Para quien no lo conozca, ¿qué es la Spain Film Commission?
Es una entidad que existe en España desde hace más de 20 años y que agrupa a todas las entidades públicas territoriales que quieren trabajar para promocionar su territorio como destino de rodajes sin inversiones del sector audiovisual. Al final, es una red, que actualmente tiene 36 socios, entre los que hay comunidades autónomas, provincias, islas, ciudades, etc.
¿Qué perfiles profesionales engloba la Spain Film Commission?
Los socios de la asociación son ‘film commissioners’. Esto es personas que trabajan para un ayuntamiento, para una comunidad autónoma, una diputación provincial, etc., con el objetivo de facilitar la actividad del sector privado en su territorio gracias al audiovisual. Para que, por ejemplo, las productoras locales tengan más trabajo. Es un sector que engloba muchas posibilidades: cine, publicidad, televisión de ficción y de no ficción, animación, etc.
¿Qué aporta un rodaje a una zona? ¿Cuáles son los beneficios que genera?
La industria de los rodajes genera un impacto importante en la economía y el empleo de un territorio. También influye en su visibilidad, en la posibilidad de captar turismo y en la buena imagen de la zona. No todas las producciones generan el mismo impacto. Hay producciones que traen todo el equipo, pasa mucho en las de publicidad, por ejemplo, cuando vienen a rodar un anuncio, mientras que hay otras sobre todo de larga duración, como son los rodajes de una serie que puede durar varios meses, donde lo habitual es que unos trabajadores vengan de fuera y otros se contraten en el territorio donde se va a rodar. Hay contrataciones de muy diversa índole, desde figurantes hasta personas que tienen otros roles de mayor responsabilidad, como ayudantes de dirección, de producción, etc.
¿Qué necesita tener un territorio para atraer rodajes? ¿Dispone de esos factores España?
Nosotros en España competimos internacionalmente por atraer rodajes y somos unos de los destinos más atractivos. Esto es así porque tenemos la combinación de factores necesaria: localizaciones diversas -paisajes, escenarios naturales, patrimonio histórico que se puede utilizar como decorado-, profesionales que pueden apoyar la producción, un sistema de acogida maravilloso -hoteles, restaurantes, etc.-, y por último, algo fundamental para competir internacionalmente es el tema económico. Aquellos países que tienen buenos incentivos fiscales, como es el caso de España, son siempre más atractivos.
¿Así se ha logrado atraer a rodajes internacionales?
Así es. Han venido desde siempre, en los años 50-60 ya venían de otros países a rodar a España, pero esto se ha acelerado sobre todo desde el año 2014. En el 2015 vinieron a rodar Juego de Tronos, y eso está muy vinculado a un marco fiscal adecuado para que puedan desarrollarse esos rodajes.
Dice que para que una productora se decante por un territorio para su rodaje son muy importantes las localizaciones que ofrece la zona. ¿Cómo son en España y más concretamente en Aragón con respecto al resto de Europa?
Nosotros tenemos un posicionamiento muy competitivo. De hecho competimos no solo con el resto de Europa sino también con el norte de África y con otros destinos que pueden tener localizaciones parecidas a las nuestras. En cuanto a localizaciones, en un territorio árido podemos competir con Marruecos. Si se busca una villa en el mar podemos competir no solo con Italia sino también con Malta, por ejemplo. La competencia, pues, es muy alta. Pero nosotros tenemos una posición muy buena. En primer lugar porque las localizaciones son muy variadas, en segundo lugar por las horas de luz con respecto a países del norte -que eso es muy importante porque generalmente tú ruedas cuando hay luz-, tercero por el marco fiscal tan competitivo y, además, nos está ayudando mucho la concepción de talento español, tanto en personal creativo como en técnico. Cada proyecto español que consigue alcance internacional nos ayuda a atraer más rodajes al país, porque trasmite a las productoras internacionales la percepción de que aquí hay mucho talento.
En los últimos años se escucha hablar de “turismo cinematográfico”. ¿Existe realmente? ¿Cómo es la relación con Turismo?
La relación es muy intensa desde el arranque de la Spain Film Commissión en 2001 porque hay dos momentos en los que conectamos: uno es durante el rodaje, porque cuando se desplazan 200 personas para un rodaje eso evidentemente tiene un impacto en alojamientos y en lo que es el servicio turístico de la zona, y por otro lado está el impacto después, cuando se estrena. Ese es mayor o menor si la producción tiene éxito. Si una película o anuncio ha mostrado un territorio y se hace viral, de repente miles de personas lo van a conocer y van a querer ir. Y eso está pasando. La gente está cambiando la planificación de sus viajes a Madrid por ver los escenarios de la serie La casa de papel. Lo mismo ocurre con las localizaciones de Juegos de tronos en el País Vasco. La relación es absoluta.
Usted lleva ya unos años dedicada al audiovisual, ocupando cargos de responsabilidad. ¿Es este un sector exigente?
Todo el mundo dice que es un sector complicado, pero creo que somos muy afortunados. Normalmente, trabajamos personas muy apasionadas. Recientemente José Velasco en una entrega de premios dijo que trabajamos en hacer feliz a la gente, y es verdad. Creo que todos los que trabajamos en el audiovisual, bien sea para publicidad, para televisión, cine, etc., trabajamos para proporcionar a la agente evasión, distracción, formación, curiosidad… y eso es una gran suerte. Además, en concreto mi puesto tiene un componente económico y de gestión muy interesante.
¿En qué situación se encuentra ahora el audiovisual en España?
En cuanto a la situación, no podemos olvidar que hemos vivido dos años de pandemia que ha afectado a todos los sectores. Al audiovisual le perjudicó enormemente, aunque pronto se empezó a reactivar. Yo creo que el gran cambio del audiovisual en España es que cada vez las creaciones españolas, que antes en cine eran incontestables, están ganando más peso en las plataformas. Casos como La casa de papel y otros muchos que han seguido después son ejemplos de como España no solo es un sitio donde vienen a rodar una producción sino que hay historias creadas y rodadas por españoles que gustan en todo el mundo, y eso ha cambiado para muy bien el funcionamiento del audiovisual en el país.
¿Hacia dónde va el sector?
Hay una tendencia de crecimiento del audiovisual en toda España, y creo que Spain Film Commission ha contribuido a ello. Ahora es verdad que los rodajes sobre todo se están concentrando en Madrid, Canarias, Andalucía y Cataluña, en volumen. Pero hay territorios como País Vasco, Comunidad Valenciana, Galicia o Navarra que están desarrollando una actividad tremenda y que están crecimiento también mucho en el número de rodajes.
¿Han cambiado las plataformas de pago la forma de pensar y de trabajar?
Las plataformas lo que hacen, generalmente, es contratar la producción a productoras que desarrollan el proyecto para ellas. Eso quiere decir que los ‘film commissioners’ tratan con las plataformas pero en el día a día trabajan con las productoras que realizan la producción en España. Y sobre cómo afecta, yo creo que mayoritariamente ha afectado en el número de proyectos. Ahora hay muchos más proyectos y más de televisión, que van orientados a su proyección en la plataforma y no en salas. En lo que respecta al trabajo de los ‘film commissioners’, ha cambiado que las producciones ya no son mayoritariamente películas o largometrajes sino series, que implican meses de rodaje y que provocan cambios en la forma de trabajar.
¿Se tiene en cuenta en los rodajes el impacto medioambiental?
Como cualquier actividad tenemos un impacto en el medio ambiente. En los últimos tiempos, y diría en el ultimo año, ha habido importantísimos avances al respecto. Medir ese impacto, establecer medidas correctoras e incluso conseguir crear un impacto positivo en lugar de negativo en el medioambiente es algo en lo que ahora se está trabajando muy intensamente.
El audiovisual es un sector masculinizado, donde trabajan más hombres que mujeres. ¿Se está trabajando por dar la vuelta a esta situación?
Hay una asociación que se llama CIMA, de la que soy socia, que trabaja para impulsar a las mujeres en el sector audiovisual. Lo que sí que es cierto es que la presencia de la mujer en el sector audiovisual es cada vez mayor, lo hemos visto por ejemplo en los premios Goya. En el área de la producción, en concreto, hay un alto grado de mujeres en cargos con mucha capacidad de decisión, también hay cada vez más directoras, guionistas, mujeres en técnica, etc. Y en el caso nuestro de las Film Commission la verdad es que la presencia femenina es altísima. Hay muchas oficinas fílmicas que las llevan mujeres, como es el caso de nuestra Comunidad, donde las tres -Aragón, Zaragoza y Monegros- están lideradas por mujeres.
¿Considera que es el propio contenido audiovisual un medio más para lograr un cambio de mentalidad?
Sin duda. Yo creo que es importante, facilita la diversidad. Y en la medida en la que haya más pluralidad en los creadores de historias que lleguen a contar su historia en la pantalla, entiendo que eso empuja en la dirección correcta, a un mayor equilibrio entre las historias, las visiones y las perspectivas en cuanto al género.
¿Y puede ser el audiovisual un elemento contra la despoblación?
También sin duda. Un rodaje puede contribuir a fijar población. Un rodaje trae actividad al territorio, apoya su oferta turística, cubren una parte de las pernoctaciones en la zona y pueden llegar a completar el arraigo de personas en el territorio, como ocurre en Monegros. De hecho, uno de los objetivos por los que se crea la Spain Film Commissión es por esa diversificación territorial, para conseguir que la industria de los rodajes sea una oportunidad para cada territorio.