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19 abril 2024

Cuando la naturaleza se convierte en aula y la tierra en libros para alumnos de Formación Profesional

Dejar a un lado los libros y aprender experimentando. En eso consiste, de manera muy resumida, la esencia del colegio San Gabriel de Zuera. Este centro, en el que cada año se forman más de 500 alumnos, dispone de una parcela de 64 hectáreas donde los estudiantes pueden hacer prácticas y comprobar que lo que se les enseña en el aula es real. Un aspecto que interesa especialmente a los alumnos de Formación Profesional.

En concreto, en San Gabriel se imparten cada año dos ciclos de FP: ‘Técnico en aprovechamiento y conservación del medio natural’ y ‘Técnico superior en gestión forestal y del medio natural’. Una formación, de dos años cada una, ideal para amantes de la naturaleza. “Al principio muchos dudan, no saben si les va a gustar, y luego a todos les acaba encantado”, afirma la directora de los cursos, Sandra Cuende.

Las posibilidades laborales que estas formaciones ofrecen son variadas. Abarcan desde guardia forestal a capataz de incendios o agente de protección de la naturaleza. Desde el colegio San Gabriel, cada año, 40 alumnos abandonan las aulas, título en mano, y se sumergen en el mercado laboral. “Es un sector con mucha demanda, cada vez más, porque se invierte mucho en medioambiente y hace falta mano de obra. El 70% de las personas que hacen prácticas en empresas privadas se quedan a trabajar”, indica Cuende, quien pone como ejemplo que para controlar un incendio medio es necesario un capataz y veinte peones. “Hace falta mano de obra de formación profesional”, insiste. Aunque también existe la posibilidad de continuar la etapa educativa y estudiar un grado universitario, como biología, ciencias ambientales o ingeniería agrícola.

Y tan amplio como es el abanico de posibilidades que estas formaciones ofrecen, es el perfil del alumnado. En estos momentos, en los ciclos de Formación Profesional están matriculados estudiantes desde los 16 hasta los 43 años. La mayoría, de Zaragoza o localidades vecinas de Huesca. Pero ni la edad ni la distancia suponen un problema para estos alumnos gracias a la metodología ‘flipped classroom’, que consiste en priorizar la práctica en el aula y dejar la teoría para casa. “Subimos los contenidos teóricos a una plataforma, con vídeos explicativos, que ellos pueden ver en su trabajo o casa. Cada día en clase preguntamos si hay preguntas, y si no las hay, directamente nos podemos a practicar”, explica la directora de los ciclos.

De hecho, el colegio San Grabriel de Zuera es el primer ‘cole’ ‘flipped classroom’ de España. “Es un modelo que facilita el acompañamiento individualizado del alumnado”, señala la directora del colegio, Sofía Temprado, quien además resalta que se trata de un centro de estudios bilingüe y con alta capacidad digital. “La gente se sorprende del nivel que tiene los chavales cuando salimos fuera. Sobre todo a la hora de hablar, potenciamos mucho la parte más vocal y empezamos a centrarnos en la gramática a partir de tercero de Primaria”, detalla.

“Las chicas que se apuntan suelen ser las mejores de la clase”

Lo único que echan en falta Cuende y Temprado en los grados de formación profesional de este colegio son mujeres. En este curso solo hay una chica matriculada en los ciclos de grado medio y superior. Una cifra que, matiza Sandra Cuende, “no es lo normal”. Por lo general hay unas cuatro mujeres por clase. “Las chicas que se apuntan suelen ser las mejores de la clase. Además, luego pueden trabajar igual de peones que de capataces. Nunca nos hemos encontrado que se desplace a las mujeres en este sector”, indica. En opinión de la directora, la escasez de alumnas en estos grados se debe a la desinformación: ”Siempre se ha enseñado que el monte es de chicos, pero no es así. Todavía queda recorrido”. Como dato curioso, en el Colegio San Gabriel de Zuera cuatro quintas partes de los docentes que imparten estos ciclos son mujeres.

Viveros, clases a bordo de un tractor o con una motosierra

Además de apagar fuegos, estos grados capacitan para trabajar en el sector forestal o en plantaciones de cultivos. Entre ellos, la trufa. Y son en estos ámbitos en los que los estudiantes del colegio aprovechan al máximo las 64 hectáreas que forman las instalaciones. En ellas disponen de árboles para cortar, cultivos para repoblar, viveros donde trabajar e incluso terreno para aprender a conducir un tractor bajo supervisión. “Solemos dedicar un 60 o 70% de las clases en el exterior con prácticas. Al final, es más fácil de comprender una materia cuando lo ves en vivo”, cuenta Cuende. Así, los chavales se dan cuenta de que la teoría les sirve para algo. “En el libro te hablan del terreno perfecto, pero luego cuando vas a realizar el corte del árbol, por ejemplo, ves que no está recto”, ejemplifica. Y toda esa experiencia se valora a la hora de encontrar empleo. En palabras de la directora de los ciclos: “Las empresas suelen estar encantados”.

El lado más creativo del campo en Tik Tok

El colegio San Gabriel busca adaptarse a los nuevos tiempos y aprovechar los intereses de sus alumnos para trasmitir más y más conocimientos sobre la naturaleza. Por eso, una de las actividades que este año ha completado el currículo educativo ha sido elaborar un vídeo de Tik Tok. “Les mandé grabarse haciendo un tipo de cortas y me lo tenían que presentar en Tik Tok. Era parte de la práctica que les iba a evaluar. Al final, es exactamente lo mismo pero les hace más gracia”, cuenta Cuende. A través de esta plataforma, los estudiantes no solo practican los cortes sino que desarrollan otras cuestiones como la creatividad y el manejo de las nuevas tecnologías. “Tienen unas ideas impresionantes”, resalta la directora, para concluir manifestando que el sector forestal “no es solo cortar madera”.

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