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18 mayo 2025

La Catedral de Jaca, diez siglos de historia

La Catedral de San Pedro de Jaca es uno de los símbolos y principales reclamos del Pirineo. A ella, durante todo el año, acuden muchos curiosos y amantes de la historia para contemplar su belleza artística en primera persona. Además, guarda una estrecha relación con el Camino  de Santiago, al que le une un sinfín de historias

Remontándonos siglos atrás, su construcción comenzó en el año 1077. El rey Sancho Ramirez dio la orden de su levantamiento, ya que, al nombrar a Jaca como capital del reino, se necesitaba una nueva sede episcopal a la altura. Sin embargo, no fue hasta 1139, más de 50 años después, cuando bajo el reinado de Alfonso I se dio por concluida. Durante los siguientes siglos, tuvo un peso muy importante dentro del territorio aragonés, que poco a poco se consolidó como una de las potencias de la época. 

Todo cambiaría en el año 1440, cuando un incendio que azotó la localidad jacetana afectó de forma directa a la edificación. Tras él, se tuvo que cambiar la techumbre original, además se aprovechó para cambiar otras partes que, pese a no estar en mal estado, ya contaban con años a sus espaldas (entre tres y cuatro siglos). También, con razón de este fatídico incidente, se decidieron añadir varias capillas en este momento de reconstrucción. Por ello, la Catedral de Jaca cuenta con muchos y diversos estilos arquitectónicos pertenecientes a los siglos XV y XVI. 

A finales del siglo XVII se reconstruyó el claustro, sustituyéndolo por uno de estilo gótico. Y, posteriormente, a lo largo del siglo XVIII se realizó una gran reforma con el fin de agrandar el altar. En 1919 se llevó a cabo el último cambio, desplazando el órgano y el coro hacia otro lugar más vistoso. Sin embargo, el siglo XX no acabaría aquí, ya que en 1931 la Catedral de San Pedro de Jaca fue declarada Monumento Nacional, y en 1985 Bien de Interés Cultural (BIC). 

Así llegamos hasta la actualidad. Tener enfrente una construcción como esta significa teletransportarse varios siglos atrás. Su imponente tamaño, sumado a sus miles de detalles artísticos la convierten en única mundialmente, además de ser un potencial referente del estilo románico. 

Se puede visitar y disfrutar de ella de forma totalmente gratuita.. Todos los días de la semana permanece abierta en horario de 9:00 a 13:30 y de 17:30 a 20:00. Además, cabe destacar que cuenta con un amplio catálogo de eucaristías para adaptarse a todos los públicos: de lunes a viernes; 9:00,  10:30 y 19:00. Sábados; 9:00, 10:30, 19:00 y 20:00. Domingos y festivos; 9:00, 10:30, 12:00, 19:00 y 20:00. Sin embargo, se necesita ir con las ideas claras para poder vislumbrar lo que esconde detrás de ella.

El interior, una experiencia única

Lo primero que se ve desde el exterior son las dos lonjas de entrada. La primera, conocida como “Lonja Mayor” se sitúa en la cara oeste, y está cubierta por una bóveda de cañón. Su portada contiene arquivoltas de medio punto sobre columnas y pilastras, además de contar con un crismón flanqueado por dos figuras leoninas. Se trata de la principal. La segunda se encuentra en la parte sur, cobijada bajo un porche del siglo XVII. Ésta es conocida como “Lonja Chica”. Cabe destacar que ambas están acompañadas por diversos capiteles de diferente temática, que los hace únicos. 

Imagen de la "Lonja Chica" desde el exterior. Fotografía: Jorge Callau
Imagen de la “Lonja Chica” desde el exterior. Fotografía: Jorge Callau

Dejando atrás las lonjas, nada más entrar se puede observar el modelo de 3 naves claramente visibles en el interior. Se separan por medio de soportes y arquerías de medio punto, contando con bóvedas de piedra en su techo. Los capiteles que se encuentran en lo alto de sus columnas tienen una configuración básica de orden corintio: decoración geométrica, vegetal y figurada. Sin embargo, hay otras muchas cosas que pueden encontrarse a la altura de los ojos sin necesidad de alzar la vista -y jugarse un más que probable problema de cuello-. 

La Catedral de San Pedro de Jaca cuenta con hasta 10 capillas en su interior. Todas ellas, situadas en ambos lados de la nave principal, datan de la época entre siglo XV y XVIII, ya quefueron construidas a petición de la alta burguesía del territorio.  Estas son: la capilla de Santa Ana, de la Anunciación, de San Sebastián, de San Miguel, de la Virgen del Pilar, de San Jerónimo, sepulcro del obispo Pedro Beguer,  de San Agustín, de Santa Orosia y de la Santísima Trinidad.  Quizá, unas de las más simbólicas es la dedicada a la patrona de la ciudad, Santa Orosia. Cuenta con una decoración muy recargada, con un retablo en madera policromada y cuya calle central acoge la venerada talla de la santa en el momento de ser coronada.

Altar de la Capilla de Santa Orosia del Catedral de Jaca. Fotografía; Jorge Callau
Altar de la Capilla de Santa Orosia. Fotografía; Jorge Callau

Siguiendo una a una estas capillas, llegamos hasta el altar. Custodiado por el coro y el gran órgano, además de por un ábside decorado por pinturas murales de la Santísima Trinidad en compañía de los ángeles. En sus laterales se distinguen paramentos que representan diferentes escenas de la vida de San Pedro. Cabe destacar que el altar mayor también guarda otra gran curiosidad, ya que bajo él se custodian las arquetas funerarias de los patrones de Jaca: San Indalecio, San Voto y San Félix y Santa Orosia. En esta última se conservan todos los restos de la patrona excepto la cabeza, que se guarda, según la tradición, en Yebra de Basa. 

Si nos fijamos en los capiteles, entramos en un mundo aparte. Un mundo difícil de observar, apreciar y, sobre todo, entender si no tienes los suficientes conocimientos. El número de los capiteles más visibles e identificables supera los 60: situados en las columnas y semicolumnas adosadas a pilastras, en los ábsides y muros y en las dos portadas.  Aunque estudiarlos con detenimiento sería un esfuerzo largo -y al alcance de muy pocos- sobre ellos se puede comentar que la mayoría poseen una decoración con temática exclusivamente vegetal (cerca del 70%). Esta cifra sorprende ya que los más conocidos y analizados son los historiados -representación de escenas humanas y episodios bíblicos-, los cuales solo encontramos 13. 

Capitel situado en el porche de la "Lonja Chica". Temática no vegetal. Catedral de Jaca Fotografía: Jorge Callau
Capitel situado en el porche de la “Lonja Chica”. Temática no vegetal. Fotografía: Jorge Callau

Para finalizar con el interior, la Catedral de Jaca guarda un secreto que no mucha gente conoce. Situado en el claustro, y con única entrada desde el interior de la edificación, se encuentra el Museo Diocesano de Jaca. Reabierto hace escasos 15 años, este espacio de más de 2000 metros cuadrados es una visita obligatoria. Es uno de los referentes del estilo románico a nivel mundial, destacando en él las pinturas murales y los capiteles (algunos se han decidido mantener allí para evitar su deterioro y favorecer su estudio). La visita al museo cuesta 6 euros, con descuento para según qué colectivos. También cuenta con diferentes visitas guiadas, que se adaptan a los intereses del público visitante. 

La Catedral de San Pedro de Jaca, aunque ya muchos la conocen, es una visita obligada si decides acercarte y conocer los encantos del Pirineo Aragonés. Una experiencia única, que permite estar en contacto con la riqueza histórica de 10 siglos atrás. Una joya en medio de la perla del Pirineo.

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