Jorge Azcón (Zaragoza, 1973) es alcalde de Zaragoza y candidato del PP a la Presidencia del Gobierno de Aragón. En una entrevista con Go Aragón, hace un repaso de sus cuatro años como regidor en el ayuntamiento de la capital aragonesa y muestra algunas de las líneas maestras de su propuesta para el Ejecutivo autonómico.
La proyección internacional de la ciudad y su posición para inversiones externas son dos de las cuestiones que destaca de su mandato, en el que echa en falta haber empezado a construir la nueva Romareda. Y, en su propuesta para el Gobierno aragonés, fija cuatro puntos: impuestos, vivienda, sanidad y carreteras.
Usted siempre dijo que su sueño era ser alcalde de Zaragoza, ¿ha cumplido sus expectativas esta experiencia?
Sin lugar a duda. Como servidor público, uno siempre aspira a mejorar la vida de sus vecinos. Y, con los datos en la mano, puedo decir que el legado de este Gobierno ha sido mejor que bueno. Hemos invertido más que nunca en servicios sociales, reducido una deuda municipal de récord, bajado los impuestos y atendido demandas históricas en materia de infraestructuras, como las avenidas de Navarra, Cataluña y Tenor Fleta o el proyecto de La Romareda, cuyas obras comenzarán en el próximo mandato de la mano de mi compañera Natalia Chueca.
¿Y no le apena dejar la Alcaldía para dar el salto de aspirar al Gobierno?
Sí y no. Ser alcalde de tu ciudad y trabajar por mejorar la vida de tus vecinos, a los que ves a diario, es una sensación única. Sin embargo, dejo Zaragoza en manos de Natalia, que será la mejor alcaldesa de la historia… ¡mucho mejor que yo! Desde el Gobierno de Aragón trabajaré para todo el territorio, al que quiero dotar de una fiscalidad justa, una Sanidad digna y una competitividad empresarial que permita crear empleo tanto en las ciudades como en los municipios menos pobladas.
¿Cómo ha cambiado Zaragoza en estos cuatro años?
La memoria es frágil y mucha gente ya no recuerda la coyuntura de la ciudad en 2019. Zaragoza no era atractiva para los inversores por sus altos impuestos. El equipo de Gobierno amparaba charlas de terroristas en instalaciones municipales y las demandas históricas en materia de infraestructuras dormían el sueño de los justos. El anterior alcalde, si lo recuerda, consideraba al Real Zaragoza entidad non grata mientras cedía espacios públicos de forma gratuita a asociaciones afines a su partido. La situación era insostenible.
Nuestra hoja de ruta siempre fue clara: darle la vuelta a la situación. Además de los cambios evidentes, hemos reducido la deuda de forma que se pueda volver a invertir, hemos puesto la alfombra roja a todo empresario que quisiera crear empleo y hemos desarrollado iniciativas de un éxito incuestionable como ‘Volveremos’.
¿Se le queda alguna espina clavada?
La pandemia fue un momento muy complicado en el que priorizamos la salud de los vecinos y el bienestar de los más débiles. Esa crisis puso en pausa la ciudad durante unos meses. Quizá me habría gustado dejar la Alcaldía con las obras de La Romareda ya iniciadas. Sin embargo, el nuevo proyecto es mucho mejor que cualquiera de los anteriores porque no le costará ni un céntimo a la ciudad. A diferencia de los anteriores intentos, en esta ocasión se va a abordar íntegramente con fondos privados.
E internacionalmente, ¿qué proyección está teniendo la ciudad?
La mejor posible. Zaragoza ha copado titulares por ser una de las pocas ciudades que en 2030 será climáticamente neutra. También por proyectos como El Bosque de los Zaragozanos o por el futuro vertipuerto para drones de reparto, el primero en toda Europa. Son proyectos transformadores que, unidos al crecimiento en materia logística, nos ponen en el mapa. Otro éxito incontestable, este en materia cultural, fue el festival Vive Latino, que en su primera edición congregó a miles de personas y recibió la mejor valoración posible tanto por la crítica musical como por los propios asistentes.
Por cierto, que ya es la cuarta de España en población. ¿Qué significado real tiene ese puesto?
Es un orgullo, porque es la consecuencia del trabajo bien hecho. Desde luego, la gente no se queda a vivir en un sitio que no le ofrece los servicios necesarios y donde no hay empleo. Y en Zaragoza tenemos las dos cosas. Lo dice su alcalde, pero también la OCU, que señala que es la segunda mejor ciudad de España en calidad de vida.
Ser la cuarta ciudad es también una responsabilidad: tenemos que lograr que el crecimiento sea sostenible y que no se generen desigualdades ni problemas de inseguridad, circunstancias que se dan en muchas grandes metrópolis.
Más allá de este ascenso del núcleo urbano, ¿el reto es el área metropolitana?
Por supuesto. Pero para ello es necesario atender las demandas de los municipios que rodean la capital. ¿Acaso es de recibo que Cuarte de Huerva, con más de 14.000 habitantes, no tenga Centro de Salud propio? ¿Es digno el transporte público que les ofrece el Gobierno de Aragón? Creo que el margen de mejora es amplísimo, y en mi hoja de ruta para la Comunidad todos los aragoneses tendrán los mismos servicios y oportunidades.
Y ahora que opta al Gobierno, ¿cómo piensa enfocar el desfase poblacional en Aragón?
Le doy las cuatro claves de mi plan para revertir el proceso de despoblación: impuestos, vivienda, sanidad y carreteras. Favoreceré la creación de puestos de trabajo en el ámbito rural bonificando las contrataciones hasta el 20% mediante las ayudas al funcionamiento, promoveré la rehabilitación de viviendas sin cerrarme a los nuevos desarrollos urbanísticos, revertiré los recortes de Lambán en Sanidad recuperando el funcionamiento las 24 horas de las UVI móvil y abordaré el gran problema de las carreteras aragonesas, que son las peores de España. A partir de esa base, y facilitando una conexión de banda ancha de máxima velocidad, estoy seguro de que hablaremos de un punto de inflexión.
En detalle
¿Quién es Jorge Azcón?
Una persona familiar, trabajadora y muy exigente consigo misma. También soy un enamorado de mi tierra, disfruto recorriendo cada rincón de la Comunidad, aunque sea por trabajo, ya que soy un fiel defensor del potencial de Aragón. Por desgracia, he de reconocer que en el resto de España no siempre se reconocen las virtudes de Aragón. Ese es uno de los motivos principales por los que decidí dar el salto a la política autonómica: conseguir que Aragón tenga el peso que se merece dentro del país y en el sur de Europa. Nuestra tierra tiene un potencial que no se está explotando y nada me gustaría más que sentar los cimientos de un Aragón que pueda competir en igualdad de condiciones con sus vecinos.
¿Cuál es el día a día de Jorge Azcón?
¡Ojalá pudiera detallarlo! Pero la agenda manda y no todos los días son iguales. Le puedo decir que está lleno de reuniones, llamadas y visitas institucionales, y que procuro dedicar un tiempo a mantenerme en forma, ya sea haciendo natación o paseando.
¿Lo ha trastocado mucho su labor política?
Tanto mi labor política como mi etapa en el sector privado han absorbido siempre el máximo de mi tiempo. Son ya muchos años en los que no puedo entender un día normal sin una importante carga de trabajo, así que a estas alturas ya no disocio al Jorge trabajador del Jorge ciudadano.
¿Se considera una persona familiar? ¿Qué importancia tiene para usted?
Mi mujer y mis dos hijos lo son todo. Por mi trabajo y por la edad en la que van entrando los chavales, nos vemos mucho menos de lo que me gustaría. Por eso intento exprimir al máximo todo el tiempo que pasamos juntos, ya sea cenando entre semana, los fines de semana o durante las vacaciones. En cuanto pasen las elecciones les dedicaré hasta el último minuto que la agenda me permita.
¿Cuál es el último libro que se ha leído?
‘Un pequeño empujón’, del Nobel de Economía Richard H. Thaler. Me ha resultado inspirador y divertido. Lo recomiendo, invita a pensar y ayuda en el proceso de toma de decisiones.
¿Y la última película que ha visto?
‘Todo a la vez en todas partes’. En casa nos pareció muy divertida.
¿Es usted de series?
Ojalá pudiera decirle que he visto la última serie de moda, pero no tengo mucho tiempo. Si tuviera que recomendar una, sería ‘Homeland’, mi serie favorita.
