La ciudad de Zaragoza se convirtió en un epicentro de creatividad y pasión por el cine gracias al taller “Creación experimental de música para cine” impartido por la reconocida compositora Maite Arroitajauregi, ganadora del Premio Goya a la mejor música original por “Akelarre” (2020).
Este evento se realizó en el marco del festival Retina, un espectáculo que busca indagaren la relación entre el sonido y la imagen audiovisual. Un grupo de alrededor de diez participantes tuvo la oportunidad de asistir a este taller durante seis horas, en las que tuvieron la oportunidad de obtener una báse sólida que les permita explorar o ampliar sus conocimientos en éste ámbito
Un público diverso con un mismo interés
Cineastas, músicos, estudiantes y aficionados al cine se dieron cita en el taller, unidos por un mismo interés: explorar la relación entre la música y el cine. Un grupo heterogéneo que, bajo la guía de Arroitajauregi, se embarcó en un viaje de aprendizaje y descubrimiento. El taller no requería de una preparación previa, lo que brindó la oportunidad de participar y compartir su interés por el cine. Maite, violinista de profesión, ya había dirigido varios talleres anteriormente. “Estar con gente y compartir ideas siempre es muy enriquecedor”, explicó.

La jornada del taller se dividió en dos partes: una teórica y una práctica.
Para prepararse para la parte práctica, Maite decidió reflexionar sobre su trabajo y su enfoque para poder compartir claramente sus ideas. De esta manera,compartió con los participantes su proceso creativo y su visión de la música como herramienta narrativa. También hizo hincapié en la importancia de la colaboración entre el compositor y el director para la creación de una experiencia cinematográfica completa. La violinista explicó, así, a los participantes los diferentes procesos de creación musical en el cine: desde películas finalizadas a las que únicamente es necesaria la creación de música para una escena específica, hasta proyectos en los que se solicita la involucración total en el proceso, incluso modificando el guión para que la música se integre completamente.Es un trabajo mucho más “profundo”, describió.
En cuanto a la parte práctica, Maite exploró las diversas posibilidades que ofrece la voz, desde cantar hasta comunicar y expresarse. “En mis actuaciones, por ejemplo, uso idiomas inventados, busco sonoridades en las palabras”, explicó. “El tono que empleo, los momentos de pausa… La voz tiene su propio lenguaje, no sólo el lenguaje literal, hay una expresión más profunda que resulta interesante”, comenta Maite. Esta perspectiva innovadora permitió a los participantes descubrir nuevas formas de expresión así comodesarrollar su propio lenguaje musical, en un entorno de aprendizaje y experimentación enriquecedor.

Por su parte, Sara uno de los participantes, afirmó que “Las tres horas han sido super fructíferas, he descubierto muchas cosas en el mundo de la música y del audiovisual, ha sido muy entrecedor, dinámico, yo le repetiría sin duda.”.
“Me parecía una oportunidad única hacer algo así en zaragoza, yo tengo estudios de canto y fue interesante descubrir un aspecto más creativo”, Luisa.
Proveniente de una familia de músicos, Maite siempre ha sido apasionada por la música, pero nunca tuvo una idea clara de lo que quería hacer. Simplemente decidió sumergirse en el mundo de la música y dejarse llevar por el camino. «No estaba como un objetivo en mi vida hacer música para el cine, pero ahora me dedico a ello si y me gusta mucho componer para el cine”. Un testimonio que pone sobre la mesa la importancia de aprovechar cada oportunidad para estudiar y aprender sobre los temas que nos apasionan.













