El Ternasco de Aragón, reconocido con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), es una joya culinaria que representa no solo la calidad de la carne fresca en España, sino también la identidad y el orgullo de la región aragonesa, especialmente de la provincia de Teruel. Este producto icónico combina tradición, sabor y sostenibilidad, consolidándose como un elemento imprescindible tanto en la alta gastronomía como en la cocina casera.
El Ternasco de Aragón proviene de corderos jóvenes criados en Aragón bajo estrictos estándares que garantizan la calidad y autenticidad de la carne. Alimentados de manera natural con leche materna y cereales, estos corderos desarrollan una carne tierna, jugosa y de sabor suave, ideal para satisfacer los paladares más exigentes. Desde 1989, su calidad y origen están protegidos por el Consejo Regulador de la IGP Ternasco de Aragón, siendo la primera carne fresca de España en obtener este reconocimiento.
Razas autóctonas y sostenibilidad
El Ternasco de Aragón es un producto profundamente arraigado en la región, tanto en términos culturales como económicos. En su producción participan razas autóctonas como la Ansotana, la Roya Bilbilitana, la Rasa Aragonesa, así como la Ojinegra de Teruel y la Maellana, que son predominantes en la provincia de Teruel. Más de 531 ganaderías y 300.000 ovejas distribuidas en 270 localidades de las tres provincias aragonesas forman parte de esta cadena de valor. Esta producción no solo asegura un producto de alta calidad, sino que también apoya la economía rural, mantiene la población en áreas rurales y contribuye a la conservación del medio natural.
¿Cómo reconocer un buen Ternasco de Aragón?
Existen varios aspectos que distinguen al auténtico Ternasco de Aragón:
1. Color: La carne debe ser de un rosado claro, lo que indica su juventud y frescura.
2. Textura: Firme, pero suave al tacto, lo que refleja la calidad de su proceso de cría.
3. Sabor: Un equilibrio perfecto entre suavidad y un toque mineral, que proviene de su alimentación natural.
4. Aroma: Limpio y delicado, muy diferente al de las carnes más adultas o con mayor cantidad de grasa.
Versatilidad en la cocina
La versatilidad culinaria del Ternasco de Aragón lo convierte en el protagonista perfecto para una amplia gama de preparaciones. Desde asados tradicionales hasta platos a la brasa, guisos o recetas a la plancha, su sabor siempre resalta, aportando un toque distintivo. En la alta cocina, los chefs experimentan con este producto para crear recetas innovadoras que conservan su esencia, mientras que en los hogares es sinónimo de cocina casera reconfortante y de calidad.
Embajador de la gastronomía turolense
En Teruel, el Ternasco de Aragón comparte protagonismo con el célebre Jamón de Teruel DOP, simbolizando la riqueza culinaria de la provincia. Este producto es mucho más que un alimento; es un embajador de la cultura, la tradición y el buen hacer de los ganaderos aragoneses. Además, su producción fomenta prácticas sostenibles y promueve el desarrollo económico y social de la región.
Un símbolo de orgullo aragonés
El Ternasco de Aragón no solo es un producto de alta calidad, sino también un reflejo de la identidad gastronómica de Aragón. Su presencia en las mesas aragonesas y en los mejores restaurantes del país destaca el compromiso de la región con la excelencia culinaria y la sostenibilidad. Tanto en su versión más tradicional como en propuestas contemporáneas, el Ternasco de Aragón es un manjar que merece ser celebrado.
En definitiva, este producto no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, siendo un vínculo directo con la rica historia, el paisaje y la cultura de Aragón. El Ternasco de Aragón es una invitación a descubrir los sabores auténticos y las tradiciones que definen a esta maravillosa región.