Con los cerezos a punto de florecer, los campos de almendros ya cubiertos de un manto rosado y unas temperaturas más elevadas de lo habitual no cabe duda de que la primavera se ha instalado en Aragón.
San José, día del padre, que este año fue el domingo 19 de marzo, es la fecha aproximada que toman como referencia en el campo aragonés para la floración de los frutales, eso sí, siempre que sea una temporada normal y no suceda como en los últimos años, cuando las bucólicas estampas de campos cubiertos de flores se adelantaron, con el perjuicio que eso supone para los agricultores.
Este año disfrutamos de una floración en las fechas habituales
Este año, sin embargo, los tiempos de la naturaleza no se han alterado. Pero, como remarca a Go Aragón el responsable del sector de la fruta de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón UAGA-COAG, Óscar Monet, este 2023 la floración está siendo muy rápida porque el calor ha llegado tarde, con un mes de febrero bastante frío. Eso sí, lo ha hecho de forma notable, con temperaturas que han alcanzado los 30 grados, lo que hace que la floración se acelere. Algo que no es malo para los frutales, remarca, porque las floraciones largas -si comienzan muy pronto- acarrean problemas de cuaje.
“Si avanzamos esa floración 5 o 10 días, el fruto ya está cuajado y tiene más peligro de helada. Este año el fruto está todavía cuajando, digamos que estamos al cien por cien de floración, con lo cual disminuimos un poco el riesgo de helada por delante”, señala el agricultor en referencia a las circunstancias vividas años atrás.
Así, el clima es “bastante satisfactorio” de cara a los frutos que vendrán después, aunque sí que ha habido más calor del habitual y pocas lluvias. Y todo esto a la espera de que no haya heladas en abril, que son las que más preocupan a los agricultores.
La floración este año augura una buena cosecha, pero se traduce también en un espectáculo para la vista.
De hecho, cada vez atrae más miradas al campo aragonés, que sorprende a los viajeros tanto de fuera como de dentro de Aragón, que se acercan a las zonas de cultivo tradicional de árboles frutales.
Una vasta superficie de frutales en Aragón
Como indica el portavoz de la agrupación profesional, en estos momentos Aragón cuenta con unas 38.000 hectáreas de frutales de hueso y pepita y unas 50.000 de almendro, entre hectáreas tradicionales, que son principalmente almendros de secano, y las nuevas de regadío con variedades más competitivas.
“El almendro está en plena floración y es espectacular porque la entrada de los fondos de inversión en el sector hace que haya plantaciones, por ejemplo en Binaced, de 800 hectáreas. Y todas esas hectáreas florecidas a la vez en color blanco son un espectáculo para los sentidos”, relata Moret, que recomienda a las personas que viven en la ciudad, que no están tan acostumbradas a disfrutar de este “espectáculo”, que aprovechen estos días para apreciar las plantaciones de Aragón.
El almendro en flor ya se deja ver en Aragón: estos son algunos lugares
Aunque en la actualidad los almendros están diseminados por todo Aragón y es posible encontrar campos incluso muy cerca de Zaragoza capital, si hay un territorio que destaca por sus paisajes salpicados de algodón rosáceo es la provincia de Huesca.
De hecho, en Ayerbe, incluso hay una caminata popular, con rutas de 13 o 25 kilómetros para ver los almendros en flor. Este año, la sexta edición de la Caminata en la Flor del Almendro ya partió el 23 de febrero, pero todavía estás a tiempo de contemplar la floración del prunus dulcis por tu cuenta.
Otro de los puntos emblemáticos de esta comarca altoaragonesa es el entorno del imponente castillo de Loarre, una de las fortalezas románicas mejor conservadas de Europa.
Y si seguimos nuestra ruta de turismo en Huesca, encontramos parajes como Almudévar, otro de los lugares señalados en el mapa aragonés para pararse a contemplar estos árboles de temprana floración que anuncian el fin del invierno.
Como podrás descubrir en profundidad en este artículo sobre los mejores lugares aragoneses para ver la floración del almendro, la comarca de Belchite, en la provincia de Zaragoza, o los parajes del Matarraña, en la de Teruel, son otros de los sitios predilectos para los amantes de este espectáculo de flores que albergan en su interior la preciada semilla de la almendra.
La floración de la cereza toma el relevo al almendro
Aunque la floración de los frutales se va asomando ya a prácticamente todos los campos de Aragón con este tipo de cultivo, todavía quedan otros más tardíos, como los manzanos y los perales, y áreas como la zona de Calatayud, donde este espectáculo para los sentidos se hace esperar un poco más.
Una de las frutas de hueso cuya floración está al caer -se espera que llegue la semana que viene- es la de la cereza, un cultivo del que Aragón es líder en España, con aproximadamente un 40 % de la producción.
La floración de la cereza se espera en Aragón a finales de marzo.
Las flores de este árbol que también forma parte del género Prunus se pueden contemplar en zonas de Aragón como la comarca del Valdejalón y enclaves como Ricla o La Almunia de Doña Godina, la de Calatayud o la del Bajo Aragón. De hecho, este cultivo es muy habitual en la zona de Mequinenza y Caspe. Y si quieres disfrutar de la belleza de esta postal sin salir de la provincia de Huesca, encontrarás grandes campos de cerezos en Albalate de Cinca o en Monzón.