Acabamos de entrar en un nuevo año y parece ser el momento de proyectos y objetivos. Planes que quizás no nos entusiasman ni queremos emprender. Quizás sea más productivo cuestionar o reflexionar sobre algunos aspectos que aparecieron de lleno durante el 2023 y nos resulten más efectivos.
Que la IA está entre nosotros, es ya una obviedad, que pensemos que tiene que ver con nuestro día a día, es otra cuestión, al igual que con el liderazgo. En cualquier manual de empresa, de formación, de capacitación y/o de gestión, nos encontraremos con la palabra LIDERAZGO. Pero creer que tiene que ver con cada uno de nosotros es menos frecuente.. Sobre este concepto existen múltiples interpretaciones que le restan valor, al tiempo que la desvirtúan. Si pensamos en el liderazgo como la capacidad para influir, nos daremos cuenta de que todos, en mayor o menor medida, asumimos una influencia y, por lo tanto, un liderazgo. En primer lugar, en nosotros mismos; en segundo lugar, en quienes nos rodean; y en tercer lugar, en los resultados. Todos asumimos un liderazgo, ya que influimos en estos factores. La apuesta, el objetivo a abordar, es hacer esta influencia consciente para reforzar, cambiar o incorporar nuevos factores que la hagan más efectiva.
En lo que respecta a la IA ocurre algo parecido, puesto que pensamos que aunque está entre nosotros, no tiene que ver con cada uno. En las organizaciones todos somos líderes, unos lo serán por determinación de funciones (liderarán equipos o personas) y otros porque dirigirán en solitario sus propios proyectos. Ser líderes en este contexto, no es más que tener una comprensión amplia y extensa de cómo y para qué utilizar la tecnología en nuestro quehacer diario y del mismo modo evaluar y sopesar las mejores soluciones de IA para los objetivos que queremos conseguir. Y no es solo tarea asumible por la dirección, cada persona puede conocer qué tecnología facilitará sus tareas e incorporarla.
Pensar que la IA no va con nosotros, con nuestro puesto o funciones específicas, es tener una influencia poco favorable a nuestros intereses. Da igual que de manera individual pensemos que la IA nos es ajena; alguno de nuestros iguales pensará lo contario, nuestros superiores la utilizarán y nuestros clientes, colaboradores y proveedores ya están usándola de un modo u otro. Y todo ello influirá y no solo en los resultados de la compañía, en los nuestros también y en vista de la velocidad de los cambios, con unas repercusiones más cercanas de lo que pensamos.
Creemos que la brecha entre el talento joven y senior está determinada por la edad, cuando es la capacidad de liderazgo, de adaptación al cambio, de aprovechar esa experiencia en el sector o en la compañía y unirla a la tecnología para ser más eficientes y eficaces, lo que establece la diferencia.
Liderazgo significa autoconocimiento, conocerme para liderarme. ¿Cuánto de anclado estoy a tareas repetitivas que podría delegar en alguna IA? ¿Conozco aplicaciones, programas, servicios u otros derivados de la IA que mejorarían mi productividad, que la harían más rápida y eficiente? ¿Expando mi contexto o permanezco con modos y maneras de trabajar que no han cambiado prácticamente desde mis inicios en el puesto?
En el mercado laboral está todo inventado, nuestro producto o servicio se ofrece en otras compañías. ¿Qué marca la diferencia en este siglo veintiuno? Sin duda la tecnología y el uso que hagamos de ella determinará nuestros negocios, nuestros puestos y nuestra vida. No hace falta que lo creamos ni que lo incorporemos, tan solo que observemos lo que hacen los que destacan en nuestro sector, hacia donde evolucionan los mercados, la manera de proceder y sobre todo de comprar de nuestros clientes, cómo comerciamos y negociamos con proveedores y qué resultados estamos obteniendo.
Lideremos nuestro día a día, subámonos al carro de la IA y comprobemos que ha venido para quedarse y para hacernos la vida mucho más fácil.
Conoce más sobre Marisa Felipe en esta entrevista exclusiva con GoAragón
