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30 abril 2025

IBERCAJA BANCO PRESENTA UN PLAN ESTRATÉGICO PARA FORTALECER SU COMPETITIVIDAD A MEDIO PLAZO

Se trata de un plan muy ambicioso que nace con vocación transformadora.

El plan “Ahora Ibercaja” desvela la hoja de ruta para el ciclo 2024 – 2026. El cliente, la actividad comercial, la resiliencia y la transformación de la entidad, claves en el nuevo plan estratégico.

Ibercaja Banco presentó su plan estratégico para el periodo 2024 – 2026 tras haber superado los objetivos de rentabilidad y solvencia fijados en el plan establecido para el trienio anterior.

El presidente de la entidad, Francisco Serrano, y su consejero delegado, Víctor Iglesias expusieron las directrices del plan estratégico denominado, Ahora Ibercaja para el próximo trienio en un acto dirigido al equipo directivo celebrado en Zaragoza ante más de 200 personas. 

En palabras de Iglesias, el plan estratégico es un plan “de nuevo, muy ambicioso, que nace con vocación de ser igualmente transformador y que nos permitirá mejorar de forma muy significativa la competitividad del Banco a medio plazo”.

Lo que Ibercaja Banco dio a conocer, es algo tan relevante como la hoja de ruta que se ha propuesto seguir durante el próximo trienio. 

Al igual que las empresas, las entidades financieras desarrollan su actividad en un entorno cambiante y globalizado en el que rivalizan con sus competidores. Por ello, la estrategia resulta fundamental para poder afrontar con éxito los desafíos de futuro. Toda planificación estratégica debe descansar sobre tres aspectos básicos: el propósito, la misión y la visión de la organización y debe tener presente un elenco de valores que inspiren toda su actuación.

El propósito estratégico es la razón de ser de la organización y trasciende de la obtención de un determinado beneficio económico. Viene a ser el por qué una organización hace algo. En el caso de Ibercaja Banco, su razón de ser consiste en “ayudar a las personas a construir la historia de su vida, porque será nuestra historia” y refleja el compromiso de la entidad financiera con las personas y con su entorno. A partir del propósito estratégico, las organizaciones formulan su misión y su visión. Es decir, una definición de lo que hace la organización y de cómo le gustaría verse en el largo plazo. La misión de Ibercaja Banco se encuentra alineada con su propósito y consiste en “contribuir a hacer mejor la vida de familias y empresas, ayudándoles a gestionar sus finanzas ofreciendo un servicio financiero global y personalizado, que les facilite alcanzar sus propios objetivos”. y se proyecta, en el largo plazo, en una meta concreta: “ser un banco atractivo por el valor ofrecido y su contribución a la sociedad con gran capacidad para adaptarnos a los cambios, anticipándonos a las necesidades de nuestros grupos de interés”, la cual constituye la visión de la entidad financiera en la que identifica cuatro grupos de interés o stakeholders: sus clientes, sus accionistas, las personas y la sociedad en general.

Para poder cumplir su propósito, llevar a cabo su misión y alcanzar su visión estratégica, toda organización debe identificar unos valores éticos que guíen e inspiren todas sus actuaciones. En el caso de Ibercaja Banco, su cultura empresarial gira en torno al respeto de los siguientes valores: cercanía, profesionalidad, compromiso, excelencia, solidez y capacidad de adaptación.

Una vez que ha formulado su estrategia, la organización debe trasladarlos a sus planes estratégicos, es decir, a esas hojas de ruta trianuales o quinquenales que establecen una serie de objetivos a medio plazo que se articulan en unos programas de actuación y construir una serie de indicadores que permitan su seguimiento. En cualquier caso, los planes estratégicos deben guardar una cierta coherencia entre sí, pues todos ellos deben estar alineados con la estrategia de la organización. 

Este proceso comporta un esfuerzo considerable, ya que al fin y al cabo consiste en dibujar el camino que debe recorrer la organización en los próximos tres o cinco años y porque para realizar este viaje no solo procede tener en cuenta aspectos internos -como las fortalezas y debilidades de la propia organización- sino que también debe considerar la influencia de un entorno cambiante y competitivo. Se trata de un proceso mucho más complejo que el de la elaboración de unos presupuestos anuales. 

Así, entre otros aspectos externos, los gestores de Ibercaja Banco han tenido en cuenta un contexto de presiones de costes y de previsible disminución de los tipos de interés a la hora de formular su hoja de ruta trianual. Por tanto, han tomado en consideración variables ajenas a la entidad y propias de un entorno cambiante y competitivo.

El plan Ahora Ibercaja nace con la pretensión de mejorar de forma muy significativa la competitividad del Banco a medio plazo y tiene como objetivos clave los siguientes: conseguir una rentabilidad sostenible en el tiempo, en unos niveles que permitan a la entidad cubrir su coste de capital; e incrementar los ratios de solvencia del Banco. Es decir, la entidad pretende una viabilidad económica sostenible y busca fortalecer, todavía más si cabe, su solvencia. Viabilidad económica y solvencia resultan imprescindibles para que la entidad pueda cumplir con su misión y alcanzar su visión.

Los objetivos a medio plazo deben ser razonables y ello no significa que no puedan ser exigentes. En cualquier caso, podemos hablar de objetivos razonables cuando resulten específicos, medibles, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo. De este modo, se espera que la rentabilidad sobre fondos propios una vez excluidos los intangibles (ROTE), en el ejercicio 2026 vuelva a superar los dos dígitos, alcanzando una ratio de eficiencia inferior al 54% y que el coeficiente de solvencia (CET1 Fully Loaded) se sitúe entre el 13,5% y el 14% -desde el 12,7% actual-. 

En cuanto a la gestión del riesgo del crédito, el plan Ahora Ibercaja establece un enfoque activo y riguroso con el objetivo de preservar el índice de cobertura de liquidez (L.C.R.) en un nivel superior al 190% y la tasa de activos improductivos (N.P.A.s) inferior al 3,5%, de tal modo que el coste del riesgo se sitúe por debajo del 0,35%.

Para la lograr estos objetivos, el plan Ahora Ibercaja ha establecido dos grandes programas de actuación para el próximo trienio: el programa cliente y el programa resiliencia que se materializan en un total de 13 iniciativas o planes de actuación.

El programa cliente identifica el crecimiento del negocio de la entidad con la captación y ampliación de su base de clientes. De este modo, pretende un incremento de clientes “comprometidos” de un 10% que se concretará en 50.000 nuevos titulares particulares comprometidos, 6.000 nuevos clientes de negocios y 2.000 nuevos clientes procedentes de pymes y grandes empresas. Este programa establece 6 iniciativas o planes de actuación concretos que consisten en convertirse en una entidad de primera referencia en lo que se refiere a la banca personal y premium; en adaptarse a un entorno digital en el que los jóvenes con necesidades financieras adquieren un gran protagonismo; en ser el proveedor bancario de referencia para aquellos comercios que aglutinan a la mayor parte de las actividades productivas de nuestro país -como es el caso de los autónomos, comercios y micropymes-; en ser, también, el proveedor de referencia para pymes y grandes empresas que ostenten un adecuado perfil de riesgo; capturar más negocio y valor añadido en los negocios de pagos y financiación al consumo –para lo cual ya creó una dirección específica en el organigrama del año pasado-; y, finalmente, proponer soluciones individualizadas a sus clientes en materia de seguros de riesgo como complemento al asesoramiento que viene prestando en esta materia.

El segundo gran programa tiene que ver con resiliencia que toda entidad debe considerar en un entorno cambiante, competitivo y digital al que debe adaptarse y se materializa en 7 iniciativas o planes de actuación. En este sentido se observa una clara alineación con el propósito corporativo de “ayudar a las personas construir la historia de su vida” y se trata de una actuación ya contemplada en su anterior plan estratégico. Así, Ibercaja Banco pretende consolidar su resiliencia en un trienio en el que se focalizará en la transformación tecnológica, operativa y comercial. La importancia de este gran programa se proyecta en la aplicación del 50% de la inversión de Ibercaja para este año -que totaliza un presupuesto de unos 110 millones de euros- hacia la transformación tecnológica, operativa y comercial. Las iniciativas que el plan estratégico contempla para consolidar su resiliencia son las siguientes: aprovechar sus capacidades tecnológicas; integrar la gestión por procesos y reducir el tiempo de implantación de las innovaciones tecnológicas a partir de una transformación y optimización de procesos; arraigar una cultura que permita potenciar las capacidades del dato; aplicar la inteligencia artificial y las nuevas capacidades de computación para aprovechar las oportunidades de la nueva economía digital; afianzar sus políticas de liderazgo y talento; considerar los efectos de un entorno competitivo y cambiante en su planificación financiera y en su gestión de riesgos; y, finalmente, fortalecer la reputación corporativa de la entidad poniendo en valor su diferencial modelo de banca relacional, su compromiso con la sociedad y con el entorno territorial.

Después de haber cumplido con creces el Desafío del plan anterior, es momento de ejecutar el plan estratégico Ahora Ibercaja a partir de un incremento de la base de clientes de la entidad y de la consolidación de su resiliencia. De este modo, aunque se trate de un plan muy ambicioso, Ibercaja Banco cuenta con las herramientas necesarias para fortalecer su competitividad a medio plazo y cumplir con su propósito de ayudar a las personas a construir la historia de su vida, porque esa será la historia de la entidad. Un propósito que diferencia a Ibercaja Banco del resto de entidades y que guía su espíritu de trabajo y hace que sus miembros se sientan orgullosos de ser y formar parte de Ibercaja.

Antonio Molinero

Antonio Molinero es abogado y a lo largo de su carrera profesional ha desempeñado puestos de responsabilidad en departamentos de finanzas y administración, y de control de gestión en varias empresas aragonesas. Actualmente se dedica a la asesoría fiscal, contable y financiera, actividades que compagina con la docencia universitaria. 

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