Jesús Callejo (Valderas, León, 1959) es autor de más de treinta libros y un experimentado divulgador en programas como ‘La rosa de los vientos’, ‘El cronovisor’ o ‘La escóbula de la brújula’. Su recorrido en el campo del folclore, las tradiciones populares y la historia oculta le convierten en una de las figuras españolas más relevantes del país en este campo, con obras como La España Extraña o su más reciente publicación, Grandes Misterios de la Arqueología.
Callejo estará en la VI edición de Ocultura, el encuentro internacional alrededor de lo oculto que se celebrará en Zaragoza entre el 9 y el 12 de noviembre y que, en esta ocasión, se centrará en la España mágica. Este experto participará por partida triple, en las sesiones que acerca de ‘Los santos imposibles’, ‘La España extraña’ y ‘Los heterodoxos españoles’.
En una entrevista con Go Aragón, este autor que cambió su trabajo como funcionario por la investigación y la divulgación repasa la riqueza de esa España mágica y las razones por las que el país cuenta con un potente acervo cultural en ese sentido.
Haciendo un juego de palabras con el nombre de esta edición de Ocultura, ¿España tiene mucha magia?
Pues sí, entendida magia como ese pensamiento mágico que desde hace milenios, no solo siglos, viene atesorando no solo la península ibérica, sino también los dos archipiélagos, y que hay que desligar del ilusionismo y de la magia con connotaciones peyorativas. Estamos hablando de un país en el que han confluido muchas culturas que han dejado, a su vez, sus leyendas, sus tradiciones, sus rituales. Y esta esencia es lo que ha permitido que luego se hayan plasmado en distintas fiestas populares y, sobre todo, en muchas leyendas, que es el sustrato, la esencia y el patrimonio inmaterial de un pueblo tan rico que, hasta el día de hoy, hay multitud de obras que intentan reflejar toda esa variedad en cuanto a leyendas, tradiciones, folclore y, a veces, cómo no, supersticiones.
La ubicación en el mapa de España, ¿ha influido en ese sentido?
Claro. Es un país muy estratégico. A nivel planetario, el que España esté en ese lugar es lo que ha permitido, para bien y para mal, que haya sido tránsito de muchos pueblos, o bien para quedarse, o bien para invadirlo o para saquearlo. Pero está claro por la situación estratégica que tiene, donde hay unos pirineos que nos separan del resto de Europa, y donde hay distintos mares, como Atlántico, el Cantábrico y el Mediterráneo, que a su vez han servido de vías de comunicación para el resto del mundo. Siempre se ha dicho lo del crisol de culturas y, evidentemente, claro que lo ha sido. Hemos tenido pueblos prerromanos con una variedad en cuanto a su forma de entender la vida y la muerte muy diferente a como lo entendió Roma. Y, a a partir de ahí, toda la época goda, toda la época musulmana y toda esa reconquista que, poco a poco, se fue integrando siempre con un mismo denominador común, con independencia de las creencias que tenía cada uno de ellos.
Y el denominador común siempre ha sido la cuestión religiosa; muchas de nuestras tradiciones actuales tienen que ver con el cristianismo, pero luego también está esa sensación de que todos los pueblos que han pasado por aquí nos han enriquecido, han aportado algo. Tanto los árabes, como los judíos y los cristianos han aportado una esencia fundamental para que nuestra forma de entender España y nuestra forma de entender el pensamiento mágico se base sobre en esos tres pilares que han sido esenciales en el país.
¿Cuáles serían los lugares de poder hay en España que le despiertan más interés?
Tenemos muchísimos y yo los divido entre principales y secundarios. Los principales son los que se han convertido en focos de peregrinación que a día de hoy siguen siendo lugares muy activos, no solo por la tradición y las leyendas, sino que actualmente se siguen produciendo elementos de fervor espiritual o religioso. Hay algunos que son muy claros, como por ejemplo Santiago de Compostela, que sería uno de esos lugares mágicos por excelencia, además, con mucha bibliografía de por medio. Otro sería Montserrat; es otro lugar de peregrinación, donde han ocurrido cosas asombrosas, supuestos milagros y también apariciones lumínicas que, actualmente, diríamos que son fenómenos ufológicos. Es también un epicentro de toda esta fenomenología extraña. No por casualidad está centralizado en una virgen negra, la Moreneta.
Otro lugar sería Covadonga, en Asturias, también por muchísimas razones. Y otros serían Caravaca de la Cruz y El Escorial, por otras cuestiones distintas. El Escorial, que esté ubicado donde está, con esa leyenda de que el panteón taponaba la boca del infierno… son elementos que nos hacen suponer que siempre se buscan enclaves concretos porque ahí, de alguna forma, las energías telúricas y las cósmicas confluyen.
Su página web muestra un mapa de esa España mágica y sus diferentes ubicaciones. En Aragón hay tres, el torico, la basílica del Pilar y la campaña de Velilla, ¿conoce estos tres puntos?
Claro. He recorrido distintas partes de España y Aragón es uno de los lugares donde casi siempre, al final, conducen muchos de mis caminos. La basílica del Pilar es uno de los lugares más sagrados desde el punto de vista mariano, es un lugar de peregrinación, sobre todo, por los orígenes de la leyenda; que en ese año 40, la virgen, que ni siquiera está muerta, sino que se biloca por vez primera en todas las leyendas marianas, donde aparece es en Zaragoza. Y luego lo de la campana de Velilla, con todo lo que tiene de significación, por esa parte simbólica que tienen las campanas y, sobre todo, de la parte agorera, que esas campanas también anuncian próximas muertes. Eso es muy curioso porque no se da en otras zonas, no digo solo de España, sino del mundo, con esas características tan particulares y tan mágicas. Y, evidentemente, habría que añadir San Juan de la Peña. Para mí, es uno de esos lugares en los que la espiritualidad se siente.
Si se va tirando del hilo, evidentemente en Aragón confluyen muchísimos elementos clave, incluso también de reliquias, porque no olvidemos que el Santo Grial, hasta que llega a Valencia, muchas de sus ubicaciones tienen que ver con Aragón.
Otro lugar mágico por excelencia de España es Toledo, donde está el Museo de la España Mágica…
Lo hemos intentado reunir unos compañeros y yo en un pequeño espacio muy singular, porque es una cueva-vivienda islámica del siglo X, que luego quedó bajo el suelo actual de Toledo, donde se empieza a construir la catedral, en el siglo XIII. Ya solo la vivienda es muy especial, porque tiene además un pozo que antes estaba al aire libre y ahora se encuentra a unos 7-8 metros bajo el nivel del suelo. Ya el continente impone a medida que vas bajando a esa cueva islámica. Incluso en las jambas de las puertas de entrada hay dos manos de Fátima dibujadas, lo cual es una singularidad porque son las manos de Fátima dibujadas más antiguas que se han encontrado en la península.
Y luego, en el interior, esos pocos metros cuadrados están llenos de distintos objetos que, desde mi punto de vista, representan ese pensamiento mágico, esa tradición y esa forma de entender el mundo, la vida y la muerte, a base de amuletos, talismanes, exvotos, símbolos como el trisquel, banderas como los blasones de los templarios, los hospitalarios… Ese pequeño museo, además, ubicado al lado de la catedral, en uno de los centros neurálgicos de Toledo, que ya de por sí era un punto de encuentro de magos, nigromantes, alquimistas, sabios y maestros de lo ortodoxo y lo heterodoxo, nos parecía que era el mejor lugar para que se sintiera que vivimos en un país realmente rico, variado, heterogéneo, pero, sobre todo fascinante en cuanto a nuestro legado del patrimonio inmaterial.
Como alguna vez ha dicho, cambió el ministerio por el misterio, ¿cuándo decidió dar ese salto?
No fue de la noche a la mañana, sino que fue algo paulatino. Me di cuenta de que, al final, el tiempo que tenía que dedicar a la investigación, a los viajes y, sobre todo, a las entrevistas, a veces era incompatible con mi actividad funcionarial. Así que tuve que tomar una decisión, que fue cuando creamos una editorial mi amigo y compañero Carlos Canales y yo. Estuvimos durante un tiempo ejerciendo de editores y luego, a través de contactos y amigos, fue derivando a dedicarme de forma más exclusiva a seguir publicando libros y artículos y, sobre todo, divulgando aquello que más me interesaba. Pedí esa excedencia voluntaria con la idea de que si las cosas iban mal, volvería al cabo de dos años. Parece que no ha ido tan mal porque no he vuelto a la administración, aquí sigo divulgando y divirtiéndome también con este tipo de fenómenos que, en el fondo, forman parte de nuestra propia esencia, de la riqueza de un pueblo, que no solo radica en el PIB.
En su recorrido como divulgador, ¿cuáles ha podido observar que son los temas que más despiertan el interés?
El enigma asociado a la historia. Lo que le interesa a la gente es que le cuentes aquello que normalmente no se cuenta por otras vías. Sabes que hay una historia oficial, la que aparece en los libros, pero luego, alrededor de toda esa historia, hay muchísimos elementos que o bien son contradictorios, o bien se intercalaron en su momento o bien forman parte del misterio. Estoy hablando de apariciones o de fenómenos extraños que han ocurrido a lo largo de toda la historia. Otra cosa es que luego los enmascaremos como leyendas, eso de que ‘como son leyendas, son falsas’, y no, las leyendas siempre tienen un poso de realidad y que hay saber distinguirlas y tirar del hilo.