¿Sabías que Aragón cuenta con trece localidades dentro de la lista que elabora la asociación Los pueblos más bonitos de España? Dos están en la provincia de Zaragoza, cuatro en la de Huesca y siete en la de Teruel, y te aseguramos que todos ellos son lugares de visita imprescindible.
Hemos preparado una breve información con las cosas fundamentales que ver en cada uno de ellos, seguro te será de utilidad, tanto si los conoces como si no… ¡ya no tienes excusa para no (re)descubrirlos! Los hemos agrupado por orden alfabético y, además, incluiremos una recomendación de un buen lugar para comer, aunque te aseguramos que hay más de uno en cada localidad.
Aínsa (Huesca)
Pasear por su casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, hará que viajes en el tiempo varios siglos atrás. Mientras lo haces, reserva un momento para sentarte en una de las terrazas de la plaza Mayor, rodeada por edificios que son un ejemplo de la arquitectura típica de la zona. Imprescindible también la visita al castillo-fortaleza.
Dónde comer: Restaurante Callizo.
Albarracín (Teruel)
Su centro histórico se mantiene prácticamente como en la época medieval. Tras ascender por sus cuestas llegarás a la catedral, construida sobre los restos de una iglesia románica del siglo XII. También podrás pasear por sus murallas, para sentirte como los centinelas que vigilaban los límites de la villa.
Dónde comer: Restaurante El Serón.
Alquézar (Huesca)
Sus atractivos no se limitan únicamente a sus empedradas calles, también a los alrededores. Por eso, la ruta de las pasarelas recibe cada año a miles de visitantes, que pueden observar el río Vero desde un punto de vista diferente: paseando a varios metros de altura junto a las rocas.
Dónde comer: Casa Pardina.
Anento (Zaragoza)
Este pueblo del valle del Jiloca esconde un precioso tesoro natural: el manantial Aguallueve, flanqueado por pequeñas grutas y que podrás recorrer para entrar en contacto con la naturaleza. Cuando termines, acércate a la iglesia románica de la localidad para admirar su retablo del siglo XIII, o sube hasta su castillo.
Dónde comer: Restaurante Los Esquiladores.
Ansó (Huesca)
Es un destino obligado para conocer la arquitectura pirenaica. Sus estrechas calles encierran rincones de gran belleza, de los que podrás disfrutar de camino a la Iglesia Parroquial de San Pedro. No dejes de visitar el museo del traje ansotano para conocer la historia de una indumentaria cuya historia va ligada a la del pueblo.
Dónde comer: Restaurante Berari o Bordas Chiquín y Arracona.
Calaceite (Teruel)
Ubicado en el Matarraña, su casco histórico conserva tesoros como las numerosas casas-palacio construidas entre los siglos XVII y XIX, que son testimonio de la prosperidad económica que el cultivo del olivo generó en la zona.
Dónde comer: Restaurante Lo Molí.
Cantavieja (Teruel)
Es complicado destacar uno o dos edificios del centro histórico de esta localidad, así que te recomendamos que no te pierdas ni uno. Eso sí, tómate un momento para admirar la iglesia de la Asunción, ubicada en su espectacular plaza porticada.
Dónde comer: Restaurante asador Casa Sastre.
Mirambel (Teruel)
Esta localidad forma parte del Parque Cultural del Maestrazgo, y su casco histórico fue reconocido con un premio Europa Nostra a la conservación. Por eso no te sorprenderá que esconda numerosas joyas arquitectónicas, como el Portal de las Monjas, el convento de las Agustinas o la iglesia de Santa Margarita.
Dónde comer: Tasca las Tejas.
Puertomingalvo (Teruel)
Vigiladas por su famoso castillo, las estrechas callejuelas de Puertomingalvo agrupan numerosos ejemplos de arquitectura popular. Uno de ellos es el Ayuntamiento, construido entre los siglos XIV y XV.
Dónde comer: restaurante El Dao.
Roda de Isábena (Huesca)
Otra máquina del tiempo hacia el medievo en forma de bello pueblo aragonés. No puedes perderte la iglesia excatedral de San Vicente, considerada la más antigua de Aragón y la más pequeña de España. Junto a ella, el impresionante palacio del Prior, construido en el siglo XVI.
Dónde comer: Hospedería de la catedral.
Rubielos de Mora (Teruel)
El conjunto urbano de Rubielos de Mora también cuenta con un premio Europa Nostra que certifica los esfuerzos para conservarlo. Un trabajo que permite admirar joyas de la arquitectura civil y religiosa, como el ayuntamiento, el antiguo hospital de Gracia o la excolegiata de Santa María.
Dónde comer: Hotel Los Leones.
Sos del Rey Católico (Zaragoza)
Conserva uno de los mejores conjuntos medievales de todo Aragón. Desde su castillo del siglo XII a las calles de la judería o el ayuntamiento, todo en Sos enamorará a los amantes de la Historia. Y si eres un aficionado al cine, no puedes perderte la exposición sobre la película “La Vaquilla”, rodada en la localidad, ni la estatua dedicada a su director, Luis García Berlanga.
Dónde comer: La Cocina del Principal.
Valderrobres (Teruel)
Otra de las joyas del Matarraña turolense en la que, además, podrás recorrer un castillo del siglo XII y sentirte como un noble observando sus dominios cuando te asomes a la espectacular vista desde sus murallas. De camino, y antes de cruzar el puente, aprovecha para contemplar la imponente imagen del edificio coronando la localidad.
Dónde comer: La Fonda la Plaza o Bar Maestrazgo.