Sádaba constituye una de las Cinco Villas que dan nombre a la comarca donde se establecen (Ejea de los Caballeros, Tauste, Sos del Rey Católico, Uncastillo y Sádaba). Una localidad cuyas calles de piedra nos trasladan a un pasado marcado por su situación geográfica, paso fronterizo entre el Reino de Aragón y el Reino de Navarra. Atravesada por el río Riguel, en un flanco se encuentra el casco antiguo y el núcleo de población, mientras que en el otro, sobre un promontorio rocoso se asienta la joya del pueblo: el castillo de Sádaba.
Castillo de Sádaba
A la otra orilla del río Riguel, se halla el castillo de Sádaba, el monumento más emblemático del pueblo. Se trata de una fortaleza de estilo bajomedieval construida en el siglo XIII. De planta rectangular, cuenta con siete imponentes torres que a corta distancia seducen por su magnífica restauración. El interior del castillo se puede visitar y el precio oscila de los 2€ para adultos y 1,5€ para jóvenes entre 12 y 18 años y jubilados. La entrada para menores de 12 años es gratuita. Su visita es una buena oportunidad de hacer slow driving por Aragón.
Un castillo que destaca por su austeridad, y cuya única defensa son sus muros. En su interior, se puede contemplar gran aljibe, la capilla con la cruz de la Orden de San Juan a la que perteneció durante años. Si buscas más información sobre Sádaba y su castillo, en una pequeña estancia del mismo se encuentra la oficina de turismo.

Emplazado frente a la puerta del castillo (ala Norte), se encuentra el Nevero de Sádaba. Utilizado desde el siglo XVI hasta el XX para almacenar la nieve en época estival, este ejemplo de arquitectura popular fue muy recurrente en la zona y en todo el país. Compuesta de piedra arenisca, permitía combinar capas de paja y nieve para su conservación.
Iglesia de Santa María, la única de estilo gótico en las Cinco Villas
La protagonista del casco antiguo de la villa es sin duda la iglesia gótica, la única en ese estilo construida en toda la comarca. La iglesia de Santa María está considerada como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica aragonesa, sirviendo de molde para otras construcciones de la época. Construida en 1531, su nave está cubierta con bóveda de crucería estrellada.
Declarada Bien de Interés Cultural, en su interior atesora el retablo mayor, el órgano rocoso y la sillería del coro. En su exterior, destaca la torre gótica de sección poligonal con remate de crestería, pináculos y arbotantes. Cuenta con dos portadas de acceso, una de ellas de estilo gótico flamígero.

Sádaba es un sitio ideal si quieres recorrer las calles del casco urbano de trazado medieval. Pasea por el barrio de la Ermita y conoce el antiguo paseo de la Estación.
Mausoleo de los Atilios
En las afueras de la localidad, se alza sobre los campos de cultivo el Mausoleo de los Atilios conocido como Altar de los Moros. Protegida por una alambrada, esta curiosa construcción de la época romana formó parte del mausoleo de una acaudalada familia de terratenientes cuyo dominio era notable en en esta comarca allá por el siglo II. Otro importante resto arqueológico que aún se conserva en la localidad es el Mausoleo de la Sinagoga (s. IV d. C).

En las inmediaciones de Sádaba, también destaca el Monasterio cisterciense de Cambrón, del siglo XII y la iglesia de Puylampa del siglo XII, cuya antorcha servía de guía para los peregrinos del camino de Santiago.
Gastronomía en Sádaba
Tras años de andadura en la calle Sevilla de Zaragoza, el restaurante al frente de Joan Rosell e Isabel Elorri se traslado a la Hospedería de Sádaba. La Encantaria consiguió el galardón de “Tercer mejor restaurante de Aragón” por su cocina tradicional con algún toque innovador, una fusión única que no deja indiferente a nadie. Otro restaurante que no te puedes perder es el Restaurante Laura, característico por su singular pescado y su sorprendente asado.
En cuanto a la repostería que ofrecen sus tres hornos, los más laminemos pueden disfrutar de la torta de manteca, además de muchas otras variedades que deleitan los paladares: dobleros y doblericos, tortas de rodilla, de anís, magdalenas, empanadillas dulces… y como no, su sabroso pan de pueblo.
Valdelafuén
El paraje natural de Valdelafuén se ubica a tan solo 2 km del pueblo de Sádaba y en él se encuentra el pantano con el mismo nombre. Clasificado como zona especial de protección de aves, su abundante flora y fauna lo convierten en un sitio idóneo para la práctica de deportes náuticos, pesca, senderismo y paseos en bicicleta.

Yacimiento romano de los Bañales
Muy próximo a la localidad de Layana, se encuentra el yacimiento romano de los Bañales. Este enclave está dotado de unas termas construidas a finales del siglo I d.C. y de un acueducto que transportaba el agua a la ciudad desde un embalse próximo. Los restos corresponden a una ciudad que no ha sido identificada todavía. Si estás pensando en visitarlas, se realizan varias jornadas de puertas abiertas a lo largo del año.
