¿Te esperabas este cambio de cargo?
Cada cuatro años hay elecciones en el Consejo Regulador. Había renovación de mandatos en julio, me lo propusieron y así fue. Me lo esperaba…. Yo llevaba como secretario general en DO Somontano 27 años y ese era mi trabajo, mi misión, que no tiene por qué desembocar nunca en la presidencia. Es cierto que es una satisfacción que después de tantos años me hayan propuesto a mí, no deja de ser un reconocimiento.
Nuevo reto a la vista, pero no nuevo en la Denominación… ¿Cómo es este cambio de cargo?
Como siempre he estado trabajando codo con codo con los dos presidentes que he tenido y las bodegas que conforman la junta tampoco es nada nuevo. Como mucho es más visibilidad, ahora tengo la misión de representarlos y ser la voz del sector del Somontano. Por lo demás, por responsabilidad igual.
¿Qué vinculación anterior has tenido con el mundo del vino?
Me he dedicado profesionalmente siempre a esto, pero en mi familia siempre han sido agricultores.
¿Cómo valoras la gestión de tu antecesora Raquel Latre?
Muy buena. He tenido mucha suerte con los dos presidentes de la Denominación de Origen Somontano con los que he trabajo, Mariano Beroz con quien estuve 22 años, y cuatro años con Raquel Latre. Ha habido muy buena sintonía, hemos trabajado conjuntamente y sin problema.
Se suele decir aquello de una política continuista, pero ¿cómo va a ser la tuya?
Es seguir trabajando. Aquí ningún presidente tiene una varita mágica y guía al sector por caminos que no dirige la junta directiva, las bodegas y los grupos de marketing que conformamos con las bodegas. Aquí las decisiones son muy consensuadas y se trabaja entre todos de donde venimos y a dónde queremos ir. El Consejo Regulador siempre lo denomino la casa de las bodegas y los viticultores; en el Consejo Regulador somos los servidores de nuestros afiliados. Mi política será seguir trabajando codo con codo con ellos para que Somontano sea conocido y la gente lo perciba como un vino de calidad, que es lo que es.
¿Cómo ha influido el covid en la gestión del vino y en concreto a Somontano?
Nos ha afectado como a todas las denominaciones de origen en las ventas, porque nuestro principal canal de venta, que es la hostelería, ha estado muchos días cerrado. En los trabajos de viticultura y elaboración no ha afectado, sí en los ERTES, pero al ser un trabajo esencial no se ha parado de trabajar. Si no fuera por el cierre de la hostelería no hubiéramos tenido ningún problema.
¿Cuánto supuso ese cierre en ventas?
El año pasado, en 2020, perdimos un 12,9% las ventas.
¿Este año se espera recuperarlo?
Ahora esta funcionando ya bien, pero la hostelería siguiente en Aragón sin barras y con el aforo restringido, está un poco estrangulado el canal de venta, pero desde este verano ya están yendo las con más normalidad. La gente tiene ganas de salir, de ir a restaurantes, tomar un buen vino… Recuperar lo que no hemos vendido se tarda un tiempo.
¿Cuándo calculáis que lo recuperaréis?
Se tarda un par de años para equiparar oferta y demanda.
¿Cómo quiere gestionar la DO? Ya no solo es importante la cosecha y el vino en sí, si no cómo se promociona.
Somontano siempre se ha caracterizado por ser una denominación de origen pequeña, pero nos ha gusta hacer muchas cosas de marketing y promoción. Como en cualquier producto, hay que estar en la mente del consumidor en la manera que medianamente puedas y que los recursos lo permitan. Tienes que buscar recursos fuera, hemos sabido rentabilizar bastante con fondos que hemos conseguido como fondos europeos, de las administraciones, de nuestro propio sector… y hemos hecho muchas cosas y nuestra idea es seguir haciendo más.
¿Cuáles?
Hemos tenido proyectos Interreg con denominaciones francesas, el año pasado finalizamos un proyecto europeo conjuntamente con la DOP Jamón de Teruel en el que invertimos un millón de euros cada año, que un son proyectos importantes a destacar en denominaciones tan pequeñas como la nuestra. Organizamos el Festival del Vino que es una inversión muy fuerte que hemos consolidado. Aunque llevamos dos años sin hacerlo por la pandemia, llevamos 20 años haciéndolo y es uno de los principales atractivos de Barbastro y nos ayuda a afianzar la cultura del vino para todos los que nos vienen a visitar.
¿Qué es la cultura del vino?
Que la gente sepa disfrutar con moderación, tomarse un buen vino, que conozca cuando está tomando un buen vino aunque no haya hecho ningún curso de cata, que sepa hacerlo en compañía de los amigos y de una buena gastronomía… poco a poco con lo del Festival lo logramos. Y también calar en la juventud. Lo vamos consiguiendo, ahora hacemos vinos frescos y suaves y va cambiando en su cabeza su concepto de vino.
¿Es un reto llegar a los jóvenes?
Es un reto importante. Ahora hay una variedad muy grande de bebidas carbonatadas, bombardean con muchas campañas de publicidad y que son más fáciles de calar en ellos. Para el sector del vino es muchísimo más difícil que para la cerveza, por ejemplo, que es más fresca y burbujeante.
Pero el vino va más ligado a la gastronomía, y eso parece que ahora gusta más entre la juventud.
Hay que entrar por ahí, que ellos empiecen a sentir que una buena comida hay que tomársela con un buen vino. Y de ahí surge el Festival del Vino. Y eliminar un poco barreras. Se ha estado insistiendo muchos años en un vocabulario del vino que alejaba a la juventud.
Ahora que la pandemia parece que remite poco a poco, ¿recuperaréis el Festival del Vino o las experiencias y catas presenciales?
Estamos rediseñando la promoción, pero la idea es orientarlo todo a lo presencial. El vino online está muy bien cuando no hay otra alternativa, pero el vino es para compartir experiencias e impresiones, degustarlo, comentarlo… el vino no es para compartirlo a través de una pantalla de ordenador.
¿Ha aumentado el consumo de vino en pandemia?
Ha aumentado mucho el consumo en los hogares, ahora falta por ver si se mantiene a ese nivel o descenderá, que es lo que todos pensamos, que volverá a la hostelería. Hay bodegas que les ha ido muy bien, a todas las que vendían en ese sector les ha ido muy bien. Las tiendas y el canal online han amortiguado el golpe.
¿Qué volumen de ventas manejáis?
Es difícil hacer una estimación, pero me imagino que en torno a los 15 millones de botellas. Es una cifra similar a prepandemia, un poco menos.
¿En qué países vendéis vino de Somontano? ¿Qué mercados son los relevantes para la denominación?
Principalmente Centroeuropa, Bélgica, Alemania, Holanda, Reino Unido, Rusia… en total unos 40 países. El principal mercado sigue siendo nacional, con un 75% ve las ventas. México está funcionando bien, y vendemos en más lugares de Sudamérica y Estados Unidos. Hay algunas bodegas que venden en China también.
¿Qué retos tiene la DO Somontano y en concreto Francisco Berroy en este mandato?
Seguir trabajando para posicionar Somontano en la parte alta de la pirámide, intentar que sea un vino muy reconocido, que el sector tenga el mayor valor añadido posible. En na denominación tan pequeña como la nuestra no cabe otra, vender el 100% y venderlo al mejor precio posible, y para eso hay que trabajar.
Insistes mucho en que es una Denominación de Origen muy pequeña…
Vendemos 15 millones de botellas toda la Denominación de Origen. Para que te hagas una idea, hay alguna bodega en Aragón que ella sola vende 24 millones de botellas. Rioja vende 400 millones de botellas y Ribera del Duero 80 millones de botellas. Somos pequeños.
Pero se os asemeja a estas Denominaciones de Origen en calidad.
Solo hay que ver las guias. Verás que tenemos muchos vinos valorados por encima de ellos. Nuestro objetivo es seguir haciendo buenos y grandes vinos que sean reconocidos, luchar por la máxima calidad y que tenga un prestigio reconocido en el mercado.
