Alain Rousset es desde 2016 presidente de Nueva Aquitania, la región francesa que linda con los Pirineos junto con Occitania. Entre sus responsabilidades políticas anteriores, fue diputado de la Asamblea Nacional por la Gironda, uno de los doce departamentos que componen la que es la región más extensa de Francia, de Pau a Poitiers, pasando por Burdeos.
Este “hombre de montaña”, como se define él mismo en esta entrevista, aborda el proyecto de unión de Pau y Canfranc como una batalla política y como un compromiso personal: la traducción concreta del acercamiento de dos pueblos vecinos como son el de Aragón y Nueva Aquitania. Porque, para él, los Pirineos son a la vez una barrera y un vínculo.
Usted es hijo adoptivo de Canfranc por su lucha por la reapertura internacional de la estación, ¿cree que pronto será una realidad?
Y es un honor. Tras la reapertura de los tramos ferroviarios Pau-Oloron (nota de la redacción: un proyecto de regeneración de 35 millones de euros realizado en 2010, y otro que afecta al tramo Oloron-Bedous en 2016, con un coste de 102 millones de euros), ahora estamos a 33 kilómetros de la reanudación del tráfico y de todas las oportunidades que ello supondrá.
Estamos trabajando duro en ello y el proyecto sigue adelante, con la consulta de interés público prevista para finales de 2024 o principios de 2025, y el inicio de las obras en 2027. Para nadie es un misterio que el proyecto Pau-Canfranc es a la vez una batalla política y un compromiso personal. Será la traducción concreta del acercamiento entre Aragón y Nueva Aquitania, y de todos estos proyectos de desarrollo que estamos cofinanciando.
Así se hace Europa: creando una solidaridad verdadera y fertilizaciones cruzadas entre países para acercar a los pueblos y a sus representantes.
La Unión Europea ha destinado otros 9,1 millones de euros a los estudios sobre la reapertura de la línea. ¿Será suficiente?
El resultado positivo de la convocatoria de proyectos del Instrumento de Interconexión 2022 que la Región de Nueva Aquitania presentó este año, junto con sus socios los dos Estados francés y español y el Gobierno de Aragón, confirma por tercera vez la confianza de la Comisión Europea y su apoyo a este proyecto común para llevar a buen término conjuntamente el proyecto de reapertura de la línea Pau-Canfranc-Zaragoza con este nuevo programa de estudios, que coordinará la Región de Nueva Aquitania. La subvención es del 50%, y se ajusta a nuestras expectativas.
¿Cuáles serían las ventajas a ambos lados de los Pirineos?
En primer lugar, la principal ventaja: una pasarela que une Aragón con Nueva Aquitania; un puente que une España con Francia. Pero esta hermosa ciudad rocosa en las laderas de los Pirineos es también un puente entre el pasado y el futuro, hacia una Europa de las regiones mejor integrada, mejor conectada y, por tanto, más rica en diversidad compartida. Porque su vocación es claramente europea: es a la vez el sentido de la Historia, una cuestión cultural y también ecológica.
En España todo el mundo lo ha entendido, pero en Francia es un poco más complicado.
La reapertura es también una oportunidad increíble para el desarrollo del turismo en nuestro hermoso valle, con sus mil y un tesoros, y una palanca definitiva para el desarrollo del transporte de mercancías, donde cada año transitan por carretera 2 millones de toneladas. En resumen, se trata de un proyecto económico, ecológico, turístico, patrimonial y cultural que creará vínculos sociales entre Francia y España.
Y hablando de los Pirineos, ¿qué importancia tienen estas montañas para su región?
Antes de hablar de nuestro enfoque político de estas zonas, unas palabras personales.
Yo soy un hombre de montaña: procedente de una tierra de media montaña, siempre he tenido las cumbres como horizonte.
Allí es donde recargo las pilas y encuentro la inspiración. ¡Así que comprenderán que quiera que esta inclinación encuentre una expresión natural en nuestra acción regional!
Por eso, las regiones de montaña están en el centro de nuestra política para el Macizo Pirenaico, en términos de agricultura, desarrollo económico y, por supuesto, turismo. Los Pirineos son a la vez una barrera y un vínculo, pero también un semillero de biodiversidad y espacios naturales notables en nuestra región. Lugares que sufren el cambio climático, y la Región de Nueva Aquitania debe apoyar las transiciones ecológica, energética y agrícola para mantener la coexistencia entre las actividades humanas y la preservación de la flora y la fauna.
No nos equivoquemos: la inmensa mayoría de los paisajes, con excepción de las crestas minerales, son el legado de varios cientos de años de desarrollo humano, sobre todo de pastoreo y forestal.
Es aquí donde la noción de “paisaje que abastece” adquiere todo su sentido y donde se reconocen muchos productos de gran calidad. Un deterioro excesivo de estos importantes sectores de la actividad montañesa alteraría el equilibrio secular y no haría ningún favor ni a la biodiversidad ni a otras actividades económicas como el turismo. El turismo también debe adaptarse para desarrollar prácticas más suaves y adaptadas a las cuatro estaciones.
Aparte de la reapertura del Canfranc, ¿cuáles son los otros proyectos de cooperación transfronteriza entre Aragón y su región?
Desde que tengo el honor de presidir Aquitania, convertida en Nueva Aquitania, la cooperación bilateral con Aragón se ha desarrollado, en particular, mediante la creación de un fondo común entre las dos regiones para apoyar la puesta en marcha de acciones y proyectos que vertebren el conjunto del territorio transfronterizo.
Este mecanismo se integró en el acuerdo de asociación firmado entre las dos regiones en 2013, actualmente en vigor, que prevé el desarrollo de la colaboración en varios sectores: infraestructuras de transporte y comunicaciones; medio ambiente y desarrollo sostenible; enseñanza superior, investigación, innovación y transferencia de tecnología; educación, formación, cultura y turismo; comercio, industria y apoyo a las empresas; sociedad de la información y desarrollo tecnológico.
Nuestras dos regiones también forman parte de la CTP (Comunidad de Trabajo de los Pirineos), que reúne a todas las autoridades regionales españolas y francesas de la frontera, así como a Andorra. La CTP gestiona el programa europeo de cooperación transfronteriza para España, Francia y Andorra (“Poctefa”), al que se han asignado casi 250 millones de euros de fondos europeos para el período 2021-2027 para financiar un gran número de proyectos entre nuestras regiones.
También en el marco de la CTP se concibió un importante proyecto, “PYRENEES4CLIMA – Hacia una comunidad transfronteriza de montaña en los Pirineos resiliente al clima”, que acaba de ser aprobado por la Comisión Europea con una financiación de 11,7 millones de euros para 7 años.
El objetivo del proyecto es poner en marcha la primera estrategia europea contra el cambio climático diseñada específicamente para una zona de montaña y transfronteriza en los Pirineos. Como puede ver, ¡es muy completa!
Zaragoza está hermanada con Pau y Biarritz. ¿Qué une a Aragón con Nueva Aquitania aparte de la proximidad?
La historia y la cultura, ¡por supuesto! No somos solo dos pueblos yuxtapuestos: somos dos orgullosas patrias con tradiciones entrelazadas que debemos celebrar.
Pienso en los proyectos transfronterizos que financiamos y que me emocionan, ya sean asociativos, como la cooperación entre dos asociaciones que desarrollan la creación artística digital, o educativos, como la cooperación entre alumnos para animarles a actuar sobre el consumo y la conservación de los recursos hídricos. ¿Qué puede haber más bonito, más concreto? Se trata, bajo mi punto de vista, de la realización de la Europa de los pueblos más discreta. Pero también tenemos proyectos de apicultura, intercambios culturales…
Y para acercarnos un poco más a Nueva Aquitania, ¿cómo describiría su región para nuestros lectores aragoneses?
Fruto de una fusión única en la historia de los entes locales, Nueva Aquitania se convirtió en 2015 en la mayor región de Francia. Tiene el tamaño de Austria para la población de Dinamarca, ¡con 84.000 km² y casi 6 millones de habitantes!
Sin embargo, no se trata de una construcción abstracta, cuyo único objetivo hubiera sido racionalizar la acción pública. Ni mucho menos.
Dentro de sus amplias fronteras, Nueva Aquitania forma un conjunto coherente, histórica, geográfica y culturalmente. Pero unidad no significa uniformidad: en Nueva Aquitania, hemos aprendido a cultivar lo mejor de nuestra diversidad. Y lo hemos hecho durante mucho tiempo.
Desde las montañas de los Pirineos hasta las laderas de Corrèze y los valles de Creuse, pasando por la costa de Las Landas, los bosques de Périgord y las islas de Charente, nuestra región posee uno de los mejores patrimonios naturales del planeta. Y este impresionante patrimonio explica nuestro arte de vivir tanto como contribuye a cimentar nuestra cultura común. Como Aliénor (Leonor de Aquitania), la gastronomía, el arte románico y el rugby.
Decimos que los aragoneses somos acogedores y un poco testarudos. ¿Cómo son los habitantes de Nueva Aquitania?
No creo que exista un retrato estereotipado de la gente de Nueva Aquitania. Como explicaba, nuestra historia, nuestra geografía y nuestra cultura son el resultado del mestizaje. En tiempos del Imperio Romano, nuestra provincia era conocida como la de los “nueve pueblos”.
Si tuviera que destacar un rasgo, tal vez sería nuestra autenticidad, la integridad de nuestras personalidades y una cierta actitud ante la calidad de vida. Como yo también soy un poco cabezota, ¿quizás en esto estemos más cerca de nuestros hermanos aragoneses?
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