Gaia Nipponi es una estudiante natural de un pequeño pueblo cerca de Bérgamo (Italia). Siempre había soñado con vivir esta experiencia Erasmus y para ello, eligió Zaragoza como el escenario perfecto para hacer realidad su sueño. Son muchas las razones que convierten a la capital aragonesa en un destino privilegiado para estudiantes extranjeros. Desde el idioma hasta el estilo de vida: un perfecto equilibrio entre la amplia oferta cultural y de ocio propio de las grandes ciudades y la cómoda movilidad sin dependencias de medios de transporte.
La Universidad de Zaragoza figura entre las diez primeras opciones de los alumnos extranjeros. En su máximo esplendor, Zaragoza logró albergar a más de 3.000 estudiantes venidos de todas partes del mundo. Actualmente, en este curso 2021/2022 aún pandémico, hay más de 1.000 estudiantes disfrutando de esta experiencia en la ciudad, entre ellos, Gaia. La estudiante italiana nos cuenta cómo está viviendo la experiencia Erasmus en Zaragoza.
¿Qué idea tenías del Erasmus, más allá de lo académico?
Me parecía una oportunidad para conocer otra gente, sobre todo de otras culturas. Y también para cambiar mi entorno. En mi caso, yo vivo en Fornovo San Giovanni, un pueblo pequeño cerca de Bérgamo, así que tenía esta mentalidad de querer vivir en una ciudad más grande y conocer otra gente.
¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a elegir España?
El primer motivo fue el idioma, he estudiado español en la Escuela Superior y tenía un buen nivel y era una de mis posibilidades. Además, me llamaba mucho la atención los cursos de la Universidad de Zaragoza. Sobre todo el que ofertaba de Periodismo, ya que yo estudio Ciencias de la Comunicación en Unimi, l’Università degli Studi di Milano.
Una vez elegida España, ¿por qué Zaragoza como destino de tu experiencia Erasmus?
Me dieron la opción de elegir tres ciudades. Elegí Zaragoza, Madrid y Rotterdam (Holanda). En ese momento, me daba igual donde me destinaran, pero cuando descubrí que me había tocado mi primera opción, Zaragoza, me puse muy contenta. Para mí es una ciudad grande que tiene todas las comodidades de una ciudad grande, ya que estoy acostumbrada a mi pueblo de 3.000 habitantes. Pero también tiene una fácil movilidad, ya que no tengo que coger el transporte para ir a la universidad, ni tampoco para ir al centro porque en 20 minutos llego andando. Estoy aquí desde enero y me parece una ciudad perfecta para vivir.
¿Se están cumpliendo tus expectativas?
Absolutamente, todas. Y más allá.
¿Cómo encontraste alojamiento?
Lo he buscado en Idealista. Empecé a buscarlo en abril del año pasado y en octubre encontré mi habitación. Al inicio, contacté con muchísima gente para ver habitaciones. Ahora mismo, soy la única italiana en el piso. Vivo con dos griegas, un inglés y otro estadounidense, por lo que solo hablo inglés.
¿Qué dificultades encuentras con el idioma?
Entiendo bastante pero a veces hablar es complicado. La mayor dificultad es cuando escucho hablar a los jóvenes. El español que he aprendido en la escuela es más estándar, y no llego a comprender del todo el español coloquial. Me gustaría entenderlo más.
España e Italia guardan grandes similitudes entre sí, tales como la dieta mediterránea, el clima, la fiesta… Sin embargo, ¿qué es lo que las diferencia?
Aquí en España es todo más tranquilo. Haciendo una comparación, en Milán todos tienen prisa, a veces da la sensación de que te juzgan. En cambio, en Zaragoza son más abiertos de mente, eres más libre y nadie te juzga.
Has visitado otros lugares de Aragón, ¿cuáles son los que más te han llamado la atención?
No, pero tenemos planeado una visita a Huesca, Teruel y a los Pirineos.
¿Recomiendas esta experiencia a otros estudiantes?
Absolutamente, sí. Mis amigos me llamaban loca por irme a vivir sola un año, pero son experiencias y esta es la mejor de mi vida. Cuando he descubierto que me habían aceptado en Zaragoza, que tenía que partir sola, tenía miedo. Dejar Italia fue duro y tuve miedo, pero solo fue al inicio.
¿Algún consejo que les darías a futuros estudiantes?
No tener miedo de conocer a gente. Al principio, me surgieron dudas por si me encontraba a gusto en el piso o no conectaba con la gente. Pero es casi imposible que eso ocurra. Solo el hecho de que las otras personas están viviendo tu misma experiencia, es un lazo en común muy fuerte. Se crea un entorno muy bonito para hacer amistades.