En el sereno Valle de Isábena, situado sobre un altozano, se descubre Roda de Isábena, una joya del Alto Aragón. Este pueblo no solo se distingue por ser el más pequeño de España que alberga una catedral, sino también por su riqueza histórica y cultural, siendo en su día la sede episcopal y capital del Condado de la Ribagorza. Recorrer sus calles medievales es transportarse a otra época, un viaje al pasado donde cada rincón y plazoleta cuenta una historia, cada obra artística es un tesoro y la hospedería en el claustro de la catedral ofrece una experiencia culinaria inolvidable.

La Catedral de San Vicente, el corazón de Roda de Isábena, es un monumento imprescindible. Esta catedral, la más antigua de Aragón y sus alrededores, es un testimonio vivo de la historia y la fe de la región. Iniciada en el año 956 por Ramón II, conde de Ribagorza, su construcción se extendió hasta el siglo XVII, marcando la evolución arquitectónica y espiritual del lugar. La catedral, con sus tres naves y ábsides adornados con arcos ciegos y lesenas lombardas, es una maravilla del arte románico. Destaca especialmente su portada, con capiteles historiados y una puerta de tradición mudéjar, que invita a descubrir los tesoros que alberga en su interior.

La cripta de la catedral guarda los restos de San Román, en un sepulcro esculpido del siglo XII, junto a primorosas pinturas murales románicas donde sobresale el Pantocrátor. El claustro adyacente, de forma casi cuadrangular y sobria elegancia, alberga inscripciones necrológicas y da paso a la capilla de la enfermería, decorada con pinturas murales del maestro de Tahull y una valiosa colección de tejidos medievales.
En otros tiempos, Roda fue el hogar de un importante museo que custodiaba únicas piezas medievales, entre ellas la famosa y desafortunadamente destruida Silla de San Ramón, víctima del mayor robo perpetrado por el vándalo Eric el Belga. Este acto de vandalismo no solo fue un golpe a la comunidad sino también al patrimonio cultural de España.

Roda de Isábena es un lugar donde la historia, el arte y la espiritualidad se encuentran. Desde su imponente catedral y el encanto de su claustro hasta los vestigios del palacio prioral, los restos del castillo medieval y el antiguo molino de aceite, sin olvidar las maravillosas vistas de la cuenca del Isábena, Roda ofrece una experiencia única. Es un destino que invita a la reflexión y al asombro, donde cada visita se convierte en un encuentro personal con la historia viva de Aragón.
