muy distintivos.
Y para terminar, ¿Qué consejo le darías a futuros estudiantes Erasmus?
Que sean muy abiertos de mente y siempre digan “sí” a las experiencias, porque para eso están allí. Es buena idea hacer amigos internacionales, pero también amigos locales del país en el que estés. Conocer a gente que es de allí te permite descubrir mejor el lugar y su cultura, y conocer a personas de otros países te enriquece porque aprendes de sus costumbres y formas de vida. Y que exploren todo lo que puedan, aunque sea simplemente pasear por la ciudad y conocerla.