La prótesis de My Coco es hipoalergénica y ligera, se coloca en los sujetadores que ya se tenían antes de la intervención, y es compatible con la práctica deportiva o la natación: no cambia de peso si se moja y se puede limpiar con facilidad
A diferencia de otras prótesis que hay en el mercado, puede ser empleada tanto por mujeres mastectomizadas, como aquellas que llevan el expansor mamario previo a la reconstrucción o mujeres que conservan parte del pecho
My Coco es una iniciativa de Sara Gascón (Binéfar, 1997) una emprendedora oscense graduada en Gestión y Administración Pública por la Universidad de Zaragoza que quiso dar una solución a la falta de opciones que había en el mercado tras una mastectomía. Con un Máster en Finanzas, y formación en Psicooncología, Inteligencia Artificial e Innovación, esta oscense ha desarrollado, junto con investigadoras de ITAINNOVA, una prótesis ligera y fácil de limpiar con la que, por un lado, busca ofrecer una alternativa a la reconstrucción mamaria, un proceso duro psicológicamente que puede alargar el proceso oncológico hasta dos años, explica Gascón. Y por otro, brindar a las usuarias un producto biocompatible, adaptable y confortable, apto para la actividad deportiva, que no gana peso cuando se moja, y que se puede utilizar con los sujetadores que se usaban de forma previa a la mastectomía. Un proyecto integral, pensado particularmente para las usuarias más jóvenes, que también tiene una vertiente divulgativa, a través de un podcast, gracias al cual la emprendedora busca ofrecer información real, apunta Sara, sobre la enfermedad y la realidad de su día a día, tanto para las pacientes como para su entorno. Un proceso oncológico que lleva, cada año, a 21.200 mujeres españolas a pasar por una mastectomía.
La idea de la empresa, que actualmente se encuentra en fase de selección de fabricantes y captación de inversión, surgió tras el diagnóstico de cáncer de mama que recibió la madre de Sara Gascón en 2019. En ese momento, la emprendedora quiso investigar, desde su habitual perspectiva “analítica”, apunta, con el fin de comprender el escenario al que se enfrentaban. “Cuando te hablan del cáncer, o no quieres saber, o lo quieres saber todo”, aclara. En este momento inicial de “incertidumbre”, tanto para la paciente, como para su entorno, se dio cuenta de que “cada mujer tiene un proceso personal. Hablamos de cáncer de mama, pero se trata de realidades muy diferentes”, recuerda. Un proceso en el que detectó una falta de opciones para las mujeres mastectomizadas, tanto en lo que se refiere a prótesis como a sujetadores adaptados.
En esta prospección inicial, la oscense descubrió que las prótesis disponibles hasta entonces en el mercado no cumplían con unos requerimientos técnicos que permitieran una vida diaria con el confort, discreción e intimidad que la zaragozana buscaba. Algunas de estas prótesis, anota, tienen un relleno de algodón, por lo que no pueden mojarse y condicionan la actividad de la usuaria, que no puede emplearlas, por ejemplo, para ir a la piscina. Además, la mayoría de ellas tienen un peso excesivo que no las hace aptas para un uso continuado a lo largo del día.
Búsqueda de alternativas a la reconstrucción mamaria
Con My Coco, Sara Gascón no solo trata de dar respuesta a una demanda, sino que también tiene muy clara la vertiente divulgativa y empoderante del proyecto. Y es que cuando se enfrentan a la cirugía “las pacientes no tienen la potestad de decidir si se reconstruyen o no. Es un proceso muy duro psicológicamente, y es casi automático, no tienes muchas herramientas para elegir, sino que te dejas llevar”, se lamenta. Por ello, con My Coco trata de informar a las mujeres afectadas, cada vez más jóvenes, para que comprendan que hay una alternativa a la reconstrucción. De esta manera, pretende ofrecerles herramientas que les permitan valorar, de forma informada, si escogen convivir con su nueva situación. O, si finalmente deciden pasar por el proceso de reconstrucción mamaria, que sepan que este no tiene que suceder de forma inmediata tras la mastectomización.
“Podemos explicar a la paciente que igual no tiene que reconstruirse en ese momento, que tiene más vías. Puede elegir no reconstruirse en un principio, y ver si puede aceptar tu cuerpo, porque pasar por estas intervenciones de reconstrucción puede alargar el proceso oncológico de uno a dos años, y esto también es muy duro psicológicamente. Es estar constantemente en incertidumbre, con dolor físico… y cuanto antes puedas recuperar la normalidad que tenías de vida anterior al cáncer, mucho mejor”, asegura. Una premisa detrás de la cual está la creación de My Coco, una nueva prótesis “distinta, pero ayuda al mercado oncológico, sobre todo de las personas jóvenes. La idea era crear una próstesis para que cualquier mujer pudiera utilizar la lencería que usaba con anterioridad a la intervención”, menciona la emprendedora.
Las mujeres jóvenes se suelen diagnosticar de forma más tardía
La idea de partida de Sara Gascón era crear sujetadores para mujeres mastectomizadas, ya que cuando comenzó a acompañar a su madre en la búsqueda de sujetadores post-operatorios, vio que en el mercado no había ni ropa de baño, ni sujetadores bonitos, para mujeres que hubieran pasado por esa intervención. “Si yo pasara ahora por un proceso oncológico, no me vería representada con nada de lo que hay en el mercado”, manifiesta. De esta forma, Sara decidió incorporarse al programa “Convierte tu idea en un negocio”, de Zaragoza Activa, con la idea crear una línea la lencería y sujetadores deportivos para mujeres mastectomizadas. Un concepto que fue evolucionando. “Al final del programa de emprendimiento me di cuenta de que el modelo de negocio no era viable, porque cuando creas una marca de ropa tienes que pensar en temporadas, stock… Pensé entonces en cómo podía darle la vuelta, porque la necesidad seguía siendo real. La tendencia es a que haya más casos en mujeres más jóvenes, de 20 a 30, que están mastectomizadas”, explica.
El el desarrollo de su proyecto, Gascón siempre tuvo en mente a las usuarias más jóvenes, que no están ni mucho menos exentas de pasar por procesos oncológicos de este tipo. Con el agravante de que, según apunta la emprendedora, las mujeres jóvenes tienden a ser diagnosticadas de forma más tardía, ya que sus síntomas se suelen atribuir a otras causas. “Quedamos abajo en la lista de espera, y cuando llegamos a una biopsia estamos en un estadio cuatro de la enfermedad, lo que supone una mastectomía en la mayoría de los casos”, manifiesta.
Tras descartar la línea de lencería, la emprendedora comenzó a barajar la idea de la prótesis. En su estudio de mercado detectó que las prótesis que hay en la actualidad “suelen ser muy pesadas, dan mucho calor en verano”, expone. Además, se dio cuenta de que “hay un mercado muy desregularizado. Tu entras en Amazon y puedes comprar una prótesis, y en la misma frase ves que es una prótesis post mastectomía, para cosplay y para travesti. Piensas que cómo puede ser que tres cosas tan diferentes puedan caber en la misma frase, y que gente en un proceso tan duro psicológicamente, lo compre. Además, son prótesis que no tienen una seguridad ni un proceso de fabricación óptimo para poderlo utilizar en el día a día, como un complemento más”, recuerda.
Alargar la vida útil del producto, empoderar y ofrecer información real
Durante su proceso de documentación, Sara Gascón visitó instituciones como la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), o establecimientos como tiendas oncológicas. “Me di cuenta de que todas las prótesis tenían el mismo patrón. Eran de silicona blandita, macizas, no traspiraban la mayoría. Había otras prótesis con un relleno de algodón, que no se podían mojar. Entonces empecé a diseñar la prótesis con los requerimientos específicos que buscaba, y que el mercado no cumplía: que fuera transpirable, que fuera cómoda, que fuera fácil de colocar en cualquier sujetador. También que se pudiera lavar y se pudiera usar en el día a día de forma normal, es decir, que, si voy al gimnasio o a la piscina la pueda usar, lavarla en un momento, y volver a ponerla, ya que es silicona médica como la de las copas menstruales”, asevera.
Además, la oscense buscaba “que tuviera una vida útil muy larga, porque las prótesis que hay actualmente en el mercado duran unos dos años. Una prótesis si se rompe hay que comprar otra, y son 200 €”, comenta. Y es que con My Coco, Gascón trataba de “alargar la vida útil del producto, empoderar y dar información real, a la vez que ofrecía una alternativa que se diferenciara bastante de lo que había en el mercado”, especifica.
¿Cómo son las prótesis de My Coco?
Finalmente, la prótesis de My Coco se desarrolló en ITAINNOVA, al amparo de “Innoidea”, una subvención de 10.000 € con cargo a fondos europeos. “Ahí conocí a Lidia Gómez, que es la investigadora con la que he estado trabajando en las prótesis”, comenta. Durante el proceso de desarrollo de la prótesis de My Coco se barajaron varias opciones, siempre con el objetivo de que el producto fuera compatible con diferentes casuísticas: mujeres mastectomizadas, aquellas que llevan expansor mamario para una reconstrucción futura, y aquellas que habían sido intervenidas pero conservaban parte de su seno. “Eso nos diferencia de lo que hay ahora”, manifiesta. Las prótesis, que no cambian de peso si se mojan, están elaboradas con silicona DFA, un material hipoalergénico, que permite a sus usuarias “que la prótesis esté en contacto con la piel durante todo el día, podrías dormir incluso con ella”, valora.
Las prótesis se pueden usar en los sujetadores que las usuarias tuvieran previamente a la intervención, y su discreción las hace apropiadas para todo tipo de prendas, desde las deportivas hasta las de ceremonia. Por el momento, se han diseñado prótesis en tres tallas: S, M y L, que se podrán adquirir, probablemente a finales de 2024, online, lo que ofrece un plus de privacidad a las usuarias. “Una persona que está mastectomizada muchas veces tiene que ir a una ortopedia o una tienda oncológica, y eso quita mucha intimidad. Además, la gente joven pedimos todo por internet: por qué no adaptar ese proceso a esta realidad”, asevera. Al tratarse de venta online, Gascón está desarrollando un dispositivo de realidad aumentada que permita la elección correcta de las tallas. Mediante un código QR, el sistema permite tomar como referencia un sujetador de la usuaria para que esta pueda conocer su talla de prótesis.
Buscar el mejor precio para ofrecer una prótesis más asequible
El proceso de desarrollo de My Coco ha sido paralelo al proceso oncológico de la madre de Sara Gascón, que este año ha vuelto a ser diagnosticada con la misma enfermedad. “He trabajado en la prótesis a la vez que he trabajado mi emocionalidad respecto a esta situación, a la vez que mantener el trabajo por cuenta ajena. Yo trabajo en Zaragoza, pero mi familia es de Binéfar, en Huesca, para mí ha sido bastante duro. Sobre todo ubicarme, porque emprender solo de por sí genera bastante incertidumbre: hacia dónde tengo que ir, con quién tengo que hablar… Ahora que ya tenemos los prototipos, visitaré fabricantes de Barcelona y San Sebastián para valorar presupuestos y así sacar las prótesis al mercado con un precio asequible. La idea es mejorar mucho el precio respecto a la prótesis que existe actualmente. Estamos hablando con fundaciones que puedan financiar el proyecto. Es un proyecto más o menos económico, sobre todo teniendo en cuenta la repercusión social que puede tener”, valora la oscense.
En la actualidad, la empresa se encuentra en fase de búsqueda de financiación y de selección de proveedores y fabricantes que dispongan de una sala blanca donde puedan generar el producto con “unas especificaciones muy claras”, expone la emprendedora. Entre sus próximos pasos, se encuentra entrar en contacto con instituciones como la Fundación Amancio Ortega o empresas como Decathlon, para que la prótesis pueda ser adquirida en tiendas a las que la gente joven acude habitualmente. “Parece que fuera un tamaño de mercado pequeñito”, apunta, porque “solo se habla de cáncer de mama el 19 de octubre, Día Mundial Contra el Cáncer de Mama”, pero “solo en España, cada año, 21.200 mujeres son mastectomizadas“, recuerda.
Normalizar la diversidad de cuerpos
De forma paralela al desarrollo de las prótesis, Sara Gascón ha lanzado el podcast Positivas pero Realistas, dirigido a dar a conocer que “el cáncer va más allá de lo que conocemos”, anota, y a ofrecer información real sobre la enfermedad. “Hace falta visibilizar a la gente joven que está pasando esta enfermedad, así a la gente que está alrededor de la paciente. Junto a una paciente hay vecinos, amigos, hijos, maridos… personas que están viviendo la enfermedad”, expresa. “Yo hasta que no he estado dentro… He leído libros de medicina y me he puesto a investigar a fondo: yo no sabía cuáles eran las fases de un proceso oncológico en un cáncer de mama; no sabía que había personas mastectomizadas y que había gente a la que no se mastectomizaba; no conocía los ganglios centinela”, asevera. Una necesidad de información que llega, sobre todo, cuando cae en tus manos “un diagnóstico que no sabes interpretar”, comenta.
Mediante el podcast quiere “normalizar, informar y dar otras alternativas y, sobre todo, en gente más joven, en primera o en segunda persona. Son unos años muy malos, pero luego, aunque el cáncer te acompaña toda tu vida, en la mayoría de los casos pasa. A lo largo de diez años puedes recuperar tu vida. Pero hay un porcentaje de gente que recae al cabo de unos años, y desarrolla cáncer de mama metastásico. Y cuando te vuelven a decir `cáncer´ a los dos años, cuando estabas en remisión, dices `y ahora que hago con todo esto´. Que pensabas que lo tenías superado y te lo encuentras en el mismo punto inicial”. Un proceso complejo en el que “cada semana es incertidumbre, tristeza… no sabes ni lo que sientes. Las noches aterran, no paras de pensar. Solo quieres que llegue el momento en el que el médico que diga qué pasos vamos a seguir”, explica Sara.
“Ahora se está dando mucha importancia a reconocerte delante del espejo, tengas el cuerpo que tengas. Me parece un movimiento fundamental, creo que la gente joven lo vamos interiorizando cada día un poquito más. Yo la primera vez que vi una mastectomía me asusté, porque es algo que no te enseñan. Y es algo normal, pero no estamos acostumbrados a verlo”, expone una emprendedora que ha encontrado en su proyecto algo que va más allá de lo empresarial. “Es un proyecto que me apasiona. Además, a mi me sirve muchísimo para canalizar todo lo que estoy viviendo de una forma bonita, creo que es la mejor manera de poder interiorizar lo que estoy viviendo”, concluye.