Alejandro Cebrián, recién nombrado director general de Edelvives España, tiene claro que una de las principales características que han hecho que el grupo editorial sea el más longevo de España es que están intentando constantemente “soñar el futuro”.
Como curiosidad, Cebrián, nacido en Albacete en 1978, ha compaginado durante años su carrera profesional en Edelvives con su faceta deportiva, como jugador de baloncesto semiprofesional y entrenador profesional, sin ir más lejos, del equipo femenino Mann Filter Stadium Casablanca de Zaragoza.
De hecho, el albaceteño estudió Administración y Dirección de Empresas precisamente en la Universidad de Zaragoza y pronto comenzó a trabajar en Edelvives. Fue entonces cuando este ya recién diplomado descubrió que el grupo referente en educación contaba con sede en la capital aragonesa, donde ahora nos recibe: unas grandes instalaciones en las que trabajan unas 250 personas y que albergan espacios dedicados a la innovación, una fábrica e incluso un museo.
Y es que, este grupo editorial que nació hace más de 130 años en Cataluña de la mano de los maristas franceses tiene una larga historia que contar, gran parte de ella vinculada a Aragón. Trasladó su producción a Zaragoza después de que en 1909 ardiera su fondo editorial en los incendios que sufrió Barcelona en la Semana Trágica y, desde entonces, está fuertemente arraigada en la ciudad, donde se encuentra también su presente y un futuro con las miras puestas en diversos mercados.
Desde hace muy poco es director general de Edelvives España, ¿qué supone para su carrera?
No lo he pensado demasiado; me toca este reto y voy a hacerlo lo mejor posible. Yo creo que en mi vida no cambia mucho más de lo que podía ser antes, quizá más responsabilidad: la de estar al servicio de una empresa que tiene tanto legado. Pero yo creo que no va tanto de mí, sino de las personas que forman parte de ella.
Edelvives es la editorial más antigua de España. En concreto, son 135 años de historia, ¿cuáles cree que son las claves para perdurar a lo largo del tiempo?
Esta empresa ha sido capaz de sobreponerse a dos destrucciones totales y de liderar un proceso de transformación; y yo creo que al final tiene que ver con la cultura que se crea de servicio, con la mentalidad, con las personas y con la pasión por innovar.
Si algo nos caracteriza es que estamos intentando constantemente soñar el futuro.
Y, luego, tener un ideario muy claro. Somos una empresa con unos valores muy arraigados y esto nos ha hecho tomar buenas decisiones en su momento. Cuando el resto del sector se desprendía de procesos productivos y de logística porque no eran seguramente rentables o porque era lo que tocaba en aquel momento. Cuando se puso de moda a nivel de management todo lo que tenía que ver con la subcontratación, nosotros decidimos no solo no prescindir, sino invertir. Y ahí la decisión seguramente fue más orientada hacia las personas que trabajan, porque solo en la fábrica trabajaban por aquel momento más de 200 familias.
Ahora, la fábrica está, seguramente, entre las mejores de impresión y fabricación que hay ahora mismo en Europa.
Uno de los principales cambios en las últimas décadas ha sido el de la introducción de la tecnología en las aulas y los hogares, ¿qué papel juega Edelvives en este nuevo ecosistema digital?
La tecnología en sí misma genera genera incomodidad. Aporta mucho, pero también falla; es inevitable, hay que abrazarla como una oportunidad. No es la solución de todo, nosotros tenemos claro que es un medio para para ser mejores en general, pero para que todo ese proceso funcione tienes que intentar alcanzar la sencillez. La sencillez cuesta mucho y nosotros lo que hemos aprendido es que para que los procesos de transformación digital de los centros se realicen bien, hay que abordar el proceso completo.
De alguna manera lo que hacemos es hacer sencillo todo el proceso, teniendo muy claro que para nosotros el papel sigue siendo fundamental.
Precisamente, en los últimos años, hemos escuchado varios malos presagios sobre el libro en papel, ¿se están cumpliendo o cree que llegarán a cumplirse?
Yo creo que a lo largo de la historia ha habido dilemas, como televisión o radio, y al final cada cada medio encontró su lugar. Nosotros somos unos defensores del papel. Creemos que en los procesos de aprendizaje el papel actúa de una manera distinta al entorno digital: te permite un momento de pausa, de reflexión, de escritura. Porque no es lo mismo escribir en ordenador que escribir con tus manos.
Nosotros creemos en el modelo híbrido y es el modelo por el que hemos apostado. Pensamos que el papel va a seguir estando, pero requiere que el formato papel encuentre su lugar.
Hasta ahora el único manual de uso era el libro y ahora el libro como tal no deja de ser un elemento más dentro de multitud de recursos y servicios. Los niños de ahora utilizarán Chat GPT, unas gafas de realidad virtual, un robot, un dispositivo y también un papel de un cuaderno. El debate no es si papel o digital, para mí, el debate está en cómo el proceso de aprendizaje se tiene que desarrollar en multitud de entornos. Y nosotros creemos claramente el papel.
En este contexto cambiante, ¿cuáles son ahora las principales necesidades del sector educativo y cómo ayudáis al profesorado?
Nosotros nos debemos al docente, fundamentalmente, y vamos al servicio de lo que él nos demanda.
El docente ha cambiado, ahora empieza a ser muy proactivo, trabaja en multitud de entornos y conoce las nuevas tecnologías.
Entonces, nos encontramos en ese dilema donde a veces los estudiantes tienen un conocimiento digital mayor que los docentes, y hay colegios que quieren dar ese salto. Por eso intentamos igualar todo esto con el mayor reto que es cómo atender a la diversidad que hay hoy en día en el aula.
Ahora mismo los docentes están sobrepresionados por todo: por el entorno, por las familias, por las reformas educativas o por la burocracia. ¿Qué hacemos nosotros? Facilitamos esa tarea y proporcionamos contenido de rigor: yo creo que el contenido cada vez cobra más importancia.
Edelvives también continúa su desarrollo en el mercado internacional, ¿dónde tienen puestas las miras?
En el ámbito de la fábrica, trabajamos para 26 países realizando productos para empresas. El 50 % lo trabaja internamente para el grupo y otro 50 % para fuera, y es una línea que funciona fantásticamente y de la que nos sentimos muy orgullosos porque hacemos fabricación y logística para otros.
En el ámbito editorial tenemos sede En México (con unas 270 personas) y en Argentina (50 personas). Desde allí operamos para toda Latinoamérica. Además, nos interesa mucho el mercado de Estados Unidos y hemos hecho ya pinitos en Japón. El mercado asiático nos interesaba mucho, como también Corea. De hecho, estamos estudiando también cómo están trasladando la educación, intentando traer ideas de éxito. Creo que Portugal ha dado un salto también súper interesante en en su modelo, que han mejorado muchísimo sus rendimientos en PISA, que no sé si es el mejor indicador, pero es el que es, y tiene que ver con muchas cosas que están haciendo bien.
En estos momentos, llaman la atención en las estanterías de las librerías cuidadas ediciones, como la de los clásicos ilustrados bajo la dirección de Benjamin Lacombe. ¿Qué cabida tiene este ámbito?
El mundo de la ilustración va en auge y yo creo que cada vez están apareciendo ilustradores de muchísimo nivel, españoles también. Nosotros hemos hecho una apuesta muy importante por Antonio Lorente, que es un fenómeno.
También estamos trabajando en algún proyecto de introducción del cómic en las aulas y no es descartable que el cómic cada vez tenga más enganche con la juventud.
Cada vez nos cuesta más mantener la atención y, en ese sentido, yo creo que hay mucho futuro. De hecho, lanzamos un premio de ilustración, dentro de los Ala Delta, con la finalidad de encontrar talentos y fomentar la ilustración, porque pensamos que es un arte que va a más.
¿Hacia dónde van ahora las líneas de las nuevas ediciones de la editorial en el ámbito de la familia?
Para nosotros es muy importante poder trabajar con el estudiante que está usando el material y no teníamos la suerte de poder hacerlo. Trabajábamos con el docente, pero nos faltaba entender y empatizar en cómo usaban los productos. Así lanzamos una línea ‘Family’ con dos objetivos: poder validar lo que hacemos directamente con la niña o el niño en distintos productos y lanzar a la sociedad un mensaje positivo de lo que aportamos las editoriales en general y nosotros en particular.
Quizás es un sector demasiado denostado, diría que algo desprestigiado, y querámoslo o no, somos los que hemos estado de alguna manera apoyando todo el proceso educativo en los últimos siglos.
El mundo ‘Family’ nació así y ahora tenemos una Universidad de Padres fantástica y estamos reflexionando mucho sobre la ciberseguridad o la salud mental (…).
En la visita a las instalaciones de vuestra sede de Zaragoza, hemos visto algunas líneas de negocio que no conocíamos, ¿cuáles son algunas de las más desconocidas?
Yo diría que ya el 35 % de nuestros esfuerzos los dedicamos a proyectos que hace cuatro años no existían; nuestro proceso de de de cambio es grande.
Desde líneas de packaging para terceros, servicios logísticos, un Marketplace educativo para de más de 700 centros educativos donde hacemos toda la personalización de producto o desarrollo de proyectos de lectura gamificada, cien por cien digital. O una plataforma que fue premiada el año pasado a partir de la cual desarrollamos competencias STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), trabajando en todos los ámbitos curriculares y en todas las áreas.
Estamos empezando a gestionar la titularidad un centro para ayudarles en sus procesos, en transformaciones de espacios y de aulas STEAM, en proyectos de Design Thinking para escuelas, en formación directiva en alianza con ESIC, en consultoría y auditoría a instituciones para procesos de transformación o ayudando también a centros educativos a hacer posicionamiento de su imagen digital (…). O en la realidad virtual, con un primer proyecto de metaverso que estamos pilotando y validando solamente por aprender. Además, estamos trabajando de primera mano con Google o Microsoft para atraer sus tecnologías a nuestros proyectos.
Y de todos los proyectos de la editorial, ¿en cuáles tiene especial ilusión?
Tengo especial ilusión por nuestro modelo de plataforma digital que por primera vez permite la edición del cien por cien del contenido.
Esto es como abrir tu corazón editorial al docente, ya que la propiedad intelectual de los textos pasa el centro y ellos pueden cambiar en cualquier coma, cualquier punto.
Pero no solo eso, pueden añadir contenidos propios que han desarrollado, traerse contenidos de otras aplicaciones, trabajar con contenidos de otras áreas, comunicarse con sus alumnos… Ahí hemos hecho una inversión muy importante porque entendemos que la educación pasa por abrir recursos y no por cerrarse.
No hay un manual de lo que gusta a todos los docentes y nuestra labor pasa por facilitarles que luego su proceso de integración sea sencillo. Incluso pueden atender a la diversidad en el aula, algo que creo que cada día es más importante. En este sentido, te permite incluso hacer un itinerario personalizado para cada estudiante.
