De la mano del periodista y escritor, Javier Sierra, llega a Zaragoza una nueva edición de Ocultura, que se celebrará del 6 al 8 de noviembre. El encuentro internacional debatirá sobre la vida después de la muerte y las experiencias cercanas a ella en una edición “muy testimonial” y en la que participarán actores como Antonio Resines y Belén Rueda y profesionales como José Miguel Gaona, entre otros.
El propio Sierra nos habla sobre esta nueva edición, que se celebra por cuarto año seguido en la capital aragonesa.
¿Cómo definirías Ocultura?
Bueno, Ocultura es una aproximación seria y, en algunos aspectos incluso científica, a los grandes misterios que nos rodean, sobre todo, teniendo en cuenta que algunos de estos misterios y la creencia en estos ha condicionado muchos aspectos de nuestra historia, de nuestra literatura, del arte, incluso de la investigación científica. Es una reivindicación de lo desconocido como fuente de curiosidad y de avance. Es todo lo contrario al uso que a veces se ha hecho de estos temas desde la perspectiva de la superstición, que aleja a la gente del verdadero conocimiento. Nosotros queremos utilizarlo como una fuente de conocimiento más y reivindicar que, sin el conocimiento de lo oculto, queda coja la comprensión de la realidad.
¿Ayuda que a muchos periodistas os hayáis dedicado a reivindicar precisamente lo desconocido de esta forma y no desde la superstición?
Bueno, el interés de los periodistas en esto es un fenómeno muy español. En otros países, los que se interesan en esto son antropólogos, sociólogos, personas que vienen del mundo de la física, de la física especulativa, la física cuántica, teólogos, etc. Pero en España, es verdad que la bandera la han tomado, o la hemos tomado, desde hace algunos años, los comunicadores. Hemos querido hacer accesible este mundo a la opinión pública. Por ejemplo, el término “ocultura” es algo que nace en universidades de Centro Europa a principios del siglo XXI. Era un término muy académico, muy de estudiosos que, de repente, investigaban, por ejemplo, la influencia del espiritismo en las independencias americanas. Aparentemente, el espiritismo es un tema más de creencias que de ciencias, pero investigado desde la perspectiva de la cultura, de su influencia, adquiere otra consideración. Pero en España, no sé muy bien por qué, ha sido un tema muy de comunicación, muy de opinión pública.
En esta séptima edición se pone el foco en las experiencias cercanas a la Muerte.¿Es de lo que más llama la atención del público?
Bueno, es una de las dos grandes preguntas a las que nos enfrentamos los seres humanos. ¿Qué hay después de la muerte? Y si estamos solos en el universo. Y, evidentemente, la primera es una pregunta de profundísimas implicaciones a todos los niveles. Pero hasta hace medio siglo era una pregunta que parecía casi exclusiva del dominio de filósofos y de teólogos, pero no, por ejemplo, de médicos o de investigadores científicos. Hace medio siglo, varios médicos, a los que precisamente homenajeamos en este evento, como Raymond Moody o Elizabeth Kubler, empezaron a preguntarse qué era la muerte, qué podía haber después de la muerte, etc. Y empezaron a recoger mucha información de pacientes que habían tenido experiencias de casi muerte que coincidían en muchos de los detalles que daban. Gente que, de repente, en quirófanos sentía que se salía del cuerpo y se podían ver desde arriba, o que observaban una especie de túnel hacia el que se sentían atraídos y, después, eran repelidos por ese mismo túnel. Eran capaces de ver, por ejemplo, a familiares que les habían precedido en la muerte y que estaban recibiéndoles. En fin, eran cosas muy curiosas, muy singulares que siempre se habían tomado desde el punto de vista anecdótico, pero estos médicos se dieron cuenta de que era una constante y decidieron empezar una aproximación científica para investigar estos temas. Y eso es lo que vamos a homenajear en este encuentro de Ocultura. Yo creo que nos vamos a enfrentar, como te decía, a la gran pregunta que nos afecta a todos, y es ¿qué nos espera después de la muerte? ¿Hay vida después?
El cine también va a ser protagonista en Ocultura y, precisamente, siempre ha sido un imán para atraer atención sobre las experiencias cercanas a la muerte…
Sí, hay una larga tradición en el cine para enfrentarse a este tipo de asuntos, pero tiene una explicación y es que, cuando en el mundo de la razón y en el mundo de lo material no hay respuestas, buscamos las respuestas en el mundo del arte. Hay mucho arte en pintura, en escultura, en cine y en literatura que trata de contarnos lo que hay después de la muerte. Y es normal, es decir, es el último recurso. Al fin y al cabo, la expresión artística es el último recurso para imaginarnos lo que hay después de la muerte y, desde luego hablaremos de ello en Ocultura.
¿Qué es lo que va a ayudar a la gente más o qué más puede sorprenderles de Ocultura?
Bueno, yo creo que les va a llamar mucho la atención la parte testimonial. Viene, por ejemplo, Antonio Resines, que ha tenido cuatro experiencias cercanas a la muerte y nos va a contar lo que ha aprendido de ellas, lo que le ha ocurrido y lo que recuerda de esos momentos. Creo que, en ese sentido, que un rostro tan conocido como el suyo nos hable en primera persona, monográficamente, sobre esta cuestión, me parece una gran aportación y va a dar pie a mucho debate. También vamos a tener, por ejemplo, la participación de un filósofo francés, Bertrand Meheust, que ha empleado los últimos años de su vida en estudiar una de las grandes figuras literarias francesas, como es la de Marcel Proust. Ha descubierto que Marcel Proust era un hombre profundamente implicado en todo lo que era la vida después de la muerte. Le interesaba todo ese fenómeno. Se acercó a muchos médiums en su época y a mucha gente que tenía este tipo de experiencias. Él mismo tuvo varias de estas experiencias, “paranormales”, y todo eso le influyó mucho en su literatura. Su gran obra, el gran monumento literario que es “En busca del Tiempo Perdido”, está lleno de alusiones a esto. Pero hasta ahora, por ese prurito que a veces tenenos a este tipo de cosas, nadie lo había interpretado en clave “paranormal”. Y solamente en esa clave se entiende completamente “En busca del Tiempo Perdido”. Yo creo que eso va a ser también una aportación muy interesante, sobre todo para gente que le interesa la lectura y la literatura, que al final también es una de las motivaciones de estos encuentros.
¿Cómo se inició Ocultura? ¿Cómo consiguió asentarse?
Los inicios surgen a partir de mi experiencia en otros eventos similares que se celebran en otras partes del mundo. Me di cuenta de que, en España, estábamos muy aislados de esa corriente de la “ocultura” y que convenía poner en marcha una iniciativa que nos integrase y que, además, fuera una iniciativa internacional, que sirviera para que expertos en estas materias de todo el mundo pudieran acercarse a España y pudieran tener contacto con los interesados en esta cuestión. Nacimos en 2007, justo el año que me dieron el Premio Planeta en León. De hecho, la noche que surge Ocultura, era la noche previa a la entrega del Premio, imagínate. Desde entonces se ha convertido en una en una fecha muy aclamada. Hay mucha gente que se desplaza de cualquier lugar del país para poder estar esos días con nosotros y eso lo agradecemos mucho. Es decir, que es un evento “con comunidad”, hay mucha gente que está que está esperando que lo convoquemos para acercarse a donde se celebre.
¿Damos la importancia suficiente en Zaragoza al hecho de que este evento se celebre en la ciudad?
Zaragoza fue una elección muy meditada. Buscábamos una ciudad que estuviera muy bien conectada y ese es el caso de Zaragoza, que está en un lugar estratégico entre las dos principales ciudades del país. Buscábamos una ciudad que pudiera ser también reconocida fuera, internacionalmente, como una gran capital española donde se celebra el evento y, en ese sentido, Zaragoza nos pareció desde el principio perfecto, así que, esperamos quedarnos muchos años en ella.
¿Se ha perdido fe en lo sobrenatural? ¿Ha dejado de importarnos lo que hay más allá de la Muerte?
Ninguna civilización, salvo la nuestra, ha mirado para otro lado cuando hablamos de la muerte. Todas las grandes civilizaciones del pasado tenían la muerte como un referente y se tomaban muchas decisiones, públicas o políticas de todo tipo, teniendo en cuenta siempre que estaba la muerte ahí cerca, acechando. Nuestra civilización no, la nuestra se ha hecho una sociedad muy materialista, muy de consumo, muy de carpe diem y “aprovecha el momento” y la muerte se ha cosificado y se ha convertido en una cosa que está ahí, perdida, sobre la que es mejor no pensar. Yo creo que es justo al contrario, es decir, la muerte nos hace más humanos. Nos da la medida de lo que es nuestra existencia y nos invita a aprovecharla en positivo. Por lo tanto, yo creo que tener presente la muerte y saber que después de la muerte hay algo o, al menos, intuirlo desde el punto de vista de lo que nos dice la ciencia hoy, es una fuente de esperanza que necesitamos como civilización. Como te digo, nunca una civilización ha estado tan alejada de la muerte y nunca hemos necesitado más que ahora pensar en ella. Yo creo que esa es la razón por la que este tipo de de eventos y de conversaciones se hacen tan atractivas para las nuevas generaciones, porque necesitan también respuesta a esto.
¿Algún mensaje para terminar?
Que no se van a encontrar con un evento tétrico ni vamos a tocar la muerte desde ese punto de vista, no vamos a hablar de las pistas que tenemos para sostener que hay supervivencia después de la muerte. Sobrevive la conciencia, no el cuerpo, pero hay algo que es más grande que lo físico, que tenemos todos dentro y que y que trasciende a ese momento que es el de la muerte.
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