A veces llaman nuestra atención cuando pasamos junto a ellos, otras aspiran a integrarse completamente en el entorno para formar parte de él… la arquitectura que se ha desarrollado en los últimos años en Aragón agrupa edificios de todo tipo, muchos de ellos reconocidos y premiados internacionalmente. Ahondamos en la arquitectura más reconocida de Aragón, al menos la contemporánea.
Entre el 28 de junio y el 1 de septiembre se celebra, entre Barcelona y Valladolid, la XV Bienal española de Arquitectura y Urbanismo, un evento que reconoce los mejores proyectos entre los años 2018 y 2020. Una obra aragonesa ha sido seleccionada por el jurado como finalista entre las casi 600 propuestas presentadas. Se trata del auditorio de Illueca.
Es un espacio, obra de Magén Arquitectos, que se integra perfectamente en el pueblo, gracias a su estructura dividida en cuatro espacios, cada uno con su cubierta, y a la utilización de ladrillo rojizo, que se funde con el resto de edificaciones de la localidad. De este modo consigue destacar sin resultar estridente.
No es este el primer reconocimiento que recibe un trabajo de arquitectura diseñado o levantado en Aragón, así que, aprovechando la ocasión, hemos reunido algunos de los trabajos más emblemáticos o reconocibles que se han construido en Aragón durante los últimos años.
Entre la arquitectura más reconocida de Aragón, si hablamos de edificios que no se utilizan como vivienda, podríamos empezar con el Pabellón Puente de Zaragoza, diseñado por Zaha Hadid, uno de los símbolos de la Expo 2008 y que, junto a la Torre del Agua (de Enrique de Teresa y Francisco Romero), han redefinido el paisaje de la capital aragonesa. El Pabellón Puente sirvió durante la muestra como sala de exposiciones, ahora es la sede del proyecto Mobility City. Y sin salir de la ciudad podemos pasear hasta el Mercado Central, que en febrero de 2020 estrenó una reforma que actualizó el aspecto de esta joya del modernismo de principios del siglo XX. Creció el espacio destinado a los puestos y se abrió el interior a la ciudad, gracias a cerramientos de vidrio que permiten ver desde fuera lo que sucede dentro. Una modernización que va más allá del lavado de cara para uno de los edificios más conocidos de la capital aragonesa.
En Huesca, no podemos dejar de nombrar la rehabilitación de la estación de Canfranc y su entorno. Se respetó la fachada, el volumen y el atrio del edificio original, y se adaptó el interior para nuevos usos, de hecho, volverá a abrir sus puertas como hotel. También se aplicaron criterios de eficiencia energética y se ha mejorado el aislamiento térmico y acústico. La reforma de este edificio inaugurado en 1928, emblema del patrimonio arquitectónico de Aragón, ha sido realizada por Ingennus (al igual que la del Mercado Central, en ese caso junto a Baika) comprende también la nueva estación, que entró en servicio en abril de este año, y un centro de acogida e información para el Camino de Santiago en Aragón.
En el lado opuesto a la reforma de la estación de Canfranc, que respeta las líneas del edificio original, encontramos la reforma del IAACC Pablo Serrano, en Zaragoza, cuya última ampliación, inaugurada en marzo de 2011, tuvo como objetivo que la construcción fuera acorde con el interior, un museo dedicado al arte contemporáneo. Por eso se levantaron las características plataformas superiores que, junto al gran ventanal, dan forma a este gran atractivo arquitectónico ubicado en el centro de Zaragoza. La reforma del IAACC fue obra de José Manuel Pérez Latorre.
Arquitectura de vanguardia, también en la obra privada
La obra para vivienda privada también ha dejado en nuestra comunidad edificios emblemáticos, que, además de como lugar de residencia, sirven también como atractivo arquitectónico. Y queremos empezar con uno que surge como respuesta a un reto, el de integrar edificaciones en la naturaleza del Matarraña. Hablamos, por supuesto, de las Solo Houses. Se trata de una iniciativa de dos artistas que retaron a 10 estudios de todo el mundo a reimaginar el concepto de la segunda vivienda, y a hacerlo en esta zona de Teruel. Dos de esas propuestas son ya habitables, y pueden alquilarse para uso turístico. La más emblemática es la casa Solo Office KGDVS, un edificio con forma de anillo de 1.600 metros cuadrados distribuidos en un círculo cuyas cristaleras ofrecen una vista en 360 grados del Matarraña, uno de los pueblos más bonitos de Teruel y de España. Un edificio-obra de arte que además cuenta con más de 1.000 metros cuadrados de patio.
Regresamos a Zaragoza, aunque esta vez no vamos a hablar de construcciones que se extienden en horizontal, sino en vertical. Porque parece que, precisamente con la llegada de la Torre del Agua en 2008, cada vez más edificios de viviendas se atreven a desafiar su altura. En este sentido, los alrededores de la estación Delicias se ha convertido en una zona emergente en cuanto a arquitectura, porque en ellos están proyectadas futuras torres que acabarán formando el skyline de la ciudad. La más alta, al menos hasta el momento, es Torre Zaragoza, que se está levantando en la avenida de Navarra, con una altura de 30 plantas. Esta construcción del despacho zaragozano Ingennus está inspirada en las que se pueden ver en Nueva York. Sigue en construcción, pero su imponente figura ya reina junto a la estación.
Otro ejemplo lo encontramos en la plaza de Europa, donde está a punto de concluir la construcción del edificio Skyline de Clúa y Mangado, cuyo nombre deja claras sus aspiraciones de convertirse en un nuevo icono arquitectónico de la ciudad.
Propuestas modernas, reformas que respetan el espíritu de edificios históricos, torres que se levantan decenas de plantas sobre el suelo…como ves, la arquitectura aragonesa reciente está repleta de edificios icónicos cuyo número, seguro, continuará aumentando en los próximos años.