Marisa Felipe Escriche (Zaragoza, 1968) lleva más de una década dedicada al desarrollo del liderazgo en las organizaciones, con especial atención a la visibilidad del liderazgo femenino. Graduada en Información y Documentación y diplomada en Biblioteconomía y documentación por la Universidad de Zaragoza, Marisa Felipe estrenará el próximo día 16 de diciembre su tercera novela, `Casa Valer. Una decepción, una familia, una verdad encubierta´, un homenaje a la familia, al entorno rural y al carácter aragonés. La obra, que será presentada en la sede de la empresa oscence Eboca, narra los acontecimientos de los españoles de los años sesenta, con el poso de la guerra civil en los mayores, el éxodo rural y la bonanza económica de los años posteriores con el inicio de la democracia y el desarrollo de las ciudades.
Marisa Felipe es una coach y escritora muy conocida también por trasladar sus conocimientos sobre liderazgo al entorno escolar, por lo que desde el año 2013 imparte charlas a progenitores, profesorado y alumnos de secundaria y ciclos superiores. Una faceta de la que surgió una de sus novelas de mayor éxito, `Adolescentes del siglo XXI´, su segundo libro después de `Cesaraugusta Falls´, su ópera prima, en la que desgrana los saberes del universo del coaching. La autora aragonesa, formada en inteligencia emocional, PNL y mindfulness, ha sido invitada a participar en el encuentro de escritoras aragonesas de Yésero, en las Jornadas Culturales Trinitario Bartolomé y en charlas/coloquio de La Casa del Libro.
Pronto se estrenará `Casa Valer´, su última novela, que tiene Huesca como escenario principal
La novela se desarrolla en un pueblo de Huesca, en un universo muy familiar, muy del entorno rural, muy aragonés. Habla de ese universo, de la familia, de las relaciones, sobre todo de las relaciones entre mujeres, que es uno de los temas que más me ocupan y me preocupan.
¿En qué época histórica se desarrolla la trama?
Está contextualizada en el presente, pero si que va hacia el pasado. Va contando la vida familiar de la protagonista en la época de los sesenta del siglo XX, el desarrollo de las ciudades, el éxodo del entorno rural a otros países, a otras ciudades…
mi vinculación con el entorno laboral es muy fuerte, con la realidad de las empresas aragonesas.
Una novela sobre el paso de la vida rural a la urbana
Cómo influye ese éxodo, o ese origen rural, en las relaciones. Y cómo las distintas migraciones que ha habido a lo largo del tiempo han ido influyendo también en el carácter y en las vidas de las personas.
¿Cuál fue la inspiración de esta última novela?
A pesar de que es una novela de ficción, si que es verdad que yo siempre he tenido en mente el pueblo de mi madre, porque ha sido un lugar muy importante en mi vida. Es un lugar que yo tampoco he vivido mucho, pero que ha estado muy presente siempre en mi vida. Cuando escribo me dejo mucho fluir, no sigo una estructura clara de lo que voy a contar. Pero la novela surgió en ese entorno, por eso la presentación quería que fuera muy cerca de ese lugar donde se desarrolla.
¿Dónde se presentará la novela?
El 16 diciembre en Eboca, una empresa que me gusta mucho, que demuestra lo que se está haciendo en el entorno empresarial de Aragón. Como mi vinculación con el entorno laboral es muy fuerte, con la realidad de las empresas aragonesas, yo quería también mostrar eso, qué es lo que se está haciendo y que podemos hacer cosas distintas, disruptivas, y podemos mezclar las novelas y el entorno empresarial. También desvincular esas presentaciones que yo había tenido grandes, en Zaragoza, y pasarlas a otra ciudad.
“Deslocalizar”, de alguna forma, el centro de la vida cultural aragonesa
Como decía la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduña, en Go Aragón hace poco, “queremos poner a Huesca en el mapa”. Justo el día que leí este titular, había cerrado la presentación en Eboca, me pareció una coincidencia muy bonita.
Esta presentación conecta, así, con su faceta como coach especializada en liderazgo para empresas, aunque sea tan conocida como coach en los entornos escolares
Esta es mi faceta profesional principal. Lo que sucede es que tengo un hijo de veinte años, y cuando acompañaba a mi hijo al colegio me di cuenta de que los padres vivíamos con mucho estrés. Y decidí trasladar eso que yo hacía en las organizaciones, ese liderazgo y trabajar sobre uno mismo para obtener mejores resultados y tomar mejores decisiones, al entorno escolar. Y esta faceta en el entorno escolar ha tenido mucha más repercusión, aunque mi trabajo está centrado en el liderazgo dentro de las organizaciones.
De hecho, fue su novela `Adolescentes del siglo XXI´, que gira en torno a ese concepto de liderazgo dentro de la familia, uno de sus principales éxitos editoriales: la semana del 12 al 18 de diciembre de 2022 se situó como uno de los más vendidos en la capital aragonesa, según datos facilitados por la Asociación de Librerías de Zaragoza
Además, fue muy rápido, lo acabábamos de sacar y en la primera semana ya se colocó como el libro de no ficción más vendido en Aragón. Fue una sorpresa y una satisfacción enormes. El tema de los adolescentes es muy candente y preocupa mucho a los padres. Por eso también lo escribí, vi que los padres necesitábamos tranquilizarnos y destensar este periodo.
Ese libro se presenta bajo una interesante premisa: “poder liderarnos para que nuestros hijos se lideren”
Vivimos en una sociedad donde todo pasa muy rápido, donde tenemos muchos impulsos, y donde atendemos a muchas cosas que no nos dan tiempo para parar. El hecho de liderarnos a nosotros quiere decir que tomemos perspectiva: estamos muy pendientes de nuestros hijos y nos estamos descuidando un poco a nosotros mismos. También creemos los padres que educamos con lo que decimos, pero en realidad estamos educando con lo que hacemos. Por eso hago hincapié en la toma de perspectiva, en que paremos un poco y que nos demos cuenta de cómo estamos nosotros. Porque a veces les estamos exigiendo a nuestros hijos cosas que nosotros no estamos haciendo. Ese liderar es observarnos a nosotros: si estamos tranquilos, si acometemos las tareas de una manera exigente con ellos…
Vamos “como pollos sin cabeza”, como se suele decir
Totalmente, y es uno de los signos de nuestra sociedad. Los padres están muy preocupados por la educación de sus hijos, y yo creo que debemos dar un paso atrás en el sentido de que vamos a observarnos nosotros, y desde allí vamos a ver qué vamos a cambiar nosotros.
cuando acompañaba a mi hijo al colegio me di cuenta de que los padres vivíamos con mucho estrés. decidí trasladar eso que yo hacía en las organizaciones al entorno escolar.
En `Adolescentes del siglo XXI´ propone diferentes técnicas de liderazgo: reflexión, aceptación y gestión del cambio, arte de hacer preguntas, atención plena, automotivación… ¿es complicado hoy en día seguir estas técnicas?
No, para nada, siempre hay un momento para todo, lo que pasa es que estamos muy ocupados en muchas cosas que no nos generan ese espacio para reflexionar. Una de las cosas que yo observo con los padres es que están muy preocupados por el mal uso de los dispositivos, sobre todo del teléfono. Pero siempre les digo que nosotros también estamos haciendo un mal uso de estos dispositivos. Nosotros también tenemos redes sociales, también invertimos mucho tiempo en eso. Lo primero que recomiendo es parar y observar lo que estás haciendo tu. Es fácil ver, en muchas comidas que se hacen fuera del hogar, como muchos padres están comiendo con hijos pequeños y les ofrecen el teléfono móvil para ellos comer y conversar tranquilos. Fomentamos algo que luego criticamos. Pero esto hay que acogerlo sin culpa, sin más responsabilidad… tomar conciencia sin presión y relajados.
El popular pediatra Carlos González suele decir que hoy en día queremos tener hijos, pero que no se note. Por eso a veces si estamos en una comida familiar les ofrecemos dispositivos digitales para que “no molesten”
En estos once años que llevo dentro del entorno escolar con los padres he visto un cambio. Los padres cada vez estamos más sobre informados, buscamos mucha información, pero luego no hacemos nada con ella. Escuchamos a alguien que nos dice una cosa, a otro que dice otra… tenemos un batiburrillo de cosas que luego cuesta implantar. Algunas técnicas nos resultan muy difíciles porque no tienen nada que ver con nosotros. Yo no puedo acometer algunas de las técnicas que dicen que sea paciente si yo soy un torbellino, por ejemplo. Hay que ver cómo adaptamos lo que escuchamos a nuestro modelo de familia. No todo vale para todos, no todos entendemos ni la vida ni la educación de la misma manera.
En el libro se invita a recuperar el “trato amable”, no ya con nuestros adolescentes, sino hacia lo que ha hemos conseguido como padres y madres. ¿Tan mal nos sienta la paternidad y la maternidad en el siglo XXI?
Durante la adolescencia de nuestros hijos pasa una cosa que es muy evidente, y sin embargo se nos está pasando por alto. Y es que cuando nuestros hijos pasan la adolescencia, es muy probable que nosotros estemos en otra etapa vital que es la menopausia y la andropausia. Entonces, nosotros estamos viviendo nuestra propia revolución interior. Así, en una casa se junta la adolescencia con la menopausia de una madre y la andropausia de un padre. Eso es un polvorín. Si a eso le unimos las crisis personales, las crisis laborales, las crisis económicas, la crisis política… lo que cada uno estamos viviendo en nuestras ciudades, comunidades autónomas o país. La adolescencia a veces es la excusa donde nosotros canalizamos esas muchas otras cosas que están pasando.
Y con el acceso actual a la información, nos preocupamos por cosas que antes no conocíamos
Hay cosas que no se pueden maquillar. Y en lo que respecta a los adolescentes hay datos que son verdaderamente muy alarmantes. Pero es solo una de las partes que conforman esa realidad. Yo digo que no pongamos solo en foco en una de esas partes, sino que vamos a ver todas las demás, que son muy interesantes. Y la adolescencia engloba muchas cosas.
¿Hemos perdido la perspectiva sobre los riesgos de adolescencias de generaciones anteriores y los actuales?
Yo fui joven en los ochenta y más de la mitad de mi generación falleció por las drogas. Es un hecho que está ahí. Es verdad que cada época y contexto tiene su problemática concreta. En los noventa la Ruta del Bacalao fue demoledora… cada generación tiene su contexto que afecta a ese colectivo que desde luego es muy vulnerable.
En sus libros suele mencionar a Aristóteles, que ya se quejaba de los jóvenes hace 2.000 años
Si, no hay nada nuevo bajo el sol. La tecnología ha cambiado mucho nuestra forma de vivir y de ver las cosas. Pero el sentido de la familia, de cómo vivimos las relaciones familiares, sobre todo con los hijos, no ha cambiado mucho, siempre son problemáticas. Si que es verdad que ahora lo que queremos es tener una vida como la que se muestra en las redes sociales: una vida perfecta en la que los hijos son maravillosos y los padres son encantadores, donde no hay gritos ni disputas, y esto no es real. Tomemos estas diferencias entre familiares como algo normal.
¿Tenemos menos tolerancia al fracaso como padres?
No se si podemos caer en la generalización, pero por mi trabajo veo que hay mucha frustración particular. Es probable que pongamos en nuestros hijos aquellas frustraciones que tenemos, pero esto también lo vivieron nuestros padres.
¿Adolescentes difíciles o adultos inmaduros?
Estamos acusando a nuestros adolescentes de inmaduros, y lo son, llegan a las organizaciones con una inmadurez clara, pero nosotros también somos muy inmaduros. Tenemos conductas que, a mi modo de ver, no son maduras.
queremos trasladar las técnicas que conocemos para el desarrollo de las personas, a las organizaciones y personas que hacen tanto por los demás.
Estamos equivocando el rol, un padre no puede ser amigo, debe acometer las tareas de un padre. Y hay tareas de padres que no nos gusta acometer. Tenemos que aprender a decir “no”. Podemos tener una relación cordial y amable con nuestros hijos, pero un padre es un padre y un amigo es un amigo. Y si yo confundo esos roles, las tareas asociadas a esos roles se van a confundir. Un padre a veces tiene que decir cosas que al hijo no le van a gustar escuchar. Pero es en la casa y en el hogar familiar donde tiene que escuchar esas cosas.
Además del exitoso `Adolescentes del siglo XIX´ y del próximo a estrenar `Casa Valer´, usted escribió también `Cesaraugusta Falls´, título con el que se estrenó en el mundo de la producción literaria.
`Cesaraugusta Falls´ fue el primer libro que escribí. Todos los libros que yo he escrito responden a una necesidad que he visto u observado en mi entorno laboral. El primer libro surge cuando vi que había mucho desconocimiento del coaching, se oía mucho, pero se confundía el término. Por eso decidí escribir una novela de ficción que comentara qué es eso del coaching. Me he dado cuenta de que hay muchas características que comparten todos los libros que he escrito, y una de ellas es el amor a la tierra. Me siento muy aragonesa y sin querer plasmo ese amor. Eso en `Cesaraugusta Falls´, con el Pilar de fondo, ya se ve, además las protagonistas son muy aragonesas.
Usted es coach especializada en Liderazgo Organizativo dirigido a las organizaciones y el entorno educativo
Realizo una formación específica en desarrollo del liderazgo y procesos de coaching. Trabajamos sobre la persona y observamos qué aspectos de su vida diaria le resultan menos productivos.
Es también vocal en el área solidaria de AECOP. ¿Qué tipo de labores puede desarrollar en este contexto?
Me gusta mucho saber lo que se está cociendo dentro de las organizaciones y del trabajo que yo hago, y por eso formo parte de varias organizaciones. Una de ellas es la Asociación Española de Coaching (AECOP), en la que hacemos procesos de coaching gratuitos a las ONGs, como Cáritas, Plena Inclusión Aragón, Asociación Española Contra el Cáncer, AMAC-GEMA, Sos Racismo, Cruz Roja… queremos trasladar estas técnicas que nosotros conocemos para el desarrollo de las personas, a esas organizaciones y personas que hacen tanto por los demás.
También forma parte de la asociación Directivas de Aragón
Si, allí participo en varios proyectos, sobre todo para el desarrollo del liderazgo de la mujer directiva y de la mujer pre directiva.
¿Es diferente el liderazgo femenino del masculino?
Yo tengo una visión particular y está basada en mi experiencia. El 90% de mis clientes son mujeres. Al menos, en las organizaciones en las que yo trabajo siempre trabajo con mujeres. Estamos viviendo en un momento en el que hay muchos impulsos que nos están despistando de muchas cosas. Yo observo que las mujeres trabajadoras en general estamos muy enfadadas y muy cansadas. Estamos enfadadas por todo lo que sucede alrededor, y cansadas porque creemos que creemos que tenemos que trabajar más y mejor para ser reconocidas. Yo siempre pido que observemos, desde estas dos emociones, el enfado y el cansancio, qué es lo que estamos obteniendo. Si verdaderamente queremos tener un liderazgo femenino, y el liderazgo es siempre influencia (un líder siempre tiene una influencia sobre sus resultados y sobre las personas de su alrededor), tenemos que observar qué liderazgo, qué influencia estamos teniendo sobre nuestro entorno. Cuando y observo esa influencia que yo doy desde el cansancio y desde el enfado, me doy cuenta de que hay muchas cosas que podemos cambiar.
vamos a decir nosotras lo que hacemos y poner en valor lo que hacen otras mujeres.
Primero yo tengo que ver qué se me da bien, cual es mi talento innato. No solo para grandes cosas, también en el día a día. Lo desarrollo, lo potencio, lo pongo al servicio de los demás, y desde ahí yo desarrollo mi liderazgo. Y lo doy a conocer, porque estamos esperando que organismos o instituciones hagan algo y nos reconozcan. Cuando a nosotras mismas nos da mucha “vergüencilla” contar lo que hacemos bien. Vamos a decir nosotras qué es lo que hacemos. Y si nos da vergüenza decir lo que estamos haciendo nosotras, pongamos en valor lo que ya están haciendo otras mujeres. En nuestra comunidad autónoma están gobernando tres mujeres en los ayuntamientos de las tres capitales de provincia. Pongamos en valor ese “algo” que es histórico. Ahí es donde quiero yo que pongamos el foco, no en si hay diferencias o no. Porque yo creo que nos despista y nos desgasta. Tenemos miedo a parecer soberbias si contamos nuestros logros, pero, si no lo contamos nosotras, ¿Quién lo va a contar? Que las generaciones venideras sepan que tienen referentes, necesitamos crear un imaginario colectivo.
Y todo con sentido del humor, algo en lo que pone el foco: no concibe la vida sin humor
El humor es un elemento destensor. Ante las grandes situaciones de la vida uno tiene que tomárselo con humor. Es un recurso que tenemos como seres humanos.