La provincia de Huesca es un tesoro de pueblos medievales que parecen sacados de cuentos de hadas, donde la historia palpita en cada piedra y esquina. Estos lugares, inmersos en el imponente paisaje del Pirineo Aragonés y sus alrededores, ofrecen una perfecta escapada durante la Semana Santa. Aquí revisamos algunos destinos imprescindibles que te transportarán a la época medieval con su arquitectura, tradiciones y festividades.
1. Alquézar
Posicionado sobre el cañón del río Vero, Alquézar es una joya de la corona en Huesca. Sus calles empedradas, su impresionante colegiata y las vistas panorámicas del entorno natural lo convierten en un destino perfecto para los amantes de la historia, la naturaleza y la fotografía. La Semana Santa aquí se vive intensamente, en un marco incomparable de belleza y devoción.
2. Aínsa
La plaza Mayor de Aínsa, flanqueada por monumentos históricos y con vistas a las montañas circundantes, es el epicentro de este pueblo medieval. Su castillo y la iglesia románica son puntos destacados de un lugar que parece detenido en el tiempo. La Semana Santa añade una capa adicional de encanto a Aínsa, con sus tradiciones que cobran vida en las antiguas calles.
https://images.goaragon.es/wp-content/uploads/2021/12/IMG_0673.mov
3. Ansó
Ansó impresiona por su arquitectura tradicional y su entorno natural. Sus casas de madera y piedra, junto con un casco antiguo que ha sido cuidadosamente preservado, lo hacen destacar. La Semana Santa aquí permite a los visitantes descubrir las profundas raíces culturales del pueblo a través de sus celebraciones y rituales.
4. Roda de Isábena
Roda de Isábena, aunque pequeña, alberga una de las catedrales más antiguas de Aragón, ofreciendo un ambiente de paz y espiritualidad único. La visita durante la Semana Santa es ideal para aquellos que buscan tranquilidad y un profundo sentido del pasado.
5. Loarre
Famoso por su espectacular castillo románico, Loarre ofrece mucho más con su entorno medieval y vistas impresionantes de la sierra. La Semana Santa aquí es una oportunidad para combinar la exploración histórica con momentos de reflexión y conexión con la naturaleza.