En el museo de las momias de Quinto (Aragón) se expone un conjunto de 15 cuerpos momificados de forma natural, expuestos donde fueron enterrados y exhumados. La muestra acompaña a las momias de elementos decorativos, complementos del rito funerario y todo ello en una iglesia mudéjar desacralizada que es pura historia.
Narcisa falleció con 67 años en Quinto de Ebro. Le pusieron el hábito de Santa Teresa y fue enterrada en la antigua iglesia de la Asunción o más conocida como El Piquete, una preciosa iglesia mudéjar de principios del siglo XV que corona una loma en este municipio zaragozano. Narcisa era una mujer pequeñita, de 1,37 metros, que se casó con el alcalde el pueblo. Pudo vivir entre el siglo XVIII y el XIX y en su larga vida tuvo diez hijos, aunque solo 5 de ellos llegaron a la vida adulta, dos hombres solteros y tres mujeres que se casaron con varones del municipio, dando lugar a apellidos muy frecuentes en el árbol genealógico de los habitantes actuales de Quinto. Es todo lo que se sabe de ella.
La abuelita Narcisa, como es conocida para muchos en Quinto de Ebro, es una de las 15 momias encontradas en la excavación arqueológica entre el 2011 y el 2017 bajo los enterramientos y ataúdes aparecidos en la capa mas superficial de la antigua iglesia de la Asunción de Quinto de Ebro. Ahora, recoge el único Museo de las Momias de España que en la actualidad presenta de manera expositiva un conjunto de cuerpos momificados de forma natural. El museo abierto al público en el 2018 tras años de remodelación ha intentado recomponer la historia y el patrimonio cultural y humano de Quinto a través de los restos de los que fueron vecinos o visitantes del municipio desde el respeto y el rigor científico.
Interés internacional
Los cuerpos, ocho niños y siete adultos, datan del siglo XVIII y principios del XIX y pueden conocerse allí donde fueron inhumados y posteriormente exhumados. Esto es lo que hace a este museo un lugar único en España y de interés nacional e internacional. Porque no es el único del territorio nacional en el que puede observarse una momia, pero ningún otro muestra los cuerpos allí donde fueron enterrados y después exhumados y cuya momificación carece de medios artificiales. Este compendio lo hace tan especial.
Otros lugares del mundo como Palermo (Italia) o Guanajuato (México) cuentan con un museo de cuerpos momificados de forma natural, pero lo que hace destacar también al de Quinto es el buen estado de conservación no solo de los individuos, también de su indumentaria original, lo que ha permitido exponerlos vestidos tal cual se encontraron. “Esto se debe a las condiciones de temperatura y humedad constante en el edificio y la aridez del subsuelo del suelo que tenemos en esta zona. Es muy importante que la tierra sea muy seca y que los cuerpos ya tuvieran un cierto grado de deshidratación, gente que ya estuviera bastante enferma y deteriorada”, cuenta Encarna, guía del museo.
En total, de las excavaciones del Piquete se exhumaron 1.085 enterramientos, pero solo 15 de los individuos se hallaron momificados de manera natural. ¿A qué responde este misterio? Nada más que a la ciencia. Todos ellos estaban situados en una zona más o menos próxima, con unas condiciones de humedad, temperatura y aridez del suelo similar. La momificación natural ha permitido que los cuerpos que se exponen se preserven tal cual fallecieron, conservando pelo, uñas, pestañas, piel e incluso algunos órganos como corazón o pulmones.
Además de los casi 1.100 cuerpos, en las fosas se encontraron ataúdes policromados, rosarios, pulseras, botones, agujas, crucifijos, bulas, vinajeras, monedas y un sinfín de elementos decorativos y de complementos del rito funerario. Incluso dos ratones momificados aparecieron en el interior de uno de los cuerpos.
Ciencia por encima del morbo
Huir del morboso halo de misterio que siempre ha envuelto a las momias, y sustituir el temor, la ignorancia y las controversias por el interés cultural fue una de las máximas por las que se ha regido el Museo de las Momias de Quinto. Por eso el discurso del Piquete se ha basado en el respeto a los individuos y el rigor científico. Desde el principio tuvieron claro que debían investigar con las últimas tecnologías todos los hallazgos del subsuelo. En el 2015, las momias fueron analizadas en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza, donde fueron sometidas a un minucioso estudio, utilizando tecnologías como la tomografía computarizada (TC), análisis que han permitido saber más sobre los individuos encontrados.
Aunque no se ha podido determinar exactamente la causa de la muerte de todas ellas, sí se ha obtenido valiosa información sobre los cuerpos que ha permitido saber cómo fueron sus vidas, cómo era su cuerpo, de dónde procedían, de qué se alimentaron, a qué edad fallecieron, qué enfermedades podía tener, e incluso poder intuir la causa de la muerte.
Por ejemplo, el estudio de una de ellas ha revelado que era una mujer pudiente de 35 años llegada a Quinto desde Alcañiz con un prolapso uterino y rectal, una obstrucción intestinal y una hemorragia que pudo provocarle la muerte. Probablemente, viajó hasta el municipio a un balneario que había en Quinto en la época para curar sus problemas de estreñimiento. Este es alguno de los datos documentados y de las muchas historias que se explican durante la visita guiada. Todas estas historias están documentadas por Antonio Jardiel, director de contenidos históricos del museo, es quien ha recopilado toda la información del pueblo, la iglesia, la guerra civil y las momias. Por su parte, Mercedes González, directora del Instituto de Estudios Científicos en Momias (IECIM) con sede en Madrid es la directora científica del museo; y el alcalde de Quinto, Jesús Morales, es el coordinador.
La vestimenta, clave para conocer a las momias
El buen estado de conservación de las prendas encontradas ha permitido que las momias están ataviadas con prendas de lino, seda o lana, mientras que las que no conservan su vestimenta original porque se encontró muy deteriorada han sido tapadas con un trapito de lino. La mayoría visten hábitos religiosos como el de San Francisco o Santa Teresa en el caso de los adultos, mientras que los niños llevan trajes infantiles que permiten también conocer la indumentaria tradicional.
La vestimenta ha sido clave para conocer de qué año podían datar las momias. Muchas de las momias han aparecido calzadas con zapatos de horma recta, porque antiguamente los zapatos podían utilizarse en cualquiera de los dos pies. No fue hasta 1850 cuando se comenzó a fabricar zapatos con horma adaptada para el pie derecho e izquierdo; por lo que esta referencia ha servido a los investigadores para datar cronológicamente el calzado y saber que algunas de las momias son anteriores a 1850. La documentación histórica ha permitido conocer que algunos de los zapatos provenían de Centroeuropa.
El museo se puede visitar con guía los viernes, sábados y festivos de 10 a 11.30 horas, de 16 a 17.30 horas y solo en verano de 18 a 19.30 horas, y los domingos de 10 a 11.30 horas. El municipio de Quinto guarda otras construcciones de valor como “los portales” que actuaban como aduanas, además de tener un uso defensivo la Casa del Cura (s.XVI), uno de los mejores ejemplos de palacete renacentista aragonés.
¿Tienes pensado viajar hasta el Museo de las Momias de Quinto?
Puedes visitar después a tan solo media hora de Quinto el Monasterio de Rueda (36 km) en Sástago y el Pueblo Viejo de Belchite (28 km) o el pueblo natal de Goya Fuendetodos (47 km), a 40 minutos, en la Comarca Campo de Belchite.