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23 abril 2024

La diversidad y la tradición brillan en la Semana Santa de Teruel

La provincia de Teruel alberga la joya de la corona de la Semana Santa aragonesa: la Ruta del Tambor y el Bombo. El resto de localidades no se quedan atrás, cada una con sus particularidades.

Ya acompañan a nuestra sintonía diaria los bombos y los tambores de los fieles ensayando. Ya podemos ver personas recogiendo sus trajes de costaleros y sus capirotes de la tintorería. Incluso aparecen imágenes de creyentes acondicionando los pasos. Se divisa que se acerca la Semana Santa. En toda España, esta conmemoración se vive con mucho ímpetu y la provincia de Teruel no se queda atrás

En cada pueblo, por pequeño que sea, se conmemora la pasión de Cristo. Todas las parroquias sacan sus imágenes en este periodo especial entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección. En una tierra cada vez más vaciada se mantiene esta tradición, ya que es algo que incluso va más allá de la fe cristiana. Se ha convertido en una celebración cultural, además de religiosa, y se transmite de padres a hijos el sentimiento de pertenencia a una cofradía.

Hay una zona protagonista de la Semana Santa turolense que es el Bajo Aragón histórico. Allí se celebra la Ruta del Tambor y Bombo, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, y, desde junio de 2014, de Interés Turístico Internacional. Agrupa a nueve municipios de las comarcas de Bajo Aragón, Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín: Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén. El acto característico común es la Rompida de la Hora.

Si se menciona esta celebración de la provincia turolense, la primera localidad que viene a la cabeza es Calanda.  Su Rompida de la Hora destaca entre las demás porque se celebra el Viernes Santo a las doce del mediodía, en vez del jueves por la noche. Una personalidad famosa rompe primero la hora golpeando el “bombo grande” enfrente de la casa del cineasta Luis Buñuel. Les siguen cientos de tamborileros que abarrotan la plaza España. No obstante, este artículo incluye cinco municipios más que comparten esa pasión:

Teruel

Semana Santa Teruel
La Hermandad de la Oración de Jesús, pasando en procesión por delante del Ayuntamiento de Teruel | Foto: Turol Jones

La capital de la provincia no se queda atrás, con una Semana Santa declarada de Interés Turístico Nacional. Los 3.000 cofrades de las nueve hermandades de la ciudad salen en estos días en quince procesiones, llenas de la solemnidad que aportan los tambores, los bombos y las cornetas. La cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén da el pistoletazo de salida el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección con la procesión del Resucitado, en que la que participan todas las hermandades.

El acto más especial es la Procesión General en la tarde del Viernes Santo, que también reúne a todas las compañías. Recorren el centro histórico turolense al compás del redoble de los tambores. Una multitud transcurre entre las torres mudéjares y las calles empedradas. Este año, el Viernes de Dolores, previo al Domingo de Ramos, acontecerá un desfile religioso excepcional, pues la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad celebrará el vigésimo quinto aniversario de su vuelta al acto del Encuentro de Jesús Nazareno con su madre. Lo hará con una procesión no antes vista.

En la Semana Santa Turolense se reserva un momento informal para juntarse con la familia y los amigos: el Sermón de las Tortillas. El martes posterior al Domingo de Resurrección, los turolenses acuden a los parajes naturales de la ciudad. El menú es claro: paella o carne a la brasa para la comida, roscas con huevo duro como postre y tortillas de patatas para merendar. A este día de fiesta local se han sumado los festejos taurinos hace poco tiempo. La cofradía de Nuestra Señora de la Villa Vieja siempre ha sido la impulsora, desde que repartían vino y roscas en su ermita en el siglo XVIII el primer día de mayo.

Alcorisa

El público observa la representación del Drama de la Cruz | Foto: Etan J. Tal

Este pueblo, perteneciente a la ruta del Tambor y el Bombo, celebra su Semana Santa desde mediados del siglo XVI. En 1550 nació la Cofradía de la Sangre de Cristo, que continua hoy en día, al igual que la veterana Guardia Romana. Esta entra ferozmente en la Iglesia cada Jueves Santo durante el lavatorio de pies. Las matracas anuncian su llegada y los romanos quedan guardando el templo. La Rompida de la Hora da por finalizada esta jornada.

Con el eco de los tambores y los bombos se despiertan los alcorisanos para afrontar el día más importante. En la mañana se desarrolla la procesión del pregón encabezada por el Longinos y su “criadico”, un niño que le guía porque se quedó ciego al atravesar con su lanza el costado de Cristo. Por la tarde, en el Monte Calvario, se representa el Drama de la Cruz. Miles de visitantes observan atónitos como más de trescientas personas encarnan los últimos días de la vida de Cristo.

En la memoria de todos queda la imagen de Jesús crucificado en su propia cruz, ya que es una persona real. Se ve en carne y hueso lo que se está acostumbrado a ver en tallas. Después, en una caminata solemne y sentida, todas las cofradías acompañan al cuerpo de Cristo durante la Procesión del Santo Entierro. La Guardia Romana, el Longinos y su “criadico” custodian la Santa Cama, donde yace el hijo de Dios.

Híjar

Uno de los cofrades de Híjar, tocando el bombo | Foto: Turismo de Aragón

Híjar fundó con Alcañiz, Andorra y Calanda la Ruta del Tambor. Este hecho ejemplifica la importancia que tiene la Semana Santa en este pueblo de 1.700 habitantes. Cada año, durante cuatro días, no se deja de escuchar los redobles. El Jueves Santo, los hijaranos abarrotan la plaza de la Villa para romper la hora. A las 12 de la noche, el alcalde indica el inicio del retumbe de los tambores y los bombos.

Dos horas después se realiza la Procesión de los Despertadores. Este acto tradicional recorre las calles del pueblo a una hora inusual. Dos agrupaciones que participan en la mayoría de las procesiones, los Alabarderos y los Rosarieros, dan colorido y viveza. Los Alabarderos visten con armaduras romanas y cuentan con su propia banda de tambores y cornetas. Los Rosarieros acompañan los pasos cantando coplas que emocionan a los presentes.

El Domingo de Ramos es un día ciertamente especial, ya que se celebra Tamborixar, la feria del tambor y de la percusión. Dura todo el fin de semana y permite disfrutar de muchos actos y multitud de puestos. El domingo se celebra la joya de la corona: el Concurso Nacional de Tambores y Bombos de la Villa de Híjar. Esa misma mañana cogen protagonismo los jóvenes que bajan desde el Calvario la peana de Jesús hasta la Iglesia.

Urrea de Gaén

Los cofrades, subiendo al monte Calvario de Urrea de Gaén | Foto: Patricia Serrano

Si buscas una Semana Santa más cercana, tu lugar debe ser Urrea de Gaén. Este municipio de 440 habitantes es el más pequeño de los que conforman la Ruta del Tambor.  Los urreanos retornan por esta festividad a casa. La autenticidad se nota en cada detalle de la celebración: instrumentos que pasan de padres a hijos o túnicas antiguas pero bien cuidadas. Sus calles sinuosas y estrechas dejan una estampa especial.

A pesar de esto, se realizan bastantes procesiones. Como en los pueblos colindantes, el jueves, los tamborileros con su pañuelo blanco distintivo rompen la hora. El Viernes Santo, los rosarieros ponen melodía con sus cantos a la Procesión de la Oración del Huerto de los Olivos y se bajan las imágenes desde el Monte Calvario en una estampa bonita con el monte como escenario. El sábado devuelven las imágenes a su lugar para, dentro de un año, reencontrarse con la misma pasión.

Calamocha

Semana Santa Teruel
La Iglesia de Calamocha es el escenario principal de la Semana Santa en la localidad | Foto: Wikipedia

Lógicamente, si hablas de Semana Santa en la provincia turolense no se puede obviar al Ruta del Tambor. No obstante, tampoco no se puede olvidar de que en el resto de municipios también se vive intensamente esta festividad. Calamocha, capital de la comarca del Jiloca, la celebra desde el siglo XVIII, aunque la programación actual se modificó en los años 80. Existen nueve cofradías, que van atrayendo a nuevos miembros por tradición familiar.

Las grandes procesiones empiezan el miércoles por la noche, cuando las cofradías del Ecce Homo y de Nuestra Señora de la Soledad portan al Jesús Cautivo. El Vía Crucis del Jueves Santo reúne  a todas las cofradías en torno  al Nazareno. Emboca en la plaza España, en la iglesia, donde se conjugan las imágenes, la música y las nuevas tecnologías. Al siguiente día, con la intimidad de la noche, vuelven a salir las nueve cofradías con cada uno de sus pasos escoltados por la Hermandad de Romanos.

En esta procesión tocan las carracas. Es un instrumento tradicional típico de la zona que no se usa en otro pueblo de Teruel durante la Semana Santa. Está compuesto  por una rueda dentada de madera. Al girar el mango, los dientes son golpeados produciendo un sonido muy característico. Otra anomalía es que se une a esta procesión la cofradía de los Penitentes del Poyo del Cid, localidad perteneciente a Calamocha. Este hermanamiento entre cofradías deja una estampa muy bonita.

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