El uso de las aguas termales en los territorios que ocupa la provincia de Zaragoza se remonta a la época romana, pero los balnearios que hoy conocemos nacieron a mitad del siglo XIX. Con múltiples opciones, la provincia de Zaragoza, en concreto, la Comarca de Calatayud, es una de las que cuenta con más balnearios en España. Sus instalaciones en los municipios de Jaraba, Alhama de Aragón y Paracuellos de Jiloca están en constante evolución, al igual que sus propuestas.
La abundancia de balnearios en una superficie reducida no es casualidad: esta zona en la Comarca comunidad de Calatayud cuenta con numerosos manantiales declarados de utilidad pública por los beneficios de sus aguas.
Es en Jaraba es donde se encuentra el mayor número de establecimientos de este tipo, con tres: los balnearios de La Virgen, Sicilia y Serón, aunque este último permanece cerrado desde la pandemia. A unos kilómetros se sitúan el Hotel Balneario Alhama de Aragón y las Termas Pallarés. Cierra el hexágono el Balneario de Paracuellos de Jiloca.
Este último lo dirige Ramiro Pérez, vicepresidente de la Asociación Balnearios de Aragón. Como explica, los tipos de clientes de los balnearios de la provincia de Zaragoza son hoy en día muy variados. Durante las vacaciones se encuentran perfiles como parejas o familias que buscan un destino alternativo a la playa y la montaña. Pero “uno de los clientes más potentes” son los procedentes del Programa de termalismo del Imserso, que es “un perfil que ha cambiado mucho”.
“Antes tendían a pasar más tiempo de su estancia exclusivamente en los balnearios y ahora quiere conocer las bodegas de la zona, el Monasterio de Piedra, las fábricas de calzado de Illueca y Brea de Aragón o hacer una excursión a Zaragoza”, explica sobre los atractivos turísticos de la zona, que cada vez se cuelan en los planes de los usuarios que acuden en grupo.
Además, destaca el “gran éxito” que ha tenido este año el Programa de Termalismo Social de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), que ha regresado tras el parón de la pandemia y que “supone una oportunidad para que habitantes de toda la provincia descubran las posibilidades del termalismo” en su territorio mediante dos programas. El primero, de 9 días, tiene un efecto más terapéutico, al permitir que las aguas tenga un efecto más evidente en la salud, y de 4 días, con un componente más relajante y lúdico, describe.
Para aquellos que tengan ganas de meter el bañador en la maleta en cualquier época del año, estas son las opciones de termalismo en Zaragoza provincia.
Termas Pallarés (Alhama de Aragón)
Situado en Alhama de Aragón, Termas Pallarés tiene como emblema su lago natural, en el que fluye constantemente agua termal a 32 grados. Como indica Miguel Mirones, presidente de la cadena Relais Termal, de la que forma parte este balneario, este lago natural con 22.000 metros cuadrados de lámina de agua confiere a este espacio su carácter más especial.
“La gente se puede bañar permanentemente porque el agua mana del subsuelo todo el año a 32 grados de temperatura. El agua está caliente todo el año”, dice sobre esta opción que no entiende de estaciones y que se complementa con técnicas hidrotermales, masajes, tratamientos de belleza, envolturas, técnicas respiratorias y programas termales.
Un lago que está rodeado por “un complejo termal único en España por la configuración que tiene, con una serie de edificios de una riqueza arquitectónica impresionante, que albergan tres hoteles diferentes”.
En este espacio se puede disfrutar también de 68.000 metros cuadrados de jardines, que se inspiraron en los grandes balnearios europeos del siglo XIX. A ellos se une la majestuosidad del teatro casino, una construcción de principios del siglo XX que hoy conserva la antigua cafetería.
El origen de este balneario se remonta a 1860, cuando un empresario catalán, que comprobó cómo las aguas de Alhama eran excelentes para las articulaciones o para las vías respiratorias, decidió crear una estación termal. El balneario fue creciendo, primero con el Hotel Termas, los jardines, la casa-palacio, el Hotel Cascada (por la cascada de inhalación que alberga) o el emblemático Casino, que fue inaugurado en 1917.
Balneario de Alhama de Aragón (Alhama de Aragón)
Del emblemático balneario San Roque y Cantanero surge este moderno balneario centrado en el bienestar. Ubicado en el municipio de Alhama de Aragón y rodeado de un rico entorno natural, ofrece el baño en piscinas termo activas tanto en el interior como en el exterior, circuitos de agua, baños de vapor o ducha vichy.
Una de las propuestas más destacas del Balneario de Alhama de Aragón es la galería del baño de `El Moro´, que data del siglo XI. “El baño de ‘El Moro’ se considera uno de los más antiguos de España y hoy en día sigue abierto, es un servicio ofrecemos a los clientes. Es una gruta con agua que surge directamente del subsuelo”, describe el director de este hotel balneario, Gustavo Moreno.
Como indican en la explicación de su historia, este baño data de la época romana, a la que pertenece el arco que enmarca la roca de la que brota el manantial. Crea una fina lluvia de agua constante, mientras que otro de los atractivos, el manantial de ‘La Mora’, ofrece una cascada.
Las instalaciones del balneario disponen de dos pisos: en la segunda planta se ubican los gabinetes y los espacios para tratamientos y en la de abajo una piscina termal, a la que se suma la exterior. “En el exterior hay una piscina de verano de agua mineral medicinal. Es una zona muy muy apropiada para relajarte y para poder estar en una tumbona tomando el sol o bañándote en las aguas termales”, explica el director de este complejo, que acoge a un variado perfil de clientes, más allá del clásico.
Como recalca Moreno, además de los beneficios para la salud que ofrecen las aguas, “no hace falta tener una patología o estar enfermo para acudir a un balneario, sino que puede venir cualquier persona, simplemente, buscando un poco de relajación”.
Balneario de Paracuellos de Jiloca
Y llegamos hasta el Balneario de Paracuellos de Jiloca, ubicado en el municipio al que debe su nombre. Como indica su director, Ramiro Pérez, se trata del balneario más antiguo de la zona y data de 1848.
“Su gran peculiaridad son sus aguas sulfurosas, con gran concentración de azufre y de sales, muy buscadas en Europa porque tienen beneficios muy rápidos sobre ciertas afecciones, sobre todo, de la piel, de vías respiratorias y problemas que tienen que ver con las articulaciones por los músculos y problemas óseos”, explica Pérez sobre estas aguas termales sulfuradas tan apreciadas.
Su hotel de ambiente familiar y “en constante renovación” se complementa con un gran centro termal construido en 2008, a raíz de la Expo del Agua en Zaragoza, que dispone de 3.500 metros cuadrados, lo que lo convierte en “uno de los mayores centros termales que hay en Aragón”.
Complementan la piscina termal con aguas sulfurosas, una serie de servicios como el pediluvio, la sauna nebulizada, el baño de vapor, las piscinas de contraste térmico o la sauna finlandesa, además de los tratamientos individualizados. “Muchas personas aprovechan la estancia en el balneario no solo para cuidar la salud, sino también para cuidar su piel y revitalizar las descompensaciones de los cambios de estación”, explica sobre otras opciones de masajes y tratamientos faciales y corporales, que cada vez cobran más importancia en estos entornos.
Además, el Balneario de Paracuellos de Jiloca recuperó hace unos años una finca de 60.000 metros cuadrados, que hoy es un gran parque con instalaciones deportivas como pista de pádel y dos lagos naturales, uno de ellos habilitado para baño en los meses de verano.
Balneario de la Virgen (Jaraba)
En 1828 se creó la primera zona de baños en el entorno del Balneario de la Virgen, aunque como explica su director, Javier Zarzosa, esta zona ya era apreciada desde antes de la época romana.
“Hay una ermita a 500 metros, entonces, cuenta la historia, que venían los peregrinos, se bañaban en el lago, se curaban de sus dolencias y se atribuía esa curación al milagro de haber venido a peregrinar a la Virgen, igual que antiguamente los romanos la llamaban el ‘agua de las ninfas’, a las que les atribuían poderes curativos”, cuenta sobre la historia de este emblemático paraje, a apenas 500 metros de la ermita de la Virgen de Jaraba.
En 1868 se erigió el primer edificio del balneario y hoy ha ido evolucionado hasta lo que hoy definen como un “sinónimo de tradición e historia, paisaje y naturaleza, relajación y bienestar, belleza y salud”.
En este sentido, el responsable del centro destaca la consulta médica de la que disponen para ofrecer a los usuarios tratamientos individualizados dependiendo de su patología. “Hay un amplio abanico de patologías, pero las más espectaculares son las del sistema renal”, señala sobre la eficacia de estas aguas para dolencias como los cálculos renales, a las que se unen otras como las relacionadas con el aparato circulatorio, el osteomuscular o de las vías respiratorias.
Pero si algo llama la atención es su ubicación: en el fondo del cañón del río Mesa. “Estás metido en el cañón con paredes de cien metros a los lados y el lago natural está pegado a la pared, por lo que hace un efecto de cueva. Tenemos nidos de buitres justo encima del balneario, que se ven volando. Hay mucha vegetación, muy poquito ruido y un microclima, porque al estar metido dentro del cañón los inviernos son menos austeros y los veranos menos cálidos”, concluye Zarzosa.
Balneario Sicilia (Jaraba)
El Balneario Sicilia, ubicado en Jaraba, también comenzó su andadura en el siglo XIX, como un pequeño negocio familiar que ofrecía los beneficios de sus aguas bicarbonatadas cálcico-magnésicas.
“Son de baja mineralización y tienen un alto efecto diurético. Eliminan muchísimo líquido, por eso siempre tiene un poder de arrastre importante y siempre han estado asociadas a mejorar patologías pues renales problemas renales”, explica la responsable de Relaciones Públicas y Comunicación de los Balnearios Sicilia y Serón, Montse Sánchez.
Con más de un siglo de tradición, este espacio ha evolucionado a lo largo de sucesivas reformas. En los años setenta, José María Sicilia acometió una gran remodelación y decidió hacer “campaña” para abrir todo el año, cuando los balnearios se consideraban un lugar para pasar el verano. Sánchez recalca que también fue pionero en promover junto con el Gobierno de Aragón lo que entonces se conocía como los encuentros de la tercera edad, demostrando que “las curas balnearias ayudaban a ahorrar en consumo de farmacia y médico”.
Con la idea de generar bienestar, las opciones de disfrutar del balneario han ido en aumento con el paso de los años, por ejemplo, con los actuales programas de termalismo infantil o los que combinan estos relajantes tratamientos con el mindfulness.
“Buscamos que todo el mundo pueda disfrutarlo. Unos de una manera más terapéutica, con supervisión médica, y otros de una manera más lúdica”, explica sobre la evolución del termalismo, que ya no solo está ligado al tratamiento de enfermedades, sino también de prevención o, simplemente, como momento de relajación.
Con la idea de “integrar el termalismo en el paisaje” destaca la Cueva Termal, una piscina cubierta construida uniendo una cueva natural con el hotel. A los tratamientos individualizados se une el circuito del Jardín Termal, con elementos como la piscina de flotación que permite escuchar música a través del agua, la biosauna, una terma de aromas en una cueva natural para disfrutar de los beneficios del tomillo o una cámara de sal, pionera en España.
También en Jaraba, el Balneario Serón pertenece al mismo grupo que el Balneario Sicilia, que lo adquirió en los años ochenta. Tras la pandemia, este balneario no ha abierto todavía, pero como explica la responsable de Relaciones Públicas y Comunicación de ambos balnearios, Montse Sánchez, les gustaría volverlo a poner en funcionamiento cuando se den unas condiciones más favorables.
Con una temperatura constante de 34 grados, sus aguas están indicadas para el riñón y las vías urinarias, el aparato locomotor, las vías respiratorias o la circulación periférica (por ejemplo, varices). Cuenta también con una cámara de sal, un tratamiento basado en la respiración de aerosol salino seco.
La gran alameda del entorno complementa este balneario que, como asegura Sánchez, ha contado siempre con una clientela muy fija que, mientras permanece cerrado, se ha animado a disfrutar del cercano Balneario Sicilia.