Situado en la céntrica Plaza de los Sitios, el Museo de Zaragoza es el epicentro artístico de la capital aragonesa. Inspirado en los palacios renacentistas del siglo XX, el edificio fue construido con motivo de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 conmemorativa del centenario de los Sitios de la ciudad. Desde 1962, está considerado como monumento histórico-artístico. En su interior, alberga las secciones de Arte Oriental, Arqueología y Bellas Artes. De esta última destacan las cuatro salas dedicadas a Goya, siendo el museo de Aragón donde poder disfrutar de más obra gráfica y pictórica del artista de Fuendetodos.
La histórica galería te sorprenderá por su entrada dominada por tres columnas que representan la Escultura, la Pintura y la Arquitectura, así como por la magnífica escalinata que da acceso a la planta superior. Sin olvidar la arquitectura renacentista del patio central con elementos de heráldica, en cuyo interior se celebran distintos eventos, conciertos y mercadillos.

Colección permanente goyesca
Si eres un amante de Francisco de Goya y Lucientes no te puedes perder su colección de obras en el Museo de Zaragoza, uno de los fondos más representativos y valiosos. Como prueba de su extensa producción, destacan sus obras de la etapa aragonesa de formación, sus inicios en Italia (Anibal cruzando los Alpes) y su magnífica pintura de Corte con fondos como los retratos de Carlos IV y María Luisa de Parma, óleos de igual tamaño pintados en 1789. Además de albergar el retrato de Fernando VII, digno de admirar tanto por su interesante juego de luces como por el realismo logrado en la expresión del monarca.

También dentro de la Sección de Bellas Artes, podrás contemplar creaciones que abarcan desde la Antigüedad, la época romana, la arqueología medieval aragonesa y un espacio continuo en el que se articula una selección de obras desde los primeros tiempos del Gótico, pasando por el Renacimiento hasta las postrimerías del Barroco. La modernidad también está recogida a través de los siglos XIX y XX, con obras de Ignacio Zuloaga, Mariano Benlliure, Gascón de Gotor, Felix Burriel, entre otros.
Arte Oriental en la capital aragonesa
Una de las colecciones orientales más importantes de España se encuentra en el Museo de Zaragoza. Esta Sección de Arte Oriental tiene su germen en las piezas del profesor Federico Torralba Soriano, quien en 2001 las legó al Gobierno de Aragón. Además de la donación artística, también donó su magnífica biblioteca especializada en la materia. Actualmente, el conjunto está formado por más de un millar de piezas pertenecientes a diferentes manifestaciones artísticas, la mayoría proceden del sudeste asiático, Nepal, Japón o China.

La aportación de Arte Oriental a Zaragoza le ha dotado de un interés especial por la cultura nipona. Tanto es así que en la ciudad se encuentran dos equipos de investigación de Japón y una pequeña comunidad de japoneses agrupados en la asociación cultural Aragón Japón. Esta estrecha vinculación ha impregnado también la Universidad de Zaragoza, en cuya oferta de estudios se incluye el primer y único Máster en Estudios Japoneses de España.
Riqueza arqueológica por doquier
El Museo de Zaragoza es el sitio perfecto para viajar desde la Prehistoria de Aragón hasta la época musulmana. De hecho, allí se conserva el hacha de mano de Caucava (Caspe), el objeto más antiguo fabricado por el ser humano hace unos 100.000 años. Del legado de los primeros pueblos históricos de iberos y celtíberos destacan los Bronces de Botorrita, uno de ellos con el texto más largo redactado en la antigua lengua céltica.

Desde el siglo II a.C. hasta el año 472, la intensa presencia de Roma en el territorio ha dejado testimonios arqueológicos como la cabeza de Augusto hallado en Turiaso (Tarazona). Así como una variada cultura material de todo tipo que procede de numerosos yacimientos aragoneses: Bilbilis, Bursao y Los Bañales. Dentro de estas salas, también podrás admirar la extraordinaria colección de mosaicos de Villa Fortunatus (Fraga).
Más allá de la Plaza de los Sitios
Pero el Museo de Zaragoza cuenta además con otras tres sedes. En el Parque José Antonio Labordeta de Zaragoza están la Casa Pirenaica y la Casa de Albarracín, que albergan las secciones de etnología y cerámica respectivamente. En la primera de ellas se encuentran objetos de la vida cotidiana pertenecientes a la sociedad rural de finales del siglo XIX y colecciones de vestimenta muy variadas en cuanto a procedencia y edad, destacando los ejemplares ansotanos con trajes infantiles. Por otro lado, la colección de cerámica es sin duda la más numerosa y variada. Además de las cerámicas de época antigua, el Museo dispone de fondos de los alfares históricos españoles más conocidos (Manises de Valencia, Talavera de la Reina y Puente de la Reina de Toledo o Buen Retiro de Madrid).

En la localidad de Velilla de Ebro hay una última sección del museo en la que se encuentran los hallazgos del yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Colonia Celsa.