El Saraqusta Film Festival, presenta hoy, con motivo del día internacional de la música y la danza, el documental Antonio, el Bailarín de España. La historia de un hombre que dejo una huella indeleble en el baile español del siglo XX, de un artista que tuvo el mundo en su mano, pero que como tantos otros grandes talentos españoles, al final de su vida solo encontró ostracismo y olvido. Paco Ortiz recupera su figura en este documental, que a su vez, pone en valor la cultura e identidad andaluza.
¿Cuándo descubriste tu amor por el cine?
Desde pequeño sentía curiosidad por cómo se hacían las películas, y eso me llevó a realizar los estudios de Comunicación Audiovisual. Cuando me gradué, tuve una primera etapa en la que me dediqué a la televisión porque era donde había más trabajo, hasta que se cruzó en mi camino la oportunidad de hacer un documental, y ya no lo solté. Desde entonces, he combinado otros trabajos con la realización de documentales, pero en los últimos años ya nos ganamos la vida únicamente haciendo documentales producidos por mi propia productora, “Sarao”. Dentro de lo que hemos hecho, que ha sido de lo más variopinto, lo que más se repite son los documentales de tipo biográfico.
¿Por qué elegiste contar la historia de Antonio?
La figura de Antonio llega hasta mí, como suele pasar muchas veces, por la casualidad de leer un artículo sobre su historia. Era el centenario de su nacimiento y se iba a hacer un congreso, y eso me llevó, como tengo este interés especial en lo biográfico, a querer saber algo más de él. No me era del todo ajeno, pues muchos de nuestros documentales habían sido de carácter flamenco, pero tampoco lo conocía mucho, y cuando empecé a investigar, descubrí que es un personajazo. Vivió al principio de su carrera en Sudamérica, luego en Estados Unidos, bailó en Broadway, hizo películas en Hollywood y luego volvió a España, cuando ya había pasado la guerra. A pesar de empezar otra vez de cero, también triunfó. Eso me dejó totalmente desconcertado. Es un hombre que no deja de crecer, va en línea ascendente, alcanza las cuotas más altas del éxito en nuestro país y fuera de nuestras fronteras. Fue aclamado de manera masiva internacionalmente, en Francia y en Gran Bretaña; bailó hasta en la Casa Blanca. Fue el primer artista español que actuó en la Unión Soviética, cuando España no tenía relaciones diplomáticas con ellos. Es una figura increíble y, por eso, merece ser rescatada en este documental para las futuras generaciones.
Ambos sois andaluces ¿Qué ha supuesto para ti tener la oportunidad de contar la historia de un artista de tu tierra?
Para mí es muy importante eso. En Andalucía existe una cinematografía muy destacable, y hay empresas y profesionales totalmente capacitados. Yo creo que es más que interesante que seamos nosotros quienes contemos nuestras historias con nuestra propia voz, con nuestro acento, con lo que nos toca más de cerca. Aquí también está el caso de Víctor Ullate, un bailarín zaragozano que precisamente está relacionado con Antonio, y ahora Elena Cid, que también es de Zaragoza, ha hecho un documental sobre él. Creo que en todos los sitios deberíamos hacer eso, no tienen que venir de fuera a contar nuestras historias, tenemos que hacerlo nosotros, los que las conocemos.

¿Por qué prefieres el formato documental sobre la ficción biográfica?
Es verdad que las historias que hemos contado bien podrían ser también largometrajes de ficción; de hecho, nosotros alguna vez hemos introducido una pequeña parte ficcionada en nuestros documentales, como en Algo Salvaje, Bambino o en Aníbal, el arquitecto de Sevilla. Pero es que la ficción es muchísimo más cara de realizar. Aparte, los documentales no solo tienen un menor coste, también tienen ese componente didáctico de enseñar quién fue esa persona. Hay muchas películas biográficas, pero este tipo de documentales, que son una mezcla entre la ficción y el género documental, nos gusta mucho.
¿Cómo sueles documentarse, antes de realizar un documental sobre una figura histórica?
Como solemos interesarnos por personajes más clásicos, recurrimos sobre todo a los libros que se han escrito sobre ellos. Ahora también hay muchas investigaciones que están publicadas en Internet, lo que ha facilitado mucho todo el proceso. Además, son fundamentales las entrevistas personales con gente que conoció a la figura de la que vamos a hablar, o con investigadores que han estudiado su vida. En el caso de Antonio, descubrí que había dos libros muy parecidos, uno más ficcionado y otro más crudo, basados en unas entrevistas que le había hecho un periodista en 1983 o 1984, quince años antes de su muerte. Luego encontré que, además de los libros, esas entrevistas estaban publicadas en formato cassette de audio. Entonces sentí la necesidad de encontrar esas cintas, porque sabía que en ellas iba a estar la voz de Antonio narrando su vida, y me parecía muy interesante que, en el documental, fuese él, y no otras personas, quien contase los fragmentos más destacables de su vida, acompañado por los testimonios de gente que le conoció, de periodistas, de investigadores, pero que fuese su propia voz el hilo narrativo.
En relación a lo que comentas, imagino que habrá sido muy especial tener contacto con personas que conocieron a Antonio, como Carmen Rojas o Antonio Canales.
Ha sido algo muy emotivo, principalmente porque todo el mundo habla de Antonio con cariño y con un profundo respeto. Es verdad que era un personaje que tenía un ego superlativo y una disciplina muy alta, pero aun así, todo el mundo decía que era alguien cariñoso y entrañable, y eso es lo que me han podido confirmar las personas que estuvieron cerca de él, tanto en el plano personal como en el profesional, y que todavía tenemos la suerte de poder entrevistar. He hecho muchos documentales de muchos artistas, pero creo que Antonio es de los personajes más fascinantes a los que me he enfrentado hasta ahora.
¿Pudiste conocer también a la familia de Antonio?
Desde el primer momento en que decides iniciar un proyecto de este tipo, es importante estar de acuerdo con la familia, trasladarles tu interés y la forma en la que quieres contar la historia. Por supuesto, cuando el documental estaba acabado, lo vieron en un visionado privado y quedaron muy satisfechos y contentos con el trabajo que realizamos. Eso también es importante para nosotros, que ellos se encuentren a gusto con lo que hemos hecho contando la vida de Antonio.
“Esa ambigüedad política y sexual que mantuvo durante muchos años de su vida, le llevó a un ostracismo que para mí, y para mucha gente, es inmerecido”
¿Qué es lo que esperas transmitir al público? Especialmente a un público, que no esté tan familiarizado con la figura de Antonio o con la cultura andaluza.
Siempre trato de no dirigirme a un público especializado. No lo hice con la arquitectura en el caso de Aníbal, ni con la rumba en el caso de Bambino, ni en el flamenco o en la copla, ni en el caso de Poveda; tampoco quiero que sea así con el baile en el caso de Antonio. Para mí, es una historia de superación, de un niño pobre que llega al éxito, a la cima de la fama, pero que sufre después una caída a los infiernos, como tantas tragedias griegas, como la de Ícaro, que vuela y quiere llegar hasta el sol, derritiéndose las alas y cayendo. Esa es una historia universal, el auge y caída de la gran estrella, que a todo el mundo nos llega y nos emociona, porque es una historia que ya hemos visto muchas veces en el arte, solo que esta vez es la vida real, y eso lo hace más interesante todavía.
¿Qué has aprendido gracias a realizar este documental y saber más de Antonio?
Más que aprender, he confirmado algo que ya me constaba: en este país no sabemos valorar muchas veces a nuestros hijos. Decía una colaboradora que en este país enterramos muy bien, pero olvidamos mejor, y es muy cierto. Hay grandes artistas que han quedado olvidados en la historia, mientras que otros se han llevado el reconocimiento sin merecerlo. Creo que en el caso de Antonio es más que evidente que esa ambigüedad política y sexual que mantuvo durante muchos años de su vida, le llevó a un ostracismo que para mí, y para mucha gente, es inmerecido. Eso también me ha valido para aprender que estas figuras merecen una reivindicación y una puesta en valor. Es algo que durante mi carrera he hecho con otros artistas y, en el caso de Antonio, una vez más estamos en ello para que las futuras generaciones sepan que gran parte de lo que se hace en este país, en el mundo de la danza, actualmente viene de lo que sembró Antonio en su momento.
¿De que otros personajes te gustaría contar su historia?
Hay cosas que me gustaría contar y que todavía no sé si podré hacerlo, pero puedo decir que mi próximo proyecto es la historia de Miguel Benítez, que fue el cantante, el frontman, del grupo Los Delincuentes, que todavía sigue en activo. De nuevo, se trata de una historia andaluza, pero en este caso enfocada en el rock, en un chico muy prematuro y con un talento desbordante, pero que nos dejó demasiado pronto, con tan solo 21 años. Por lo tanto, también es un reto realizar un documental sobre él.
¿Qué significa para ti estar nominado en un festival de cine histórico como el Saraqusta Film Festival?
Me parece genial. Primero, porque se está celebrando coincidiendo con el Día Mundial de la Danza, que es precisamente hoy, y no se me ocurren fechas más bonitas para presentar este documental. Segundo, porque los documentales biográficos también son históricos, son historias de personas que son relevantes. No todo lo histórico es de la Edad Media o de los romanos; también hay historias recientes, y a mí me gusta y me interesa mucho esta parte de la historia y estos nombres del último siglo de España. Es un gran festival. Tuvimos una experiencia maravillosa el año pasado como productores con el documental de Marisol, que se alzó con tres premios, y es un recuerdo muy bonito que tenemos de aquí. Ojalá Antonio guste también, pero al final los premios tampoco son lo más importante, sino que la gente lo disfrute y, sobre todo, que se difunda y que se conozca la historia de Antonio, que empiecen a valorar a los artistas más allá de su ideología o de sus circunstancias, para que este sea un país mucho mejor a través de la cultura. Cuantas más personas conozcan su historia y la historia de su país, menos condenado estará a repetirla.