La Asociación de Directivos ha celebrado este martes un Foro ADEA en el que ha participado el director del Real Instituto Elcano
Powell ha remarcado el término “autonomía estratégica”, que señala la necesidad de convertir a la Unión Europea en una potencia con capacidad de ejercicio del poder
El ponente ha fijado el 5 de noviembre como una fecha clave en este conflicto bélico: las elecciones presidenciales estadounidenses, si ganase Trump dejaría de financiar y apoyar esta guerra
Tras el periodo estival, la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón ha celebrado este martes en el Hotel Palafox un nuevo Foro ADEA con la intervención del director del Real Instituto Elcano y profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad CEU San Pablo, Charles Powell, quien ha hablado sobre “La guerra de Ucrania y sus consecuencias geopolíticas”.
Tras la bienvenida e introducción del presidente de ADEA, Fernando Rodrigo, Powell ha comenzado su ponencia repasando las causas y las consecuencias de este conflicto bélico que comenzó el 24 de febrero de 2022 y que cambió nuestras vidas.
Para Powell, “las autoridades rusas alegan tres pretextos para comenzar la guerra. En primer lugar, sostienen que Rusia ha sido excluida del sistema de seguridad europea desde la década de los 90; en segundo lugar, la ampliación hacia el este de la OTAN ya que representa una amenaza existencial y, finalmente, que esta invasión se produce con el objetivo de defender los derechos de los rusos que viven en Ucrania”. Powell ha rebatido cada una de las causas que desde Rusia se exponen para iniciar el conflicto, “son argumentos todos ellos falaces. Realmente las causas han sido, entre otras, que para Putin y sus allegados la independización de Ucrania en el año 1991 no fue nunca digerida básicamente por el tamaño de Ucrania, ya que impidió la creación de una federación postsoviética que iba a dominar Rusia. Putin también temía que la parte más occidental de Ucrania basculara hacia la Unión Europea, convirtiéndose en modelo para algunos sectores de la sociedad rusa, y que la anexión de Crimea por Rusia no es reconocida por Ucrania, que la considera ilegítima y opuesta al derecho internacional”.
El director del Real Instituto Elcano ha aprovechado esta invitación para reflexionar sobre los condicionantes que han llevado a la actual situación y qué fortalezas y debilidades se pueden extraer de las distintas alianzas que han emergido como consecuencia de esta guerra.
Asimismo, Powell ha hecho referencia a un término cada vez más utilizado: la autonomía estratégica, que señala la necesidad de convertir a la Unión Europea en una potencia con capacidad de ejercicio del poder. “Esta guerra nos ha servido para mostrar la unidad europea, pero también su soledad en el escenario mundial”, ha apuntillado.
Sobre el final de la guerra y la posguerra, Powell ha vaticinado que todavía va a perdurar. En su opinión, “la comunidad internacional, y el mundo occidental en concreto, respondió de una manera muy poco firme a la anexión de Crimea, en todo caso, no se fue firme en la respuesta a lo que era un ataque absolutamente injustificado para la integridad territorial de Ucrania”.
Durante su intervención, Powell ha hecho alusión a que hace mucho tiempo que se ha anunciado una contraofensiva ucraniana, “pero están tardando en lanzarla”. Además, ha remarcado que la mayoría de los ucranianos creen que pueden ganar la guerra por lo que, mientras esto sea así, “es muy poco probable que se pueda producir realmente un proceso negociador”. Para el ponente “la guerra va a perdurar, las dos partes tienen instrumentos y materiales y capacidades para hacerlo”.
No obstante, ha señalado una fecha en el horizonte, el 5 de noviembre, en la que “podría darse un vuelco definitivo”, puesto que es la fecha en la que se celebran próximas elecciones presidenciales estadounidenses. Si el día 5 de noviembre llegara a la Casa Blanca otra vez Donald Trump, ha indicado, “es muy probable que se negara a seguir financiando y a seguir apoyando el esfuerzo bélico ucraniano”.
GRAN IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL
Con este conflicto, ha señalado Powell, “las importaciones rusas cayeron un 20 % el año pasado, las tecnológicas, un 30, la producción de automóviles, un 67 porque les faltan los elementos, y los ingresos por gas y petróleo cayeron un 46 %. A esto hay que añadir el coste social, ya que 300.000 rusos han abandonado el país”.
Además, “para Rusia supone una humillación tener que depender de China”, algo que también incomoda al país asiático porque “estaba concentrado en su carrera hacia la modernización económica y social y le afecta a sus importaciones y sus exportaciones”.
Para EEUU también es una guerra no deseada, sobre todo después de las consecuencias de la pandemia. “Antes tenía 65.000 tropas en territorio europeo, ahora tiene ya más de 100.000. El coste económico lo puede asumir, pero posiblemente lo que no pueda asumir es el coste político”, ha remarcado Powell.
Para el invitado, es una época difícil para la Unión Europea “porque vivimos en un mundo dominado por la rivalidad entre grandes potencias. Europa no quiere ser una potencia militar, nacimos precisamente para dar por superadas las guerras”. Respecto al impacto político, Powell ha incidido en que “nos hemos mantenido unidos los 27 estados miembros en defensa de Ucrania y nos hemos desacoplado económicamente de Rusia, y no hay que olvidar que Rusia era la fuente del 40 % de la energía que abastecía a Alemania, que es a su vez el gran motor económico de la Unión”.
Pero debajo de esta aparente unidad europea hay grandes tensiones, “los dos países que tradicionalmente aportan liderazgo en Europa, Alemania y Francia, no están en situación de hacerlo. Y, lamentablemente, la tercera economía de la unión, Italia, atraviesa un momento político complicado”, ha indicado.
Para finalizar, el invitado ha aludido a los tres retos a los que se enfrenta Europa: “Mantener una relación con Estados Unidos porque sin su apoyo militar Ucrania desaparecería del mapa. En segundo, definir una nueva relación con China por ser la gran potencia económica emergente, y, en tercero, relacionarnos de otra manera con eso que comúnmente se llama ahora el Sur Global”.
En definitiva, “la brecha económica entre Europa y Estados Unidos ha crecido enormemente. Somos más dependientes que nunca de EEUU y esto es malo para los americanos, que quieren una Unión Europea fuerte para poder concentrarse en el mundo Pacífico y es pésimo para nosotros porque si no somos creíbles acabaremos siendo irrelevantes”.
El presidente de ADEA, Fernando Rodrigo, ha elogiado a este ponente y su conocimiento sobre este grave conflicto. “La presencia de Charles Powell obedece a la inquietud de ADEA de ofrecer a nuestros directivos información de primera mano sobre cuestiones relacionadas con la geopolítica y la estrategia. Hace ya mucho tiempo que vivimos en un mundo globalizado y debemos tener continuamente una mirada atenta a lo que sucede en el entorno internacional”, ha puntualizado.